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4 recomendaciones de grandes escritoras mexicanas para leer este el año

La lucha por el reconocimiento de los derechos de las mujeres es larga y aún falta mucho. En México, la conquista del sufragio femenino se dio el  17 de octubre de 1953 —durante la administración de Adolfo Ruíz Cortínez—, gracias al trabajo de la primera ola del feminismo. La tercera ola de este movimiento está en búsqueda del reconocimiento de la mujer para decidir sobre su cuerpo (aborto y anticonceptivos), amén de que busca soluciones para  la violencia de género que en miles de casos termina con la vida de las mexicanas.

En este tenor, cada vez se reconoce más el talento de las nacionales tanto al interior como en el extranjero:  se distinguió a  Daniela Soto-Innes como la mejor chef del mundo en 2019. Ese mismo año, la bailarina Elisa Carrillo Cabrera recibió el Premio Benois de la Danse y Mayra Gonzáles Velasco se convirtió en la directora de ventas globales de Nissan Motors.

Y si bien son grandes los logros anteriores, existe un área olvidada la mayor parte del tiempo: la de las letras. Es necesario reconocer que el sector anterior es complicado: si el autor tiene éxito con la audiencia es probable que se le tache de comercial y si es alabado por los especialistas, las personas consideran la escritura del reconocido como complicada, académica, aburrida, etcétera. No obstante, existen grandes exponentes femeninas —igual que en las letras sexodiversas— y mexicanas en el campo de las letras. Por ello, y en preparación para el ocho de marzo de este año, te traemos una lista de recomendaciones de mujeres escritoras para leer todo el año.


1. Guadalupe ‘Pita’ Amor

Fuente: zendalibros.com

La dueña de la tinta americana a los 27 años tomó su lápiz para cejas y en una servilleta escribió el inicio de Yo soy mi casa, que cautivó a la crítica especializada y al público por ser una combinación entre libro de memorias y novela. Sin embargo, la historia de Guadalupe Amor comenzó el 30 de mayo de 1918, siendo la menor de siete hijos del matrimonio de Emmanuel Amor Subervielle y Carolina Schmidtlein García Teruel. Como los apellidos lo sugieren, la familia pertenecía a la aristocracia que perdió su fortuna en la Revolución Mexicana.

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A pesar de su talento para escribir sonetos —los cuales son bastante complicados por su composición endecasílaba—, la prensa de su tiempo se dedicó a cubrir más su belleza y los escándalos que la rodeaban (especialmente sus amoríos con hacendados, toreros y artistas). Todavía peor, en un primer momento se le acusó de ser una escritora fraudulenta y que la persona detrás de sus composiciones era Alfonso Reyes. Sin embargo, él mismo desmintió los rumores y señaló que no había lugar a comparaciones odiosas, pues el talento de la menor de los Amor era un caso excepcional.

Si se quiere ahondar más en su vida es un obligado el texto de su mayor biógrafo y amigo Michael K. Schuessler: Pita Amor. La undécima musa, prologado por su sobrina Elena Poniatowska Amor. Toda la obra de Guadalupe Amor es sensacional y la consolida como una pionera de la liberación femenina. Para introducirse a su poesía te recomendamos el Material de Lectura, Serie de Poesía Moderna #163, de la UNAM.

Si quedas cautivado por el talento de la mexicana puedes seguir con Puerta obstinada, Círculo de angustia y Polvo, donde experimentarás de primera mano la angustia y las dudas que acompañaron durante gran parte de su vida a la undécima musa. Si ya la has leído, ¿cuál es tu poema favorito? Compártelo con nosotros en los comentarios. Aunque ‘Letanía de mis defectos’ es uno de sus textos más populares, mi favorito inicia con:

“Casa redonda tenía de redonda soledad […]”


2. Inés Arredondo

Fuente: elsoldesinaloa.com.mx

Su nombre completo es Inés Amelia Camelo Arrendo y nació el 20 de marzo de 1928 en Culiacán, Sinaloa (sí, ¡es culichi!). Quizá no hayas oído de ella, pero forma parte del Grupo de la Casa del Lago —los nombres de sus exponentes masculinos son más que recordados: Octavio Paz, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco; empero, la sociedad mexicana se tardó en reconocer a las mujeres parte del grupo: Elena Garro, Rosario Castellanos, Elena Poniatowska—, aunque su nombre no ha obtenido el reconocimiento que el de sus contemporáneos.

Además, la vida de Inés estuvo marcada por infortunios, lo que le afectó profundamente pues era una persona extremadamente sensible, y fue esta característica por la que se le publicitó en la prensa. Así, en lugar de centrarse en sus ensayos y magníficos cuentos, se prestó más atención a la vez que intentó suicidarse siendo estudiante de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, pues al leer a Nietzsche descubrió que Dios había muerto y una vida sin este ser no merecía la pena ser vivida; enfrentó otra crisis existencial cuando su segundo hijo nació muerto. Para complejizar aún más las cosas fue operada de la columna en cinco ocasiones y terminó sus días postrada en una silla de ruedas.

Empero, su producción fue prolífica y llena de sentimiento. Antes de entrar de lleno a sus cuentos, hay que señalar su vocación docente: fue profesora de Literatura en la Escuela de Cine de la UNAM —donde también impartió cursos temporales—, crítica del suplemento cultural de la revista Siempre!, profesora de la Escuela de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y coguionista de la película Mariana (1967). ¿Queda alguna duda del talento y la multidisciplinariedad de esta mexicana?

