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3 inusuales especies animales que se volvieron plagas en su entorno

No hay ninguna duda de que al día de hoy, los seres humanos somos la especie dominante del planeta. No solo hemos desarrollado complejas creaciones y avances en términos científicos y sociales, sino que también hemos transformado varios aspectos de la Tierra para que funcionen a nuestro beneficio. Hoy en día, tratamos de mantener todas estas condiciones de la manera más rigurosa posible, pero sin embargo, esto a veces puede ser difícil de lograr debido a que debemos coexistir con el resto de los seres vivos, y al no lograrlo, tendemos a deshacernos de ellos y llamarlos «plagas».

Al establecer nuestro dominio, desplazamos y alteramos el entorno natural del que dependen millones de especies de todos los reinos. Algunas han perecido desgraciadamente debido a nuestras acciones a lo largo del tiempo, mientras que otras han sabido adaptarse a las situaciones y se benefician de la acción humana hasta el punto de ser considerados como «una plaga» por nosotros. Y a pesar de que normalmente concebidos a una plaga como animales típicos como ratas, ratones o insectos, hay veces que especies animales bastante inesperadas pueden llegar a afectar el entorno humano y viceversa.


Los castores de Tierra del Fuego

El castor es un animal que parecería inofensivo y hasta tierno a lo que vemos comúnmente en la televisión y otros medios. Usualmente se concibe a este mamífero como originario de Canadá, donde tiene una gran importancia en el ecosistema y una gran relevancia simbólica, al grado de ser el animal nacional del país, y ser un animal bastante protegido en estas tierras. Sin embargo, en la isla de Tierra del Fuego, en el extremo sur del Continente americano, el papel del castor y su concepción es bastante diferente.

Esto se remonta al año de 1946, cuando el gobierno argentino introdujo a esta especie en la isla, ya que no es nativo de esta,  con el fin de diversificar la naturaleza en esta región fría y algo inhóspita, y para que la población del lugar pudiera cazarlos para vender y usar sus pieles. Al principio pareció funcionar la idea del gobierno, y estos grandes roedores se acoplaron fácilmente a las condiciones patagónicas, pero en poco tiempo también se empezó a notar el daño.

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Fuente: infobae.com

Los castores empezaron a terminar con gran parte de la flora de Tierra del Fuego, la cual de por sí es escasa. Debido a su naturaleza, empezaron a derribar de forma desmedida miles de árboles de cientos de años de edad, con los cuales construyen diques sobre los lagos y ríos para así refugiarse de posibles depredadores. Pero he aquí el problema de que en la región hay pocos árboles de sobra para que puedan ser derribados por los castores, y a la vez no tienen ningún depredador conocido, lo cual ha hecho que su población crezca de manera descontrolada.

Con decenas de bosques enteros en agonía, casi secos en su totalidad, y con ríos tapados mediante diques que perturban el ecosistema, en 2009 los gobiernos de Argentina y Chile declararon al castor como una plaga, y comenzaron un plan para su completa erradicación de la isla. Sin embargo, hasta la fecha no se ha logrado tal cometido, y se ha visto un avance hacia el norte del continente por parte de estos animales, que podrían provocar un desastre ambiental en la Patagonia.


Los emús de Australia

Los emús son parte de la extensa y variada fauna endémica de Australia. Son aves enormes no voladoras, muy similares a una avestruz, que habitan en las zonas occidentales del continente, una zona desértica de altas temperaturas. Para inicios del siglo XX, estas tierras comenzaron a ser pobladas también por granjeros australianos, que fueron motivados por el gobierno para poblar las zonas más inhóspitas del país. Muchos de estos granjeros se asentaron bien con sus familias donde quisieron, y crearon sus campos de cultivo para sostenerse. A pesar de esto, lucharon desde el inicio contra la fauna local la cual se vio invadida por los humanos, y comenzaron a adaptarse a las condiciones.

