El poder de las mujeres se sigue expandiendo; los ojos de los medios de comunicación, ambientalistas y protectores del medio ambiente se han posado en una mujer mexicana de origen maya; se trata de Leydy Araceli Pech Martín, una apicultora de 55 años, quien es conocida como la “Guardiana de las abejas”.
Hace unas semanas, el nombre de Pech fue tendencia en redes sociales y es que el pasado 30 de noviembre, a través de una ceremonia virtual se transmitió mediante Facebook, Youtube y Twitter la entrega del premio Goldman, el cual se ha otorgado en San Francisco desde 1989, distinguiendo cada año a líderes de seis regiones del mundo por su liderazgo y activismo ambiental, además de que está dotado económicamente para ayudar en la causa de sus premiados.
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Los galardonados en la edición 2020 fueron:
- Ezequiel Chibize de Ghana, por su lucha contra la construcción de una central eléctrica que utilizaría carbón como combustible.
- Lucie Pinzon de Francia, por su pelea contra el financiamiento de proyectos que buscan relanzar la industria carbonífera.
- Kristal Ambrose de Bahamas, por su combate contra los plásticos desechables.
- Nemonte Nenquino de Ecuador, por defender a la selva amazónica y los territorios ancestrales de los indígenas waraoni.
- Paul Sein Twa de Myanmar por defender la biodiversidad de la cuenca del río Salween.
Y la mexicana Leydy Araceli Pech Martin, por encabezar las luchas que desde hace diez años, vienen librando los indígenas mayas de Campeche y Yucatán en contra de Monsanto Byer, y por sus proyectos de siembra de soja transgénica en ambos estados.
La mujer maya tiene bien merecido el premio Goldman, éste reconoce el liderazgo de la apicultora en su defensa del ecosistema del sureste mexicano, especialmente por defender su territorio.
¿Quién es Leydi Pech y cuál es la historia detrás del premio?
Leydy Pech nació en Hopelchén, Campeche, habitando en una comunidad maya dónde las familias que viven allí se apoyan unas con otras.
Junto con otras mujeres de la zona Pech se dedica a la crianza y preservación de la abeja melipona beecheii, una especie silvestre sin aguijón domesticada por los pueblos mayas de México desde hace cientos de años. Tiene unos cuantos colmenares que sustentan su economía familiar.
Con lo producido por las abejas, Pech y las mujeres de su colectivo elaboran y venden mieles, jabones y cremas en la tienda de la organización.
Para estas mujeres mayas emprendedoras, la miel es mucho más que sustento, es identidad, por lo que han protegido a las abejas de manera contundente.
Es integrante de la cooperativa de agricultura orgánica y agroforestería “Koolel-Kab/Muuchkambal a través de la cual promueve el desarrollo sostenible de comunidades rurales mayas.
La lucha de Leydy Pech por proteger su territorio y la naturaleza se remonta a hace 10 años ya que Pech lideró una batalla legal contra los pesticidas y los transgénicos.
En el año 2000, la apicultora notó como la empresa multinacional Monsanto empezó a cultivar en México pequeñas parcelas de soya genéticamente modificada.
Doce años después, no solo se trataba de pequeños cultivos, sino proyectos de agroindustria a gran escala, lo que empezó a disminuir y contaminar la miel que se producía en la región, poniendo en riesgo el suministro de alimentos, el medio ambiente y el medio de vida de las comunidades mayas. Fue entonces cuando en 2012, Pech inició una coalición y presentó una demanda contra el Gobierno mexicano para detener la siembra de soya genéticamente modificada.
Las cosas salieron bien, pues en 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dictaminó de manera unánime que el gobierno debía realizar previas consultas en las comunidades indígenas antes de sembrar semillas modificadas genéticamente.
“México tiene un tratado internacional donde ha aceptado consultar a gente indígena cuando un proyecto los pone en riesgo. Cuando nos enteramos que el Gobierno había otorgado los permisos sin consultarnos, por supuesto decidimos presentar una demanda”. Explicaba Pech .
Finalmente en 2017, el gobierno revocó el permiso que tenía Monsanto en siete estados del país incluidos Campeche y Yucatán, por lo que gracias a Pech se detuvo la siembra de soya transgénica que tanto daño estaba causando.
Por su origen maya, Pech ha sido objeto de discriminación a lo largo de su lucha. “Desde que inicié ésta lucha, las empresas y gobiernos quisieron hacer ver que no era nadie y que no iba a servir para nada. Sin embargo es no me paralizó al contrario, hizo que buscara más aliados. Encontré la fuerza en la unidad del pueblo maya”. Afirmó Pech.
Para fundamentar su demanda Pech se acercó a las instituciones académicas para obtener ayuda y documentar los impactos del cultivo de soja transgénica en la miel , el medio ambiente y las personas ya que se demostró que este cultivo contiene glifosato, un probable cancerígeno que ésta asociado con abortos espontáneos y defectos de nacimiento .
La Universidad Autónoma de México, fue una de las instituciones que se sumaron; la institución llevó a cabo un estudio de la producción de soja transgénica en Campeche, donde Monsanto había realizado un proyecto piloto, confirmando que el polen de soja transgénica estaba presente en el suministro de miel local.
La UNAM y el Programa de Desarrollo de la ONU también registraron los impactos del glifosato, encontrando rastros del herbicida en el suministro de agua de Hopelchén y en la orina de los residentes de la ciudad.
Con los datos recabados, Pech y el colectivo maya comenzaron una campaña de divulgación y educación para las comunidades locales y los funcionarios del gobierno sobre los impactos negativos de la producción de soja transgénica.
Además organizaron una serie de talleres para que activistas y organizaciones intercambiaran información e investigación, lanzaron peticiones y organizaron protestas simultáneas en siete centros ceremoniales mayas en la península de Yucatán, con aproximadamente 200 participantes.
Leydy Pech es promotora del desarrollo sostenible para comunidades rurales mayas. Actualmente sigue realizando activismo para proteger el ecosistema de la península de Yucatán y ha expresado abiertamente su rechazo al proyecto del Tren Maya ya que considera que se trata de un proyecto que se suma al despojo y a la violación que sufren los pueblos indígenas.
Por todo lo anterior, la activista y apicultora forma parte integral de la cultura maya, siendo un factor clave en la protección de los bosques de Campeche.
Gracias a su defensa por el medio ambiente, la autonomía de los pueblos originarios y la miel, Leydy Pech fue galardonada con el “Nobel” del medioambiente 2020.
“Eso nos da una enorme satisfacción como pueblo indígena. Hicimos un gran paso de resistencia para nuestra tierra y nuestros bosques” Afirma la líder maya en el video de presentación del Premio Goldman.
La activista galardonada conocida como “la guardiana de las abejas” declaró que el premio es para todos los indígenas mayas que se unieron para defender su derecho a un medio ambiente sano y para preservar su patrimonio biocultural.
La lucha de Pech no para, sigue haciendo un llamado a la sociedad civil para informarse, organizarse y defender los recursos naturales de la voracidad de las empresas, a quienes no solo les interesa lucrar sin importarles las consecuencias de sus proyectos de muerte a la salud humana y del medio ambiente.
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