«El místico verdor de la energía cósmica»
Personaje lleno de contrastes, magia, misterio y controversia, María Carmen Mondragón Valseca, nacida a postrimetrías del siglo XIX, 1893; bautizada por su apasionado amante, el pintor y vulcanólogo Gerardo Murillo, Dr. Atl, como Nahui Ollin, vocablo nahualt que alude al mítico Quinto Sol.
Artista experimental, talentosa pintora, portentosa poeta y pionera del pensamiento feminista en cuanto a la liberación social y sexual de la mujer.
Procedente de una familia ideológicamente conservadora y estricta, conformada por Mercedes Valseca y el general Manuel Mondragón, acusado de traición debido a la cercanía y adhesión al plan político huertista, que exterminó al gran Madero; motivo que culminó en la salida del país en 1913 de toda la familia Mongradón, excepto a la dueña de la mirada es esmeralda.
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Una mujer Cosmopolita (de Europa a Tacubaya)
Vivió entre París y España donde se cultivó en el ambiente cultural europeo, durante su estancia en ambos países tuvo acercamiento con los intelectuales más talentosos de su tiempo, conociendo a Picasso, Braque y Matisse.
A su retorno, se estableció en el barrio de Tacubaya, actualmente San Miguel, Chapultepec, lugar cercano a la estación de metro Juanacatlán.
Mitos
La enigmática Carmen, contrajo nupcias con el diplomático y pintor Manuel Rodríguez Lozano, fruto de este amor nació un hijo, el cual falleció al poco tiempo, desencadenando una serie de mitos en torno a su muerte; se dice que al descubrir las preferencias sexuales de su cónyuge (homosexual), asfixió al pequeño, otros piensan que el bebé feneció por causas naturales mientras tomaba una siesta.
Años prolíficos
Ya en suelo nacional, la artista de colosal belleza, ataviada con un icónico look a la usanza de las mujeres modernas europeas, Carmen vivió sus momentos mas prósperos entorno al arte; posó para la lente del gran Edward Weston y Antonio Garduño; fue inspiración para el afamado muralista Diego Rivera y los pintores Roberto Montenegro, Rosario Cabrera, Santoyo y el propio Dr. Atl. Su círculo social estuvo compuesto por verdaderos prodigios de la cultura, la fotógrafa italiana, Tina Modotti; la emblemática pintora, Frida Khalo; la célebre mecenas y escritora Antonieta Rivas Mercado y Lupe Marín.
Dr. Atl, el gran amor del Quinto Sol
Después del tormentoso episodio con su ex marido Manuel Rodríguez Lozano, Carmen tuvo un tórrido romance con Gerardo Murillo, Dr. Atl, siendo el, quien la bautizará «Nahui Ollin». Los vario pintos de la pareja fueron relatados en la obra de Murillo, editada en 1950, que lleva por nombre Gentes profanas en el Convento.
El legado esmeralda
La ardiente poetisa escribió varios títulos, en 1922 Óptica Cerebral, poemas dinámicos y en 1937 la editorial Botas, público Energías Cósmicas, producto del talento y genialidad de su apasionada visión del mundo, rompe la barrera del idioma y escribe en francés, Calinement, Je suis dedans (1923) y A dix ans sur mon pupitre (1924).
Formó parte de los artistas de la Escuela Nacional de Bellas Artes antes San Carlos, junto a los más brillantes de la época como Gedovius, Cluasell y Rivera, a pesar de no contar con instrucción formal en área de la pintura.
Subersiva, provocativa, rebelde y liberada
Siendo su cuerpo uno de los medios de expresión más viables, la carrera de Nahui estuvo plagada con desnudos artísticos. Colaboró con el fotógrafo Antonio Garduño para montar una exposición en la azotea de la Casa del Conde de la Cortina, dicha obra expuso deliberadamente el cuerpo sin ropa del Quinto Sol en una serie de imágenes controversiales provocativas, sexys y rebeldes.
Esta es la particularidad de su legado; una mujer segura que derribó los para otros impuestos de la sexualidad femenina en los tempranos años 20’s; sus instantáneas fueron publicadas en los principales periódicos de la época: Ovaciones y La Prensa, lo que demuestra, la teatralidad, fuerza e importancia de Nahui Olin para la escena artística mexicana.
Fundó centros de ayuda para mujeres oprimidas, convirtiéndose en pionera del feminismo nacional.
El ocaso de la energía cósmica, la muerte del Quinto Sol
Durante sus últimos años de vida, Carmen Mondragón las pasó acompañada de sus míninos, rodeada de los recuerdos del éxito añejo; sobrevivió de impartición de modestas clases de dibujo; amante del pintoresco Centro Histórico donde paseaba totalmente desaliñada, no lúcida, hablando sola; fallece en 1978.
Revolucionó el arte, desechando los tabús del cuerpo femenino al desnudo, ponderando la libertad social, sexual y de expresión; Nahui Olin una mujer destacada, maravillosa, diferente que encajaría totalmente con el contexto actual, adelantada a su tiempo; su obra sino conserva el verdor de su energía cósmica, el candor de un Quinto Sol en movimiento.
