Al pesar de su éxito, la historia del Mega Man tiene orígenes bastante humildes, iniciando su leyenda como un videojuego fracasado en el año de 1987.
Mega Man o Rockman como es conocido en Japón es toda una leyenda en el mundo de los videojuegos, teniendo apariciones en juegos de pelea como Marvel vs. Capcom 2 y Super Smash Bros., además de los múltiples juegos de su saga en los que ha sido protagonista y co protagonista; logrando consolidarse como la mascota de la legendaria desarrolladora y distribuidora japonesa, Capcom.
Sin embargo, la historia del bombardero azul tiene orígenes bastante humildes, iniciando su leyenda como un videojuego fracasado. En el año de 1987 se estrenó en Japón el primer juego de Mega Man para NES y las ventas logradas fueron mediocres a lo mucho, por lo que Capcom no mostraba demasiado interés en realizar una secuela a pesar de tener como productor a Takashi Nishiyama, famoso desarrollador que aquel mismo año había firmado la primera entrega del mítico Street Fighter.
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Capcom tenía tan poca confianza en el proyecto que el equipo encargado del desarrollo de los juegos de Mega Man era tan pequeño que se llegó a comprar con un proyecto indie. Además del poco respaldo por parte de la distribuidora, se encontraban con competencia bastante dura con juegos legendarios como Final Fantasy y Metal Gear, por lo que las ventas tan bajas no era algo sorprendente.
Sin embargo, Akira Kitamura, director del proyecto, quien confiaba plenamente en Megaman enfrentó incluso a los directivos de Capcom para que siguieran brindándole apoyo. Mientras tanto, al otro lado del mundo, específicamente en Estados Unidos, el primer juego del bombardero azul estaba siendo un éxito, logrando que Capcom aceptara al fin realizar una secuela.
Algo que hizo que Mega Man sobresaliera además de su gran variedad de enemigos y pintorescos escenarios fueron los Robot Masters, es decir, los jefes a los que hay que enfrentarse al final de cada nivel y que si has jugado algún juego de Mega Man sabrás que su inclusión en cada juego es prácticamente una tradición. Por lo que Kitamura tuvo la brillante idea de dejar que el público diseñara a los Robot Masters de la secuela. Se recibieron más de 8.000 propuestas en las oficinas de Capcom, de las que solo pudieron elegir nada más que ocho para el producto final.
A partir de ese momento, las posteriores secuelas de Mega Man siguieron con este concurso; cada nueva entrega superó a la anterior, de forma que en Mega Man 4 se recibieron 70.000 propuestas, mientras que en la secuela Mega Man 5 fueron 130.000 en total.
La franquicia de Mega Man tenía tanto éxito en Estados Unidos que parecía absurdo que no se permitiera al público occidental participar en aquellos concursos de diseño de personajes. Por lo que para el desarrollo de Mega Man 6, Capcom abrió las puertas a participantes norteamericanos, quienes enviaron sus propuestas a través de la revista Nintendo Power. La cantidad de propuestas aumentó así a más de 200.000, de las que el equipo de desarrollo tuvo que quedarse únicamente con ocho.
De ahí en adelante la saga de Mega Man no hizo más que acumular logros, por lo que posteriormente se hizo Mega Man X, un spin-off de la saga que buscaba darle un aspecto más maduro para intentar llegar a un público adulto y en donde pudimos ver la aparición de Zero, otro de personaje de la franquicia bastante querido.