“Si la revolución me condujo al arte, el arte me llevo a la revolución” Serguei Eisenstein, cineasta vanguardista
Bajo el yugo del Zar Nicolás II, Rusia, vivió bajo una tensión política y extrema pobreza, su población mayoritariamente campesina despojada de sus derechos, sin embargo, esto pronto colapsaría, dando origen al tan anhelado despertar del pueblo; la naciente clase proletaria y las nuevas tendencias de Occidente rechazaban el régimen autocrático, poniendo en pugna la transformación política y social bajo el manto de la ideología socialista y comunista, desencadenando una serie de reacciones, no solo en el plano político, sino también en el ámbito artístico.
Con el objetivo de “trastocar todos los órdenes tradicionales”, la Vanguardia Rusa, innovadora manifestación artística, que revelaba la rebeldía modernista del gélido país, abarcó fines del Siglo XIX y principios del XX; dando utilidad social, representado por la transformación de la Rusia zarista en un pueblo con voz y participación ciudadana, una naciente clase proletaria, sapiente de su derecho a la expresión.
[Te podría interesar: ‘‘Fragments of Extinction’, la acústica como lucha contra la extinción de los ecosistemas‘]
Nuevas corrientes: Constructivismo y Suprematismo
Dentro de esta época nacieron dos corrientes imperantes:
Constructivismo, alude a la transformación de la realidad material, caracterizándose por la influencia estética sobre todo en arquitectura o el diseño gráfico, mediante carteles propagandísticos publicitarios.
Suprematismo: marcó una tendencia mística-filosófica.
Ambas reacciones artísticas, tuvieron un auge mundial, debido a su carácter ideológico y al uso de materiales, formas, montajes y texturas que derrumbaron un paradigma histórico; dentro de esta Vanguardia se formó un círculo de intelectuales, poetas, arquitectos, diseñadores, cineastas, músicos, escultores, músicos coreógrafos y pintores, que abrieron los brazos a esta nueva propuesta.
Campo de acción
Las creaciones plasmaron la sed del pueblo ruso por romper con el orden establecido y la ideología impuesta; Stalin máxima expresión de autoritarismo político, propició el ambiente revolucionario, que artistas usaron para la propagación de las sediciosas ideas, encontrando apoyo en los partidos socialistas, “para construir el futuro que la revolución prometía”.
Exponentes como Alexander Rodchenko, Kazimir Malevich, Vasili Kandinsky, Serguei Eisenstein, por mencionar a los más destacados llevaron a Rusia a dar un paso hacia la Vanguardia, concepto militar que designa el avance de un ejército para abrirse paso.
El arte, medio de divulgación revolucionaria
El arte siendo un camino de expresión humana, cumple una función social, sin embargo, su alcance también hace presencia en lo cultural, educativo, religioso, político y antropológico, objetivo que pretendió y logró ésta manifestación revolucionario.
La participación femenina también se hizo presente, ponderando la convocatoria de la mujer dentro del atrasado contexto, Natalia Goncharova y Liubov Popova, dan muestra de ello.
Al encontrar su origen en la caída del zarismo y dotar a los marginados y a los sectores más cegados por el analfabetismo, tenía que ser reaccionario, subversivo, mostrándose en contra de cualquier aspecto burgués, como la academia, la sociedad y el régimen político.
Poco a poco como la vanguardia de un ejército que toma su posición inicial en un embate, los miembros de esta corriente externaron sus necesidades, e hicieron de su arte una proyección mundial, donde se enaltecía la modernidad de un nuevo despertar ruso.
