En las celdas del Palacio de Lecumberri estuvieron Alfaro Siqueiros, Juan Gabriel y Pancho Villa. Y hoy, la que fuera una de las cárceles más peligrosas y temidas de la historia en nuestro país, hoy alberga documentos históricos como cartas de Benito Juárez y manuscritos de Sor Juana Inés de la Cruz.
Con el idealismo de Porfirio Díaz de crear un país modernista fue que surgió la idea de construir un centro penitenciario de primer mundo en Lecumberri. La construcción se inició el 9 de mayo de 1885 y concluyó el 29 de septiembre de 1900.
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La arquitectura es un pabellón dónde los presos eran encarcelados individualmente por celda alrededor de una torre de vigilancia central. El prisionero jamás se enteraba si estaba siendo observado o no, lo que le provocaba un estado consiente de estar vigilado y esto le otorgaba a los celadores un extenso poder. Una especie de gran hermano de principio de siglo pasado.
Fue planeada para alojar 180 mujeres, 800 hombres y 400 menores de edad en un total de 804 celdas. Contaba con enfermería, talleres, cocina, panadería y un pabellón psiquiátrico, un área de gobierno, servicio médico y salas de espera.
El lugar se dividía en crujías que eran separadas según el delito cometido, cada crujía contaba con celdas individuales y una de castigo, que era regida por un consejo.
Hubo presos como Gregorio Cárdenas el estrangulador de Tacuba, quien siendo interno escribió 4 libros. Otros célebres personajes fueron José Revueltas y Alfaro Siqueiros quien realizó un mural que aún se conserva en una de las galerías del lugar y que puedes visitar.
La prisión también sirvió como locación para diversas películas, tal vez la más importante fue: Nosotros los Pobres que protagonizó Pedro infante en 1949.
Su nombre se debe al lugar donde fue construida, era un terreno perteneciente a un español que llevaba el apellido Lecumberri.
Actualmente se desempeña como el Archivo General de la Nación, las celdas que un día tuvieron como huésped a Pancho Villa ahora albergan documentos históricos, como cartas de Benito Juárez, las Constituciones de 1814, 1857 y 1917, manuscritos de Sor Juana Inés de la cruz y la carta original de Independencia del imperio mexicano, estos son solo algunos de los más de 17 millones de documentos, el año pasado la UNESCO otorgó el reconocimiento “Memorias del Mundo” a unos mapas indígenas y coloniales que se encuentran dentro del acervo de la Inquisición.
Entre las curiosidades de su interior se encuentra la biblioteca José O’ gorman y una sala de banderas; también es posible consultar la mayoría de los archivos si tramitas una identificación de investigador en sus oficinas.
Si lo que te interesa es conocer alguna de sus muchas leyendas, puedes sumarte a la visita guiada nocturna que se organiza todos los jueves, en ella sabrás porqué se le conoce como el Palacio Negro. También escucharás la historia del prisionero ahorcado; el tenebroso relato de un interno quien había sido condenado a una larga pena en prisión por un crimen que según él, no había cometido. Antes que padecer las penas que le esperarían en la cárcel aprovechó un descuido de los guardias para ahorcarse con las sabanas de su propia celda.
