Entender los misterios que nos depara el tiempo futuro es un gran desafío, no obstante, lo que si queda claro es que los avances tecnológicos cada día son más grandes, y es que en esta última década, principalmente en nuestro momento de pandemia, los cambios sociales, digitales y tecnológicos crecieron a pasos agigantados. En tan poco tiempo hemos tenido nuevos artefactos que nos ha permitido una vida más sencilla, rápida, ecológica, etc. Tal es el caso como dispositivos electrónicos que son asistentes personales, carros que se manejas solos, relojes digitales para apoyar nuestro monitoreo de salud, entre muchas otras cosas más.
Recientemente en la plataforma de Netflix se estrenó una serie titulada ‘El futuro de…’ la cual está conformada por 12 mini episodios donde hablan sobre los posibles avances tecnológicos en diferentes aspectos de nuestra vida, como: los perros, el amor, las plantas, la muerte, la moda, la salud etc. Y es que cada uno de estos episodios son reveladores, impresionantes y muy escalofriantes al mismo tiempo. La visión que se tiene al respecto de estos temas es tan moderno que pierde su mismo sentido de humanidad.
No se puede negar que el futuro nos está alcanzando en cada momento. La revolución digital llegó para quedarse y con ella las posibles complicaciones a las que se pueden enfrentar la sociedad misma. El futuro no debe ser malo, tampoco hay que espantarnos, pero, si debemos esperar un cambio en diferentes ramas de nuestra vida.
El cine y su visión futurista/terror
El séptimo arte como voz denunciante que es, a lo largo de su historia ha dejado un legado de grandes filmes que especularon lo que podría ser nuestro futuro. En dichas cintas reflejan el desenlace de una sociedad en constante cambio y hambre por tener el control, donde en ocasiones lo resultados pueden ser desalentadores por la misma irresponsabilidad del humano al aventurarse en este cambio digital. Algunas de estas cintas son: ‘Cuando el destino nos alcance’ (1973), ‘Gattaca’ (1997), ‘El precio del mañana’ (2011), ‘Brazil’ (1985), ‘Elysium’ (2013), ‘Wall-e’ (2008), «y muchas otras más.
Dentro del género de horror corporal y terror con temas futurista, no podemos olvidarnos del gran David Cronenberg, quien junto a los directores John Carpenter y Wes Craven forman el dichoso grupo de “las tres C del terror” por sus increíbles aportaciones a este género, y es que cada uno de los trabajos de estos directores como son ‘Halloween’, ‘Pesadilla en la calle Elm’ y ‘La Mosca’ son cintas que marcaron un antes y después en el cine de terror.
David Paul Cronenberg, es un director y guionista canadiense, quien después de una gran trayectoria en el cine ha dejado cintas que han marcado a más de un espectador, y es que todas sus películas pueden llegar a ser crudas e impactantes, sin embargo, es imposible mirar a otro lado por la excelente narración visual como la historia misma. Entre su filmografía podemos encontrar: ‘Stereo’, ‘Rabia’, ‘Videodrome’, ‘La Mosca’, ‘El almuerzo al desnudo’, ‘Crash’, ‘Existenz’, ‘Spider’, ‘Cosmópolis’ etc.
Cronenberg y el futuro
En esta ocasión el director canadiense llega al 2022 y al festival de Cannes con su última cinta llamada ‘Crímenes del futuro’ en donde el título lo explica casi todo, esa imagen de una sociedad distópica y con muchos cambios humanos, haciéndola una obra maestra en su totalidad. La cinta fue dirigida y escrita por Cronenberg; producida, por Robert Lantos y con música de Howard Shore. Contó con las actuaciones de Viggo Mortensen, Kristen Stewart y Léa Seydoux. Cabe recalcar aquí que uno no debe confundirse con la cinta de Cronenberg que lleva el mismo título, pero del año 1970, aunque ambas pueden tener ciertas cosas similares no son la misma historia.
Crímenes del futuro, la visión más cruda
Hablemos sobre ‘Crímenes del Futuro’. Esta cinta se lleva a cabo en un mundo distópico, lo que puede entenderse como un posible futuro. En este veremos a Saul (Mortense) quien junto a Caprice (Seydoux) son una pareja de artistas performance, en el cual realizan la extirpación de un nuevo órgano que crece en el interior de Saul, y que aparentemente no tiene función alguna. Estas representaciones son muy vistas por toda la comunidad, lo que habla de una sociedad de voyeristas empedernidos, y es que el performance es el nuevo arte.
La razón por la que cada tantos meses Saul se somete a un aparato de autopsia para sacar ese órgano, radica en que en este nuevo futuro no existe el dolor, así es, el humano ha perdido la capacidad de sentir dolor alguno en su cuerpo, por ende el acto performance de Caprice y Saul es para ellos como el nuevo sexo. Esa nueva experiencia de placer y no dolor.
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Conforme los días pasan, Saul conocerá a un hombre que dice tener el cuerpo de su hijo en un congelador, ya que fue asesinado por su propia madre, y ahora guarda su cadáver con la intención de que Saul y Caprice puedan examinar el cuerpo del pequeño en su plancha de autopsia y con este poder hacer el mejor perfomance jamás visto, y es que el pequeño no era como todos los demás, era un niño que había logrado evolucionar al grado de comer únicamente plástico, ayudado por su nueva saliva capaz de deshacer lo que fuera.
Saul y Caprice no dudarán en darle oportunidad a este nuevo acto que podrá ser una revelación hasta para el mismo Saul.
La cinta como muchas otras de Cronenberg habla sobre nuestro futuro, uno donde la sociedad voyerista consumirá los actos más privados del ser humano. Por otro lado, la razón que el niño pueda comer plástico únicamente habla de nuestro legado a las generaciones más jóvenes, una donde lo que habrá en mayoreo será plástico y será la única fuente de alimento, obligando al cuerpo a readaptarse a estas nuevas condiciones. No cabe duda que esta cinta por parte del canadiense deja mucho en que pensar sobre lo que hay adelante, y es que al final de eso habla el título, de eso crímenes que cometeremos para nuestro futuro.
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