Siguiendo con el tema ambiental que nos ocupa durante el mes de enero, hoy nos alejamos de los grandes y catastróficos titulares sobre cambio climático para prestar atención a un país insular que no atrae la atención de la mayoría de los medios de comunicación internacionales: Tuvalu. A mitad del camino entre Australia y Hawái se encuentran 9 porciones de tierra, las cuales forman al Estado de Tuvalu.
Este país es uno de los más pequeños y con menor número de habitantes, estimados en apenas 12,000, pero eso no le ha impedido mantener relaciones internacionales con otros actores de la sociedad internacional. Desde que consiguió su independencia del Reino Unido, este Estado ha mantenido estrechas relaciones con Nueva Zelanda, Australia y las islas Fiji.
Sin embargo, desde que inició su vida independiente la mayor parte del escenario internacional recuerda a este micro Estado como el “país que se hunde”. Tuvalu, desde su ingreso a la Organización de las Naciones Unidas (en el año 2000), ha pedido se tomen medidas en contra del calentamiento global, pues el aumento del nivel del mar poco a poco ha ido afectando la vida de sus habitantes y si esta situación continúa, el país está en riesgo de desaparecer.
La historia hasta ahora
En la isla se consideran como normales ciertas inundaciones al año, y cuando son muy violentas afectan las casas de los habitantes y estropean sus enseres domésticos; la preocupación empezó cuando dichas inundaciones se hicieron cada vez más frecuentes. Posteriormente varios pobladores notaron como las palmeras morían poco a poco debido al aumento de la salinidad del suelo. Cuando varios aviones se vieron ante la imposibilidad de aterrizar en el país porque la pista de aterrizaje estaba cubierta de agua, los ciudadanos entraron en acción.
Desde entonces se han tomado muchas medidas, incluso el otrora Primer Ministro Enele Sopoaga ha lanzado en Naciones Unidas la pregunta de ¿qué harías si tu país enfrentará la amenaza de desaparecer mientras duermes? Además negoció la posibilidad de mover a sus habitantes con sus países vecinos, especialmente Nueva Zelanda, en caso de que la situación se torne crítica. Por su parte los medios de comunicación reportaron estos acontecimientos bajo titulares como «Hoy Tuvalu, ¿mañana nosotros?».
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Es por ello que el país fue un gran promotor del Protocolo de Kyoto, el cual parece tener cada vez menos éxito pues los grandes emisores de gases de efecto invernadero como Estados Unidos, la República Popular de China y Australia no se adhirieron a él, mientras otros países, como Canadá, se salieron del instrumento. Por eso, el éxito del Acuerdo de París es fundamental para Tuvalu, pues ahí se decidirá si el país puede sobrevivir, o sus habitantes tendrán que ser aceptados por Nueva Zelanda ante la negativa de Australia de recibir a los refugiados ambientales.
Tuvalu se hace chiquito ¿o grandote?
En 2015 se presentó una investigación en la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), en la que se concluye la imposibilidad de estas islas para hundirse, pues están formadas de coral. De acuerdo a dicha investigación este tipo de islas tiene una gran capacidad para cambiar de forma y moverse con relación a los sedimentos marinos, haciendo que crezcan en lugar de encogerse a pesar del aumento en el nivel de las aguas.
Entonces ¿por qué parece que Tuvalu se encoge? De acuerdo a la misma investigación, las islas tienen un proceso de erosión natural, ocasionada por el nivel del mar, las olas y otros factores geográficos. No obstante, esta misma pérdida formará sedimentos en el mar que se anexarán al otro extremo de la isla. Es así como Tuvalu sería como el chorrito de la canción de Cri-Cri en un ciclo eterno, se hace grandote o chiquito, dependiendo desde que lado se le vea.
Consideraciones finales
Gracias a la enorme cantidad de avances científicos que se han realizado en el último siglo ha sido posible se conozcan a profundidad los efectos del cambio climático y las implicaciones que tendrá en caso de no detenerse. Por ello, y aunque la investigación acerca de las propiedades de las islas de coral sean ciertas, es importante en primer lugar considerar los drásticos efectos que tendrá para un país cuya principal actividad económica es la agricultura de subsistencia, el perder la mayor parte de su infraestructura, pues los caminos y edificios terminarán por hundirse cuando la isla se adapte al nuevo nivel del mar.
En segundo lugar queda la duda de que pasará con aquellas islas y, posteriormente grandes extensiones de tierra, que no están formadas de coral, haciendo inevitable se hundan cuando el nivel del mar aumente y las alcance. Por último, pensar en toda la flora y fauna que se está perdiendo desde hace años gracias a los efectos del calentamiento global como los osos polares y algunas especies de pingüinos. Esta situación sólo se resolverá cuando se atienda el problema de fondo y no solamente de forma. Quédate atento, pues la última semana analizaremos el papel de la crisis ambiental en los medios de comunicación.