Aunque muchos animales se rindieron ante la situación, los emús tomaron ventaja de ello, alimentándose de los cultivos creados por los colonos hasta el punto de casi arrasarlos. Los granjeros comenzaron a preocuparse y a tomar acciones contra los emús, tratando de cazarlos o simplemente matarlos para alejarlos, sin embargo, estos animales resultaron bastante difíciles de cazar. En 1932, cuando la crisis de la gran depresión había logrado golpear al país, y gran parte de la población se veía en necesidad y pobreza, los campesinos que seguían luchando contra estas aves, decidieron pedir ayuda directo al gobierno y al ejército.

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Fuente: mentalfloss.com

El gobierno brindó armamento de tipo militar a estos campesinos para que lograran erradicar a los emús de la zona. Pensaban matar a miles de estas aves en menos de una semana, pero el resultado fue bastante diferente. Durante los primeros intentos, los emús esquivaron fácilmente los ataques de los campesinos, y demostraron gran inteligencia para huir y protegerse, por lo que al final, solo pocas docenas de emús murieron. Tras esto, el gobierno envió unidades militares para enfrentar el problema, por lo que los medios comenzaron a llamar el problema de forma satírica como la «Guerra del Emú».

El ejército tampoco pudo controlar a la especie. Durante los ataques, la gran mayoría de los emús lograban huir, y posteriormente seguían invadiendo los campos de los granjeros. Después de unas semanas, el ejército anunció retirada, por lo que muchos en tono de burla declararon la Guerra del Emú como perdida por parte de Australia. Después de esto, muchos granjeros tuvieron que emigrar a otras zonas más cercanas a la costa, alejadas de de emús, y otros tuvieron que aprender a coexistir con esta ave.


Las cabras de Galápagos

De igual forma que en los dos casos anteriores, en el Archipiélago de las Galápagos, en Ecuador, se luchó y se ha luchado fuertemente hasta la fecha contra otra plaga inusual. Sin embargo, esta no es nativa ni introducida a voluntad, si no que fue un mero accidente del ser humano que estas llegaran hasta ese lugar. Es el caso de las cabras de la Isla Isabela Norte, las cuales no se saben como llegaron exactamente a la isla, pero sin embargo se han vuelto un problema en esta debido a que han arrasado con los pastos y hierbas de la isla, y han desplazado a cientos de especie nativas.

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Se cree que las cabras llegaron a Isabela Norte mediante tres pescadores que navegaban cerca de esta, y llevaban consigo tres cabras. Los pescadores realizaron un viaje algo largo para poder conseguir una buena cantidad de peces. Si la pesca era mala y tardaban más de lo debido, matarían a las cabras que los acompañaban para comérselas. No obstante, la pesca resultó ser bastante fructífera y eficaz, por lo que pudieron regresar pronto, y no hubo necesidad de matar a las cabras, las cuales en lugar de eso fueron abandonadas en la isla a su suerte para aminorar carga en los botes.

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Fuente: mdig.com.br

Las cabras llegaron a un ambiente bastante óptimo para que pudieran subsistir sin problemas. Una isla de poca vegetación alta y con prácticamente ningún otro mamífero más grandes que pudiera depredarlas. En poco tiempo se reprodujeron sin control, y para 1970, ya había cerca de 40,000 cabras. Al estar deshabitada por humanos, fueron otras especies animales las que se vieron perjudicadas por la aparición de las cabras, como lo fueron las tortugas gigantes, que empezaron a quedarse sin alimento y a morir poco a poco.

En décadas siguientes, se llevó a cabo el Proyecto Isabela, para el exterminio de todas las cabras de la isla. Desde helicópteros, soldados acompañados de biólogos ecuatorianos disparaban a las cabras. De igual forma, se introdujo un nuevo tipo de cabra, la cual estaba esterilizada, con lo cual, la reproducción de estas cayó en declive. Para 2006, la isla Isabela Norte, así como otras dos islas afectadas por la plaga se vieron libres de estas. Al final, miles y miles de cabras pagaron con sus vidas por un error biológico que fue provocado por los seres humanos.