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4 recomendaciones de películas de Ecoterror, más vivo que nunca

Los efectos del cambio climático son cada vez más desastrosos no sólo a nivel global, sino nacional. En un lapso relativamente breve encontramos que en México varios acontecimientos preocupantes. Primero, la extinción del glaciar Ayoloco, ubicado en el volcán Iztaccíhuatl, al que científicos de la UNAM le dedicaron una placa in memoriam. Como segundo punto, son cada vez más los informes que señalan que Ciudad Madero y Tampico —ambas en Tamaulipas— no tienen agua potable y, de hecho, el futuro del líquido en la zona está comprometido. Para rematar el cuadro, especialistas señalan que la escasez de lluvia en el 2020 es una de las principales razones por las que nuestro país enfrenta una de las mayores sequias de la historia: el 84% del territorio nacional sufre los efectos de este fenómeno.

Aunque se invita a las personas —cada vez con más frecuencia y violencia— a adoptar un estilo de vida más amigable con el planeta, lo cierto es que las empresas siguen acaparando el agua para la creación de sus productos —Coca Cola en Chiapas— o la emplean como principal insumo para su funcionamiento  —las empresas extractivistas consumen de forma desmedida el agua. La situación se torna peor para el caso de la minería, pues a lo anterior se suma la contaminación del agua subterránea.

La coyuntura nos invita que miremos al ecoterror, género bastante popular en el cine y cuyos orígenes podemos rastrear en la literatura desde el siglo XIX, aunque su auge se da a partir de 1970. Y es que con un planeta cada vez más dañado sólo nos queda preguntarnos: ¿la naturaleza nos castigará al mero estilo de ‘Mother’ por maltratarla tanto?, ¿nuestra especie será atraída hacia lugares poco explorados de este planeta para acabar con nosotros?, o peor aún ¿los pájaros comenzarán a atacarnos sin razón aparente?

Algunas notas sobre el ecoterror

Elizabeth Parker señala en Horror Literature Through History. An Encyclopedia of the Stories That Speak to Our Deepest Fears, que a pesar de que nuestro miedo a la naturaleza es de larga data, el ecoterror —también conocido como terror verde, terror natural y terror ambiental— es relativamente reciente: tuvo su auge con los movimientos ambientalistas emanados de 1970, aunque existen trabaxos anteriores que ya muestran esta tesitura: El gran dios Pan (1890), de Arthur Machen; El castillo de Otranto (1764), de Horace Walpole; The Wendigo (1910), de Algernon Blackwood, entre otros. Además, otros textos populares comienzan a leerse a la luz del ecoterror. Tal es el caso de El color que cayó del espacio (1927), de H.P. Lovecraft.

Existen dos corrientes del ecoterror. La primera de ellas explota miedos obvios y repugnantes de la naturaleza y la regla de oro es: como homo sapiens dañó a la naturaleza, esta responde con otro ataque. La segunda, se enfoca en la desconexión de nuestra especie de la naturaleza por los avances científico-tecnológicos y los efectos que tiene esta situación sobre nosotrxs, con la intención de que cuestionemos nuestro antropocentrismo. Ahora, tomando como base la coyuntura mexicana y el ecoterror, repasemos alguno de los clásicos en la materia y lo que podemos aprender de ellos.

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1. ‘Los pájaros’, de Daphne du Maurier (1952) y la adaptación fílmica de Alfred Hitchcock (1963)

Base del ecoterror en el cine, Los pájaros de Hitchcock es una obra que no necesita presentación. Basta decir que el buen manejo de los silencios sumado al entrenamiento de 3,200 aves hace de esta cinta un clásico en la materia. Sin embargo, el elemento de lo inexplicable se lo debemos a una autora relegada al olvido, Daphne du Maurier. De su cabeza surgió la idea de que los pájaros atacaran a las personas hasta sacarles los ojos. Un recordatorio de que, a pesar de que creemos saber como funciona la naturaleza, esta puede sorprendernos en formas desagradables.

 

2. ‘Jaws’ (1974), de Peter Benchley/Tiburón, de Steven Spielberg (1975)

La película del enorme tiburón que asola a los pobladores de Amity Island ya es un clásico de la cultura pop. Aunque el grueso de los textos de la cinta se centra en sus claves del éxito —desde el terrible tiburón mecánico hasta las notas que anuncian su aparición—, la obra se basa en la novela de Benchley (que también fungió como guionista) en donde se explora la descomposición social de la autoridad. En la cinta de Spielberg, a pesar de que se pierde este componente, se apuesta por dos de los miedos más grandes del ser humano: el mar —con sus profundidades— y una fuerza de la naturaleza que no necesita demasiado para imponerse al ingenio humano.

 

3. ‘Cujo’ (1981), de Stephen King y su adaptación al cine en 1983

El maestro del terror contemporáneo nos lleva a Castle Rock, Maine, que se verá asolada cuando Cujo, un San Bernardo de más de 100 kilos contraiga la rabia después de que un murciélago lo muerda. Así, el otrora guardián de la familia se convierte en un asesino que poco a poco va acabando con las personas que entran a su propiedad. A diferencia de la adaptación fílmica de Jaws, aquí el mensaje esta claro: la naturaleza acaba con las personas que han perdido la brújula moral —aunque ataca a personajes, estos logran sobrevivir—, amén de que las acciones de los padres repercuten en los hijxs. Y, por supuesto, el mensaje principal es no olvidar vacunar a las mascotas.

 


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4. ‘Cloverfield’ (2008), de Matt Reeves

El 23 de mayo de 2008 es una fecha de culto para los seguidores de la franquicia Cloverfield. Y es que la idea de una criatura que sale del agua —causando un terremoto a su paso— y que comienza a destruir Nueva York sin razón aparente, aunque puede parecer básica, recupera uno de nuestros miedos más profundos: el miedo a los monstruos, entendidos como criaturas orgánicas que escapan de nuestra comprensión. A lo anterior se suma que la criatura tira a su paso parásitos que atacan directamente a los humanos y lo que parece una doble amenaza se vuelve una triple con la frase que suena al final del metraje.


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