Apuesto a que conoces bastantes historias de amor, ya sea de series, películas o libros, historias que te hacen creer que todo es miel sobre hojuelas, pero sin duda esta novela de la escritora mexicana, Ángeles Mastretta, te cautivará y sorprenderá, no sólo por la manera tan ligera y fascinante de narrarla, sino porque está inspirada en un político mexicano y su mujer.
En 1985, Ángeles publica su exitoso libro ‘Arráncame la vida’, ésta es la historia de Catalina, quien nos narra cómo fue que desposó al General Asencio, el cual es mucho más grande y experimentado que ella; así que a partir de ese momento Catalina tiene que dejar de ser una niña para convertirse en amante, ama de casa y madre, sin saber que su vida tendría un cambio radical, ya que el General Asencio no es un caballero, sino que tiene actitudes machistas y un tanto extremistas (que en aquella época no era algo de lo que se sorprendieran), así que pasa de ser la niña consentida de papá, a tener que adaptarse a su nueva vida.
Pero no pienses que es una historia triste y de sumisión, porque conforme la trama avanza te darás cuenta de lo astuta que resulta ser Catalina, quien no permite que la hagan de menos y le paga con la misma moneda a su esposo en varias ocasiones. Astuta, interesada, inteligente y valiente, nuestra protagonista nos contará cómo vivió su vida de lujos y comodidades mientras su marido se entromete en la política, sin dejar de lado los temas como la infidelidad, corrupción, abuso de poder, maternidad, amor y tragedia.
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La novela fue llevada a la pantalla grande en el 2008, protagonizada por Ana Claudia Talancón (Catalina Guzmán) y Daniel Giménez Cacho (Andrés Asencio) y con el éxito que tuvo, Ángeles Mastretta fue cuestionada sobre si su historia estaba inspirada en alguna real, la escritora lo negó, pero hubo rumores de que anteriormente había declarado que tomó como referencia al político Maximino Ávila Camacho (hermano del expresidente Manuel Ávila Camacho) y su esposa Bárbara Margarita Richard Romagnoli.
Y no es para menos después de todo lo que en el libro se trata, porque claro que hay bastantes referencias históricas. En la ficción nos presentan al General Asencio como un hombre rudo, violento y dispuesto a hacer lo que sea para convertirse en presidente de la República mexicana, después haber gobernado Puebla, lo que nos recuerda que Maximino tuvo ese mismo puesto en esa misma ciudad de 1937 a 1943.
Podemos apreciar la ambición de ambos personajes de llegar a la presidencia del país, en Arráncame la vida vemos los planes frustrados del General y la envidia que siente cuando un compadre suyo llega al puesto, creyendo que el elegido sería él, y en la realidad Maximino estaba celoso de su hermano Manuel debido a que él le “arrebató” la candidatura y que no lo consideraba digno de gobernar México.
Otro detalle de la historia ficticia que nos recuerda a Maximino fueron todos los hijos que tuvo, no sólo con las mujeres con las que se casó, sino con sus amantes, cosa que en la historia también nos muestran en la novela, ya que un día Andrés llega con sus hijos para que Catalina sea su nueva madre sin habérselo contado con anterioridad.
A pesar de que Ángeles Mastretta después de todo, dijera que era mera ficción y que no había referencias, el director de la película, Roberto Sneider, también comentó en alguna ocasión que el personaje del General Andrés Asencio era una representación del mismo Maximino Ávila.
Algunos testigos afirmaban que la novelista creó la historia a partir de relatos que le contó su abuela cuando era niña, en donde justamente había oído de las vivencias del hermano del expresidente, las infidelidades y actitudes prepotentes que tenía y de su esposa Margarita, de quien no se supo nunca si, así como Catalina, tuvo alguno que otro amante, aunque se sabe que tuvo que soportar a Maximino por 15 años, hasta que éste murió de un infarto, lo cual algunos dudaban que fuera cierto, ya que se ganó bastantes enemigos y se habló de un posible envenenamiento. Y justamente lo del envenenamiento se aborda en la película, modificando un poco el final que nos presentaba la novela, pero adecuado y justo para verlo representado.
La verdadera historia entre Maximino y Margarita se la llevaron ellos a su tumba, jamás sabremos si todo sucedió tal como en la entrañable historia que nos compartió Ángeles Mastretta, si vivieron medianamente felices entre todas las cosas que hacía y deshacía el político, o de igual manera pudo haber sido peor.
Así que ya sabes un dato curioso de la novela, y si no la has leído todavía ya tienes un motivo para adentrarte al México de los años 40 y disfrutar la historia.
