El pasado viernes 30 de abril se celebró el día del niño; si bien la fecha oficial por las naciones unidas es el 20 de noviembre, en varios países su celebración tiende a cambiar, esto debido al tratado en Ginebra donde se declaró que cada país podría poner una fecha específica para conmemorar a los más pequeños. En México se encontró un acta de 1916, donde se mostraba que en Ciudad Victoria, Tamaulipas, se celebraba el día del niño el 8 de mayo, no obstante para la declaración de Ginebra se cambió para el 30 de abril en 1924, misma fecha estableció a la vez las garantías de los niños.
En esta celebración nacional se festeja a los más pequeños del hogar, como forma de conmemoración a los infantes se pueden realizar actividades culturales, obsequios, reuniones etc. todo con una sola finalidad, que los niños gocen de su día, que disfruten de sus obsequios y regalos y es que hay que recordar que ser niño es una de las etapas más bellas del humano, donde la inocencia y la pureza está a flor de piel.
[Te puede interesar ‘‘Medianoche en París’ un recorrido cultural con matices nostálgicos‘]
La primera realizadora visual Saudita
En el año 2012 la directora Haifaa al-Mansour, hizo su primer largometraje donde mostró la inocencia de una niña de 11 años que su único anhelo consiste en poder tener una bicicleta verde y de esta manera competir con su mejor amigo. Haifaa logró retratar en este filme la infancia de muchos niños en el país de Arabia Saudita, principalmente la restricción y prohibición para el género femenino, así que las niñas cuentan con menos posibilidades que un niño por el simple hecho de ser mujer.
Haifaa al-Mansour es una directora de origen Saudita, convirtiéndola en la primera mujer directora de su país. A lo largo de su carrera ha desarrollado varios proyectos fílmicos, la mayoría de ellos con sentido feminista, esto basado en su experiencia vivida en el país de Arabia Saudita. Entre sus obras se encuentran: el documental Women without shadows (2005) Mary Shelley (2017) y The perfect candidate (2019).
Ser niña y mujer en un país
En esta ocasión nos centraremos específicamente en su primer largometraje Wadja o Wadja y la bicicleta verde. La historia se centra en la vida de Wadja( Waad Mohammed), una niña de 11 años que como otra del país de Arabia, sale a clases por la mañana a aprender a recitar pulcramente el Corán, no obstante Wadja es muy diferente a todas las demás niñas que saben que para salir adelante en esa sociedad se deben seguir reglas; ella es solo una niña, que como tal, quiere divertirse jugando con su amigo Abdullah (Abdullrahman Al Gohani).
Para lograr su cometido ella se ve en la necesidad de comprar una bicicleta y de esta manera tener más horas de diversión junto a Abdullah, sin embargo, en su cultura está mal visto que una mujer monte una bicicleta, ya que se considera peligroso y poco femenino.
Ella no dejará que eso la detenga y pide dinero a su madre, quien rotundamente se lo negará; visto que no logra tener una respuesta positiva de su mamá, intenta encontrar una diferente por parte de su padre, sin embargo, y para desgracia de Wadja él nunca se encuentra en su casa. Su abuela (la madre de su padre) se ha dado la tarea de conseguir una nueva mujer para su hijo, esto con la intención de que con una nueva esposa pueda procrear un hijo varón. Su padre quiere mucho a Wadja, no obstante en un país como Arabia es de suma importancia poder dar vida un hombre en el árbol genealógico. Sin apoyo de su madre, de la sociedad y un padre ausente, la valiente Wadja se inscribe a un concurso para recitar el Corán y de esta manera conseguir el premio que consta de 800 riyales, no obstante, a pesar de su dedicación, esfuerzo y salir ganadora del concurso, nada sale de la forma que ella planea, la directora de su colegio al enterarse en lo que Wadja planeaba usar el premio, decide que lo mejor es donar el dinero a Palestina, dejándola sin esperanza para comprar su amada bicicleta.
Un filme con ojo crítico
La película muestra varias condiciones en las que se vive en este país, primordialmente la opresión a las niñas, quienes son educadas y formadas con la intención final de que se casen y sean buenas esposas, despojándolas de todo deseo y anhelo. Haifaa logra mezclar todo esto con el carisma y rebeldía de Wadja; un personaje que muestra todo el concepto de ser niña y mujer en un país donde el género masculino es el que toma las decisiones.
Wadja, es un filme enternecedor y crudo al mismo tiempo. Tener como personaje principal a una niña, te muestra la perspectiva de vida de los niños, los más pequeños, quienes su único interés radica en divertirse, en soñar… en vivir.