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El Museo de las Relaciones Rotas: terapia para un corazón destrozado

En el mundo, todos los días hay un corazón roto por una ruptura amorosa o una relación sentimental fallida, en donde los recuerdos que se tienen complican el poder aceptar que “ya fue” y que es momento de avanzar.

Después del rompimiento, hay indecisión sobre qué hacer con todos los elementos u objetos que nos recuerdan al otro; no estamos seguros de sí debemos tirarlos o guardarlos en el cajón de los recuerdos.

Aunque déjenme decirles que hay otra opción; existe un museo en el que puedes donarlos  y así sobrellevar la ruptura con desahogo y un poco de humor.

El museo sobre el que hablaremos, es bastante peculiar, tanto por la historia de su origen, como por la colección de objetos que alberga.

Se trata del Museo de las Relaciones Rotas, ubicado de forma permanente en el hermoso palacio barroco Kulmer, en Ciudad Alta, la zona histórica de Zagreb, capital de Croacia.

El sitio está dedicado a romances inconclusos y amores fallidos; representa la oportunidad de superar el colapso emocional de una ruptura, a través de la creación de obras destinadas a una colección, donando todo aquello que trae recuerdos de una relación que una vez fue muy importante.

Fue fundado por los artistas croatas Olinka Vistica (productora de cine) y Drazen Grubisic (escultor), cuando en 2003 la relación que los unía llegó a su fin.

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Fuente: infobae.com

La historia que originó su fundación es la siguiente: los artistas tenían un conejo; el propósito de Honey Bunny, este animalito de juguete, era acompañarlos en los viajes que no pudieran hacer juntos, y posar en las fotos para enviarle al otro.

Podemos ver que estaban enamorados, sin embargo la relación tuvo su final, cuatro años después de conocerse, por lo que se preguntaron mutuamente quién se quedaría con el conejo.

Como la ruptura había sido en buenos términos, y ninguno quería renunciar al juguete, era una prueba de que su amor había existido, y eso lo hacía valioso.

Querían encontrar un lugar para guardarlo que fuera seguro, pero que lo alejara lo suficiente para dejar de ser un recordatorio constante del desmoronamiento de su relación.

Empezaron a buscar opciones en Google sobre qué hacer con los recuerdos de ese tipo y lo único que encontraron fueron sugerencias de rituales para prenderles fuego.

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A nadie se le había ocurrido aún rendirles homenaje a  los restos de un amor que ya no es, hasta que llegaron ellos con su idea de depositar su historia de rompimiento y los objetos de la relación finalizada, en un museo.

Al principio solo eran parte de la colección del museo sus objetos personales, con el tiempo se fueron añadiendo los de sus amigos que también habían puesto fin a relaciones, y así fue aumentando la colección, aunque fue hasta el 2006 cuando se mostró al público.

Fuente: lbsbworld.com

La exhibición de los objetos se hizo de forma itinerante, en donde la colección de las piezas viajo a diferentes países como Argentina, Bosnia-Herzegovina, Alemania, Macedonia, Filipinas, Serbia, Singapur, Eslovenia, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido y los Estados Unidos.

Así fue como entre 2006 y 2010, la colección de objetos pudo ser vista por más de 200,000 visitantes.

En el camino, durante la gira mundial, la colección fue aumentando de forma espontánea, a través de donaciones anónimas por parte del público.

“Al principio tenía miedo de que solo nos llegaran cartas, juguetes de peluche y cartas aburridas” contó Grusbisic  a ABC de Australia, pero cuando empezaron a recibir las donaciones para el proyecto quedaron asombrados por “la variedad de emociones y por las diferentes formas en que las personas aman y se separan”.

Al finalizar la gran gira por el mundo y tras no contar con la colaboración del Ministerio de Cultura de Croacia para conseguir una ubicación para el museo, sus fundadores decidieron alquilar el espacio de 300 metros cuadrados, donde se encuentra actualmente en Zagreb.

Convirtiéndose así, en el primer museo de la ciudad de propiedad privada, abriendo por fin sus puertas en octubre de 2010, elegido en el mismo año como el museo más innovador en los European Museum Awards, siendo uno de los más populares en Croacia.  Ahora también con una sede en los Ángeles.

En la actualidad, la colección del museo se nutre de donaciones de personas anónimas que han enviado sus obras.

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Fuente: feeds.croatia.hr

Los donantes, no son artistas, lo único que mantienen en común es que tienen el corazón roto, o al menos han finalizado una relación sentimental.

Cabe mencionar que las donaciones hechas, no son artículos cualesquiera, son rarezas, artículos curiosos, cada uno acompañado de una pequeña historia que lo ilustra, dándole mayor relevancia al objeto. Algunas historias son tiernas y sentimentales, otras conmovedoras.

En éste lugar se exhiben cientos de artefactos de todo tipo que pertenecen a ex amantes, son recuerdos materiales personales de alguna relación que acabó: regalos, cartas, álbumes de fotos, vestidos y en definitiva, cualquier objeto más o menos cotidiano que recuerde especialmente a la persona ya no amada.

Por ejemplo, en una tarjeta de identidad francesa donada por una persona de Eslovenia se lee: “Lo único que quedó de un gran amor fue la ciudadanía”.

También, una mujer dejó un hacha con la que destrozó en pequeños pedazos los muebles de su novia cuando se separó.

Otro de los objetos donados con una historia peculiar es una bolsa vacía de galletas de la fortuna adjunta a una taza de Starbucks, en la que se lee: “Fuiste mi primer amor. Y deseaba que también fueras mi último. Cuando conseguimos esas galletas de la fortuna y abrí la mía, decía [tienes que aprender a leer entre líneas]. Debería haber seguido ese consejo porque entre esas líneas estaba usted engañándome una y otra vez. ¿No es irónico?  ”.

Una plancha, es otra de las piezas de la colección, y su historia es la siguiente: “Ésta plancha se utilizó para planchar mi traje de novio. Ahora es lo único que queda”.

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Hasta un juguete de hamburguesa está allí, del cual se escribió al respecto: “Su perro dejó más rastros que él”.

Hoy en día el museo recibe contribuciones desde cualquier parte del mundo e incita a hacerlo desde su página web, en dónde dice ofrecer una terapia alternativa para superar el colapso emocional de una separación a través del acto recreativo de la donación.

Para ello, lo primero es llenar un formulario, en el que se explica que todas las donaciones se vuelven parte de la colección permanente del museo (aunque no garantizan que se pongan en exhibición), y no tienen devolución.

Una vez aceptados éstos términos, se completan los campos requeridos: nombre, país, ciudad, email, teléfono, cuál es el objeto que se enviará, duración de la relación y por último la descripción/historia, que piden se escriba en la lengua materna para que el relato conserve la “esencia”. Después según explica, se recibe un mail de confirmación con las instrucciones para el envío.

El Museo de las Relaciones Rotas, contiene no sólo objetos de relaciones fracasadas, sino cosas que quedan atrás cuando alguien se va lejos o pasa a otra etapa de su vida. Lo importante no es en sí el objeto que se expone sino las historias que hay detrás de cada objeto expuesto.

A través de este museo, se busca crear un espacio de memoria segura o memoria protegida con el fin de preservar el patrimonio material e inmaterial de las relaciones rotas.

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Fuente: travelreportmx.com

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