Ahora, lo que venimos a recomendarte aquí son sus cuentos sin denostar su demás producción —cabe resaltar que algunas de sus obras fueron traducidas al inglés y alemán—. Inés Arredondo fue una mujer adelantada a su época y tocó en sus cuentos temas tabú para la sociedad mexicana: insinuación de y relaciones incestuosas (‘Estío’, ‘Mariposas Negras’), la homosexualidad (‘Opus 123’, catalogada como novela), y el erotismo y el deseo (prácticamente todos sus cuentos, aunque destacamos ‘Wanda’).

Fuente: goodreads.com

En el Día Nacional del Libro del 2019 —celebrado el 12 de noviembre— se obsequió por parte de la Asociación Nacional del Libro una antología de esta autora titulada De amores y otros cuentos, una distinción más que merecida. ¿Has leído algún cuento de Arredondo? Compártelo con nosotros en los comentarios. Respecto a mi favorito es uno que inicia con:

“Aunque iban a la misma escuela, Pepe Rojas y Feliciano Larrea nunca fueron amigos […]”


3. Fernanda Solórzano

Fuente: parabolica.mx

México es uno de los países con más salas de cine: para 2018 se colocaba en cuarto lugar con 6, 742 complejos —sólo detrás de la República Popular China (50, 776), Estados Unidos (40, 431), e India (8, 455)—. Además, nuestra nación es una de las taquillas más importantes a nivel mundial. En este sentido y con este dato en mente, no es extraño que exista un nicho importante para la crítica de cine.

Así llegamos a la vida de una niña que ama leer, pues ve que su madre pasa una parte importante del tiempo leyendo —especialmente novelas históricas—. Cuando llega el momento de escoger licenciatura, la joven se decanta por Literatura Latinoamericana, pues ella quería seguir leyendo, aunque no tenía claro si después se enfocaría en la docencia o la escritura. Su primer texto publicado apareció en La Jornada Semanal y fue sobre el director Abel Ferrara. Posteriormente, ella comenzó a escribir semanalmente críticas de cine en el suplemento cultural del periódico Unomásuno: ‘Sábado’. Todavía nadie podía vaticinarlo, pero tras la publicación de su crítica de ‘Belleza Robada’ (1996), de Bernardo Bertolucci, seguirían miles.

Fuente: cinepremiere.com.mx

Hablamos, por supuesto, de Fernanda Solórzano, quien es una de las críticas más populares de México. Colabora en la revista Letras Libres, donde publica críticas de cine en la sección ‘Letrillas’; además, lleva el videoblog Cine aparte, el cual es parte de la misma publicación. Por si esto fuera poco es conductora del programa Encuadre Iberoamericano, que se transmite por TV UNAM. Sin duda, es una de las voces más importantes en materia de cine en México y el mundo (en alguna ocasión fue parte del jurado de Sundance).

Y para rematar, además de publicar en gran cantidad de publicaciones periódicas, escribió en 2017 el libro de ensayos Misterios de la sala oscura. Ensayos sobre el cine y su tiempo. En dicho texto —que ya va en su tercera reimpresión—, Fernanda Solórzano aborda películas que marcaron la vida de miles de personas: ‘Taxi Driver’ (1976), ‘Tiburón’ (1975), ‘El exorcista’ (1973), entre otras. Sin duda, esta mujer es un claro ejemplo de que la crítica también forma parte de las letras.


4. Claudia Cabrera Espinosa

Fuente: jornada.com.mx

Para cerrar, es necesario mantener en el radar a la última ganadora del Premio de Literatura Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco, otorgado por la FIL de Guadalajara: Claudia Cabrera, quien se desempeña también como editora y traductora. La mexicana sorprendió con su libro Posibilidad de los Mundos, mosaico de textos inigualables y prácticamente sensoriales que es de lo más refrescante esta temporada. Y ¿por qué no?,  da click aquí para leer ‘Opacidades’, cuento parte de su libro ganador.

Cabe resaltar que también es colaboradora de la revista Este País, además de candidata a doctora en Letras Españolas por la UNAM. Además, ya había publicado dos libros infantiles: El cuaderno de Ana y Una historia de aventis. Sin duda, la producción de Cabrera es el balance perfecto entre divulgación —especialmente sus ensayos sobre autores— y literatura.

el-cuaderno-de-ana

Por supuesto, como en todo listado, la selección es subjetiva y se quedaron fuera grandes exponentes femeninas de las letras mexicanas. Compártenos a tus favoritas en los comentarios. Y cerramos con unas líneas de La China Mendoza —referente del periodismo mexicano—, de un artículo del número actual de Algarabía, donde le sugiere a Maruxa Vilalta el nombre del algunas mujeres que debería entrevistar:

«Eva, sin apellidos y con domicilio en el Paraíso S.A. Vendedora estrella del departamento de frutería, con experiencia en operaciones de injertos óseos y conocimientos en el campo de los reptiles. Fue expulsada del paraíso porque los ángeles le dijeron que no estaba en su sindicato de alas ni en su cooperativa de halos. La Malinche, llamada a veces doña Marina, traductora y agente de viajes. La Llorona, directora de una gran compañía de alarmas y futura anticomunista […]»