Hoy en día el liderazgo continúa perfilándose como una de las características y habilidades más valoradas en el ámbito laboral y social, puesto que no se trata solo de tomar la responsabilidad de dirigir a otros para el logro de metas, sino que tiene ver, además, con un equilibro personal y con la valentía de tomar las riendas de nuestra propia vida.
Sin embargo, hay algunos obstáculos que pueden frenar tu motivación y hacerte creer que no puedes desarrollarte como líder o que incluso, nunca podrá alcanzar tus mayores anhelos debido a tu falta de confianza o de coraje. Por tal razón, te invito a que reflexiones y consideres los siguientes puntos para que logres sacar a la luz ese líder que yace en tu interior.
Los efectos personales de hacer suposiciones
Es muy común que a lo largo de nuestra vida las suposiciones tomen un lugar determinante en nuestra actuación, comportamiento y la forma en que tomamos decisiones, ya que solemos creer que muchas de las cosas que suceden a diario tienen que ver directamente con nosotros, incluso cuando en muchas ocasiones ni siquiera formamos parte de la historia. Suponemos que los demás saben lo que queremos, lo que pensamos y que incluso tienen reacciones similares a las de nosotros.
Realizar una suposición es dar por hecho algo sin molestarnos en buscar pruebas para apoyar otra explicación o razonamiento. Se trata de alcanzar una explicación, reforzarla con pensamientos y comentarios propios que la validan. El problema es que la persona que supone generalmente termina asimilando como verdad aquel hecho “creado” por ella misma, lo que sin duda genera un gran problema cuando se traslada al plano personal, ya que puedes hacerte a la idea de que no estás lo suficientemente preparado o no eres el más apto para lograr tus metas y objetivos: ¿Y si no puedo?, ¿Y si mi proyecto no resulta?, ¿Y si no puedo con las responsabilidades?…
Ninguna de estas suposiciones es productiva y actuar basándonos en alguna de ellas puede llegar a ser devastador para todas las personas involucradas, incluyéndonos a nosotros mismos.
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Las suposiciones: un obstáculo para el desarrollo profesional y el liderazgo
Cuando suponemos que no podremos aprender algo nuevo, que no nos gustará algo por el simple hecho de no haberlo probado antes, o que nunca podremos conocer ese país o ese lugar con el que tanto soñamos, estamos construyendo una especie de “muro” que nos bloqueará el camino hacia nuevas experiencias. En ocasiones asumimos que la vida es muy rígida y que no hay una manera diferente de hacer las cosas, lo que asfixia nuestra creatividad e inevitablemente nos convierte en personas estancadas y que solo viven para seguir una rutina. Tratar de cambiar estas ideas puede ser verdaderamente complicado y más si se trata de la percepción que tienes sobre ti mismo.
Suponer que el liderazgo es solo para aquellos que dirigen los negocios, para grandes emprendedores o personas que tienen a su cargo cientos de personas, es limitar tus capacidades y poner un freno a tu potencial.
El famoso conferencista, experto en liderazgo a nivel mundial y escritor estadounidense John Calvin Maxwell, explica en su libro «Desarrolle el líder que está en usted 2.0», cómo las suposiciones erróneas conducen a resultados imperfectos. Algunas de ellas se señalan a continuación (en las propias palabras de Maxwell):
1.- «No soy un líder nato, así que no puedo liderar». Los líderes no nacen. Bueno, está bien, nacieron. Nunca he conocido a un líder por nacer. (Y no me gustaría.) Lo que realmente quiero decir, es que su capacidad para dirigir no se establece en el momento del nacimiento. Si bien es cierto que algunas personas nacen con dones más naturales que los ayudan a liderar a un nivel superior, todos tienen el potencial de convertirse en líderes. Y el liderazgo puede ser desarrollado y mejorado por cualquier persona dispuesta a poner de su esfuerzo para lograrlo.«
2.- Un título y antigüedad me convertirán automáticamente en un líder». Creo que este tipo de pensamiento era más común en mi generación y en la de mis padres, pero aún se lo puede ver hoy. Las personas piensan que necesitan ser nombradas para un puesto de liderazgo, cuando en realidad se requiere de deseo y de algunas herramientas básicas para convertirse en un buen líder.
3.- «La experiencia laboral me convertirá automáticamente en un líder». El liderazgo es como la madurez. No viene automáticamente con la edad. A veces la edad viene sola. El puesto no crea la capacidad de liderazgo. De hecho, es más probable lograr la titularidad en un puesto que la capacidad de liderazgo.
4.- «Estoy esperando a obtener una posición para comenzar a desarrollarme como líder». Esta última suposición ha sido la más frustrante para mí como maestro de liderazgo. Cuando comencé a organizar conferencias sobre liderazgo, la gente me decía: “Si alguna vez me convierto en un líder”, es decir, -si fuera nombrado para un puesto de liderazgo-, “tal vez asista a uno de sus seminarios”. ¿Cuál es el problema real? Como dijo el legendario entrenador de baloncesto de la Universidad de California en Los Ángeles, John Wooden: “Cuando llega la oportunidad, es demasiado tarde para prepararse”.
A manera de conclusión… si nunca has hecho nada para desarrollarte como líder, puedes comenzar hoy. Y si ya has comenzado tu travesía como líder, puedes convertirte en un mejor líder de lo que ya eres al trabajar constantemente con ese líder que vive en tu interior.
Recuerda que el liderazgo no se aplica únicamente en las organizaciones o a los aspectos laborales, sino que tiene cabida en todas las aristas de tu vida. Es momento de que comiences a trabajar en tu capacidad como líder y te labres ese futuro que tanto anhelas.
