En días pasados imágenes y vídeos de Australia ardiendo en llamas dieron la vuelta al mundo y captaron la atención de los medios de comunicación a nivel internacional.
La ciudad más afectada ha sido Nueva Gales del Sur, donde según datos estadísticos cerca de 500 millones de animales ya se han muerto. Algunas zonas de la costa este y sur del país también han sido afectadas y es ahí donde vive la mayoría de la gente.
A pesar de en dicho país los incendios son parte de su círculo climático, esta vez comenzaron desde septiembre del 2019, pero estos se han intensificado y prologando durante más tiempo de lo habitual, y es que el país oceánico ha alcanzado temperaturas récord y meses de severas sequías.
En Nueva Gales del Sur se han perdido más de 4 millones de hectáreas de bosque y 1,200 viviendas han sido destruidas ¿Se imaginan la magnitud de este acontecimiento?
De acuerdo a información científica Australia está siendo afectada por el ‘Fenómeno Dipolo del Océano Índico’, científicos explican que este fenómeno tiene tres fases: positiva, neutral y negativa; este año el Dipolo del Índico pasa por su fase positiva, lo que ocasiona intensas lluvias en África que se producen como consecuencia del aumento anormal de la temperatura del agua superficial del Océano Índico a su paso por el continente africano. En cambio en zonas cercanas a las costas de Indonesia y Australia el agua es más fría lo que da lugar a un clima más seco y cálido, ahora bien este fenómeno ha traído la lluvia a África y la sequía a Australia. Las temperaturas en el país son muy elevadas ya que sobrepasan los 40.9 º C y 41.9 º C.
Debido a lo anterior este fenómeno se ha vuelto más extremo, lo que se atribuye al calentamiento global y a la severa crisis climática que se vive. Por ahora a las autoridades australianas preocupa más un incendio que arde en Sídney desde hace semanas, pues según los expertos en apagar fuego, es probable que no pueda contenerse en mucho tiempo a menos de que llueva de manera torrencial. La labor que se ésta haciendo es para evitar que se esparza el fuego, más que para extinguir las llamas; muchas personas están contribuyendo, bomberos profesionales, ayuda enviada desde Estados Unidos, Canadá y Nueva Zelanda, policía, ejército y marina quienes están haciendo labores de rescate y evacuación.
¿Cuál es el origen del problema?
A pesar que tener una base científica sobre qué es lo que está originando los incendios incontrolables, también hay estadísticas que la fuente del problema es la actividad humana que ocasiona que la temperatura del planeta aumente; datos indican que en 2019 Australia fue el 2º mayor exportador de carbón del mundo, como sabemos dicho elemento es uno de los principales responsables del cambio climático, el Co2 calienta el planeta, aumentando la temperatura y las sequías y cuando esto sucede la vegetación se seca y se convierte en material inflamable (combustible) aumentando con ello las posibilidades de incendios. Y el gobierno australiano no tiene un plan creíble para revertir el aumento de las emisiones de carbono en el país.
Obviamente si el clima sigue cálido y seco contribuye a que los incendios en Oceanía sean más frecuentes.
Son muchos los problemas que se están generando en esta pequeña parte del mundo, desde la muerte de miles de mamíferos, la destrucción de hábitats naturales, la extinción de especies endémicas hasta muerte y desaparición de personas así como graves problemas de salud de la población, sin dejar a un lado el fenómeno migratorio que empieza a surgir, pues hay desplazamientos humanos.
Es triste ver la noticias de los últimos días, ver imágenes de canguros y koalas envueltos en llamas y peor aún: calcinados. Ver la impotencia de los bomberos y voluntarios locales como de otras partes del mundo que a pesar de sus esfuerzos no logran controlar el fuego, personas desesperados tratando de que el fuego no los alcance, así como aquellos que ponen en peligro sus vidas con tal de salvar a los animales que no pueden huir.
Los canguros tienen más probabilidades de escapar respecto a otras especies, y es que su características permiten que se muevan más rápido, mientras que los koalas son más lentos por lo que mueren más fácil.
Ver koalas con el pelaje chamuscado, zarigüeyas con patas quemadas, canguros carbonizados parte mi corazón y el de cualquier ambientalista, esto es símbolo de un país que está siendo golpeado por los efectos del cambio climático.
¿Seguimos pensando que el cambio climático es un invento?
Hay animales con problemas respiratorios, despojados de sus hábitats; no solo son los koalas o los canguros, hay otros animales como ranas, insectos, invertebrados, reptiles que también hay sido afectados.
Otra cosa que también me preocupa es escuchar “declarado en peligro de extinción” ¿acaso las generaciones siguientes ya no podrán ver a un Koala vivo?
Australia tiene la tasa de extinción de mamíferos más alta en el mundo y tengan por seguro lectores, que se seguirá elevando.
Escuchar que 1/3 de Isla Canguro, un paraíso para los animales frente a las costas de Australia meridional, ha sido arrasado y probablemente algunas especies únicas de la zona hayan desaparecido, es devastador. Pero hay otra cosa igual triste, la mitad de la única población de Koalas de Australia “libre de infecciones” que vivía allí está muerta o gravemente herida. El ratón marsupial de Isla Canguro ahora ésta en peligro de extinción.
Esta situación no solo está afectando a los koalas como se ha venido manejando, también está afectando también vidas humanas y la fauna salvaje de la región. Sídney, Canberra, Victoria son alguna de las ciudades más afectadas.
La contaminación del aire en Sídney y Brisbane está causando y agravando problemas respiratorios en toda la población, principalmente en jóvenes y ancianos.
Nueva Zelanda también sufre los efectos de esta catástrofe, pues las partículas de ceniza son arrastradas por los incendios.
La solución al problema no solo es ahora, sino también queda mucha labor que hacer después, y es que después de los incendios, varias especies deberán ser protegidas para evitar su extinción. Los bosques afectados tardarán mucho tiempo en recuperarse, por lo que se necesitará inversión considerable para restaurar los hábitats y brindar a los animales que se salven la oportunidad de sobrevivir.
Hay mucho trabajo por hacer y todos los involucrados deben sumarse para ayudar, hasta el momento hay muchos voluntarios de toda Australia en acción tratando de ayudar y mejorar un poco la situación, a pesar de que se ha visto poca empatía por parte de los altos mandos del gobierno australiano. La información señala que el Primer Ministro australiano, Scott Morrison, ha recibido fuertes críticas por estar ausente, mientras Australia arde y minimizar el papel del cambio climático.
Sin embargo todos debemos aportar, para muchos es complicado viajar hasta el continente oceánico a ayudar, pero desde nuestros hogares podemos dar un gramo de ayuda, desde hacer donaciones a fundaciones que trabajan en este tipo de situaciones, hasta compartir información en redes sociales sobre lo ocurrido, así como empezar a cambiar nuestros hábitos de consumo diarios para por lo menos aminorar que la temperatura del mundo siga aumentando y evitar más catástrofes mundiales.
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