En México, los pueblos mágicos nos regalan sitios históricos, fachadas coloridas, calles empedradas, así como días llenos de tranquilidad y con cierto aire de romanticismo, sin olvidar los hermosos paisajes naturales por los que están rodeados, conjugando la magia de lo creado por el hombre con las obras de la naturaleza.
En ésta ocasión, el pueblo mágico de Huasca de Ocampo, será del que hablaremos, específicamente de uno de los paisajes naturales más característicos del lugar: los Prismas Basálticos; unas columnas de piedra volcánica únicas en el mundo.
Hablar de éste lugar, es hablar de una serie de columnas geométricas formadas por roca ígnea conocida como basalto, que decoran las paredes de la impresionante barranca de Santa María Regla, razón por la cual también son conocidos como los Prismas de Santa María de Regla.
Lo que los caracteriza, es su enclave en una pequeña garganta donde el agua que proviene de la presa de San Antonio Regla, salta por encima de las formaciones configurando preciosas cascadas en la barranca de Alcholoya.
Según Juan Carlos Mora, Investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México, el origen de éstas rocas se debe a una explosión volcánica hace aproximadamente 2.5 millones de años, en dónde el magma se enfrió lentamente en un medio acuoso, provocando la forma hexagonal que tienen las columnas.
Dichas columnas son tanto verticales como horizontales; algunas de ellas llegan a medir hasta 50 metros de altura y hasta un metro de diámetro.
Los prismas basálticos se dieron a conocer mundialmente gracias al explorador Alexander von Humbolt, uno de los primeros visitantes y promotores del lugar, quien en el año de 1803, quedó asombrado ante la belleza y rareza del sitio, plasmando su visita y el panorama en un dibujo.
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Dicho dibujo se encuentra alojado en el Museo Británico de Londres; por su parte los pintores Johann Moritz y François Mathurin Adalbert también a través de sus obras dieron a conocer los prismas, ya que durante su visita a México entre 1831 y 1834, pintaron en 1832 los prismas basálticos y distintos lugares del estado de Hidalgo.
Estas rocas con forma geométrica, forman parte de las 13 maravillas naturales de México, de acuerdo a un listado realizado en 2007.
Para llegar a ellos viajando desde Ciudad de México, son aproximadamente dos horas y media, 125 kilómetros de trayecto; si te encuentras en Pachuca, el paraje se encuentra a tan solo 30 minutos.
La entrada al lugar es de $100 MXN, que incluye además el servicio de estacionamiento y el puente colgante; se encuentra abierto en un horario de lunes a viernes de 9:00 am a 6:00 pm; y sábados y domingos de 8:00 am a 7:00 pm.
En el espacio también se puede hacer senderismo, usar canchas deportivas, camping, paseo en lancha (por las presas), nadar en las albercas, gotcha, montar a caballo, pasar por el puente colgante y subirse a una tirolesa de 180 metros de largo con una altura máxima de 80 metros.
Caminar por el puente colgante e ir a los miradores ofrece la posibilidad de tener vistas únicas para contemplar mejor esta maravilla natural.
No sólo es la belleza del lugar lo que lo hace único, sino la energía que transmite cuando estas allí, es por eso que los Prismas Basálticos, son un símbolo de Huasca de Ocampo.
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