“De música, poeta y loco, todos tenemos un poco”
En repetidas ocasiones, de forma cómica o satírica solemos decir que los artistas tienen algo de locura en sus creativas mentes. Muchos aseguran que la locura es parte del proceso creativo de todos aquellos que dedican su vida al arte; esta frase se deriva del hecho que los artistas reflejan las perspectivas que tienen sobre la vida misma en sus obras, algunas de estas perspectivas sueles ser descritas como excéntricas y estrafalarias. Infelizmente, existen casos en los que esta descripción parece tomar un sentido mucho más desafortunado de lo que podría pensarse, (a pesar de que no es precisamente “la locura” lo que agobia a ciertas mentes creativas); tal es el caso del escritor del que en esta semana hablaremos, Ernest Hemingway, uno de los periodistas y escritores estadounidenses más importantes del siglo XX a quien desgraciadamente una enfermedad silenciosa sorprendió de manera gradual. Una enfermedad que tal parecía encontrarse entre su árbol genealógico
Comienzos
Ernest Miller Hemingway, mejor conocido como Ernest Hemingway, nació en Oak Park, Illinois el 21 de julio de 1899; el segundo hijo, y primer varón del matrimonio conformado por Clarence Edmonds Hemingway y Grace Hall Hemingway. Desde muy joven mostró tener aptitudes y gusto por la escritura y el periodismo, llegando a manifestar tal interés durante sus años escolares. Tras concluir la secundaria y antes de volverse novelista, Hemingway trabajó como reportero para el periódico Kansas City Star.
Durante la primera Guerra Mundial, Hemingway tuvo una participación en la guerra como conductor de ambulancias en Italia, luego de atender en 1918 y con tan solo 17 años de edad a una campaña de reclutamiento por parte de la cruz roja de Kansas City; resultando herido el 8 de julio malherido por fuego de mortero, después de un año, Hemingway comentaría a detalle tales hechos, de os cuales, algunos formarían parte de su libro ‘Muerte en la tarde’.
Después de la guerra, y a mediados de 1919, en Chicago, trabajó como editor para la revista Cooperative Commonwealth como editor asociado, durante ese periodo de su vida, conocería más tarde a Elizabeth Hadley Richardson, su primera esposa.
Luego de nacimiento de su primer hijo, Jack Hemingway, el 10 de diciembre de 1923 el primer libro de Hemingway se publicaría en ese mismo año; “Tres relatos y diez poemas”; uno de las obras más recordadas del escritor, y el cual se constituye por (tal y como su nombre lo indica) tres cuentos cortos y diez poemas. Su primera edición más de 200 copias.
Premio Nobel
Antes de obtener uno de los reconocimientos que cambiarían su vida y que lo inmortalizarían como uno de los escritores más sobresalientes de los Estados Unidos, Hemingway comenzó a llevar una vida de alcoholismo y a mostrar comportamientos de alto riesgo, como lo eran la pesca de altura.
Para ese entonces, desafortunadamente, Hemingway se encontraba atravesando turbulentos momentos, luego de haber atravesado por tres divorcios anteriores. Si algo caracterizaba a Ernest Hemingway, es que se encargaba de plasmas algunos de los detalles de su vida en algunas de sus obras, y aquellos que eran sus sueños y ciertas vivencias amorosas no fueron la excepción, y es que si algo era evidente es que el revoltoso corazón de este controversial escritor, dio en su momento, mucho de qué hablar, pues por si fuera poco, él jamás negó tener gusto por aquellas actividades que se consideraban peligrosas, ni tampoco que sufría de depresión, trastorno bipolar, rasgos narcisistas y psicóticos. A pesar de todo lo mencionado, Hemingway decidió solicitar ayuda médica, pues, por si fuera poco, su adicción al alcohol comenzó a ocasionar estragos en su hígado.
[Te podría interesar: ‘Mary Shelley; la brillante y atormentada mente oculta tras Frankenstein‘]
Alrededor de ese mismo año, en 1948 comenzó a escribir el borrador de la que sería su más grande obra; ‘El viejo y el mar’. Este escrito fue el último trabajo de ficción de Hemingway y aclamado a tal grado de que en mayo del año 1952 recibió el premio Pulitzer. El manuscrito trata sobre un pescador cubano de 84 años llamado Santiago el cual, durante tres días, libra una intensa batalla contra un gigantesco pez marlín al que logra hacer morder el anzuelo, luego de tener años de no conseguir ni una sola pesca; finalmente tras un largo veredicto, se volvió merecedor del Premio Nobel, en octubre de 1954.
Un trágico presagio
Pese al gran triunfo que obtuvo y al despunte de su trayectoria de escritor, los padecimientos de Ernest Hemingway se agravaron, específicamente la depresión y el alcoholismo, pues en repetidas ocasiones, el escritor recalcó que solía medicarse con bebidas alcohólicas. Como si se tratase de un terrible presagio, debe mencionarse que su árbol genealógico, sobresalía una considerable cantidad de familiares que sufrían de depresión, entre los que desafortunadamente destacaría tiempo más tarde, el propio Ernest; quien perdería la vida el 2 de julio de 1961 tras dispararse con una escopeta.
-
Foto portada: Lloyd Arnold/Hulton. Getty Images. Fuente /greelane.com