Estamos peleando constantemente contra el Covid-19, algo que no podemos ver y es increíble la inconsciencia que podemos a llegar a poseer, por no decir estupidez.
La pandemia ha traído consigo muchos conflictos y por ende ha causado un terrible caos económico en pequeñas, medianas y grandes empresas; el caos no sólo se ha presentado de manera monetaria en todos los países del globo terráqueo, desafortunadamente la pandemia ha provocado colapsos y declives a nivel psicológico y emocional, provocando consecutivamente problemas en cada una de las estructuras o esferas del ser humano, sin mencionar nuestro bienestar.
Para que el hombre esté completo se necesita tener claridad y sobre todo estabilidad a nivel mental, emocional y corporal (salud física). Al romperse el pilar de la salud (que es el más importante, pues sostiene a nivel integral a toda la humanidad) devienen los otros grandes pilares: el psicológico y el emocional. Este eje rector y detonante, nos ha puesto en alerta a todos y quizá nos ha hecho más cuidadosos en cuestiones de higiene y de salubridad, pero ¿de verdad estamos tomando las medidas necesarias para que el virus no se siga propagando?
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La sociedad está atravesando por distintos cambios que han hecho que algunos reflexionen acerca de la importancia de la higiene personal y del contacto que tenemos con otras personas, sabemos de manera general que el Covid-19 es un virus que vino de un murciélago, para posteriormente evolucionar y contaminar a algunos reptiles como las serpientes y así hasta que llegó al ser humano. Este virus ocasiona una enfermedad a nivel pulmonar irreversible, anulando la respiración y bajando las defensas. Estamos peleando constantemente contra algo que no podemos ver y es increíble la inconsciencia que podemos a llegar a poseer, por no decir estupidez.
Hace unos meses, el Estado de México se encontraba en semáforo naranja (lo cual ya era un alivio para algunos negocios no esenciales, esto quería decir que no tendrían que cerrar por completo su negocio) y maravillosamente, la gente en la calle pululaba como si estuviesen regalando objetos de gran valor (la salud vale más, la tuya y la de tus seres queridos). Para llegar nuevamente a semáforo rojo.
Es verdad que uno no experimenta en cabeza ajena, eso, hasta que alguno de tus familiares perece o alguno de tus seres más allegados contrae esta terrible enfermedad que está arrasando con la humanidad.
Querido lector, quiero que te detengas por un momento, reflexiones y te hagas las siguientes preguntas:
- ¿De verdad estamos siendo conscientes de lo que le está pasando al mundo?
- ¿Somos conscientes de las terribles consecuencias que ha traído el Covid-19 a nuestras vidas, ya sea individual o colectivamente?
- ¿Estamos siendo lo suficientemente precavidos para evitar contagios?
De verdad, si empiezas a tener síntomas de gripa, no hueles, ni sientes el sabor de los alimentos, sé responsable y realízate una prueba. No salgas de tu casa y mantente en cuarenta y… ¡Por favor, por favor! Evita tener contacto con personas de alto riesgo, díganse tus padres, tus abuelos, tíos, personas mayores de los 50 años.
Desafortunadamente en mi familia ocurrió un deceso importante hace un par de meses, debido a la irresponsabilidad de otro familiar; sigo sin sentir esa perdida porque todavía no lo creo, porque quizá, todavía no caigo en cuenta de que está maldita enfermedad llego para quedarse, y debemos tener en cuenta que ninguno de nosotros está exento de contraerla y de contagiarla.
Lo único que nos queda es ser responsables ante la situación y ser muy precavidos, tomar medidas de higiene necesarias no basta, necesitamos ser extremistas y cuidar de los nuestros.
¡Si estás enfermo no salgas!
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Foto portada: fuente/jornada.com.mx