Hace una semana nos dejábamos llevar por los «gritos» infernales de Screamin’ Jay Hawkins, cuyo legado se encuentra más vigente que nunca. En esta ocasión dejaremos que sea una bruja (pero no de esas que salen en la mayoría de los productos culturales) la que nos lleve por un recorrido musical. Hablamos, por supuesto, de la bruja del rock, Stevie Nicks. Y es que más allá de los rumores de brujería, lo cierto es que esta mujer tiene encantada a la industria musical: es la única artista femenina que ha logrado ingresar a ‘The Rock and Roll Hall of Fame’ en dos ocasiones.
La primera de ellas fue en 1998, como integrante de la agrupación Fleetwood Mac. La segunda vez que se le otorgó esta distinción fue en 2019, convirtiéndose en la primera mujer en ingresar dos veces a este salón de la fama. Es impensable que fuera de otra manera, con su voz de contralto que se caracteriza por tonos rasposos, sus vestuarios característicos y las enigmáticas letras de sus canciones, bien merecido tiene el apodo de la Reina actual del rock, puesto por la revista Rolling Stone. Revisemos un poco de esta vida de la leyenda viva, considerada en más de una ocasión como bruja.
El despertar de la bruja
Stephanie Nicks nació en Phoenix, Arizona (EU) el 26 de mayo de 1948. Si bien ninguno de sus padres era músico —Jess Nicks era presidente de una compañía de alimentos y Barbara Nicks ama de casa— la futura leyenda de la industria musical tuvo un acercamiento temprano a la música gracias a su abuelo, A. J. Nicks, cantante de country. Fue con este hombre con quien Stevie comenzó a realizar sus primeros duetos cuando sólo tenía cuatro años. De esta forma, la joven leyenda del rock encontró una manera de escapar de la atenta mirada de su madre, la cuál no la dejaba salir de casa y la mantenía entretenida contándole cuentos de hadas.
Durante la adolescencia, esta bruja en formación comenzó a componer sus primeras canciones con ayuda de la guitarra que le regalaron en su cumpleaños 16. El mundo musical de esta chica comenzaba a materializarse con fuerza, lo que llamó la atención de un chico de su preparatoria: Lindsey Buckingham. Este último cayó frente a la belleza de la bruja que capturó su corazón y, reconociendo los poderosos acordes de su guitarra y su encantadora voz, la invitó a ser la vocalista de la banda Fritz. El éxito les llegó pronto gracias a los talismanes de la suerte de la estrella en ascenso: de 1968 a 1970 esta pequeña banda abrió los conciertos de Jimi Hendrix y Janis Joplin.
Por ello resultó extraño para más de un seguidor que en 1972 Fritz se desintegrara. Esto no desanimo a Nicks ni a Buckingham, quienes decidieron emprender la aventura musical en formato de dúo; así, en 1973 vio la luz el álbum ‘Buckingham Nicks’. Este disco no logró ser un éxito, incluso cuando la portada era una foto de la pareja desnuda. Durante esta temporada el dúo enfrentó problemas económicos, que se sumaron a la recuperación de Lindsey de la mononucleosis, por lo que Stevie tomó diversos trabajos para mantenerse a ella y a su pareja a flote.
No es de extrañar, entonces, que en este momento de su vida la bruja cayera por primera vez víctima de unos polvos blancos que reducían su capacidad creativa: la cocaína. Los rumores en torno a la adicción de Nicks llegarían a ser cada vez más extremos y a opacar los rumores de que esta mujer era una bruja. Mientras la adicción a las drogas apenas comenzaba, la suerte sonreía a la oriunda de Arizona.
En 1974 Bob Welch abandonó al grupo británico Fleetwood Mac, por lo que su baterista y creador—Mick Fleetwood— estaba en búsqueda de un nuevo guitarrista. El último día de ese año, Fleetwood llamó a Buckingham para que se integrará a su banda como guitarrista. Lyndsey dijo que él y Stevie eran un paquete, por lo que sólo aceptaría la propuesta si su novia también era integrada al proyecto. Ya sabemos cómo acabó esa historia.
La bruja blanca del rock
Fleetwood Mac experimentó una renovación con la incorporación de sus dos nuevos integrantes: Stevie Nicks y Lindsey Buckingham. En 1975 esta agrupación, ahora británica y estadounidense, conquistó a la audiencia con su álbum ‘Fleetwood Mac’. La canción ‘Rihannon’, escrita por la bruja blanca, se volvió todo un éxito e incluso fue incorporada a la lista de Las 500 Mejores Canciones de Todos los Tiempos de la revista Rolling Stone.
Durante la gira mundial no pasó desapercibida la danza e interpretación teatral que realizaba Stevie Nicks durante dicha canción; incluso Mick Fleetwood señaló que verla interpretar ‘Rhiannon’ durante esa década era como presenciar un exorcismo. Los rumores de que esta mujer era una bruja fueron alimentados todavía más por sus característicos vestuarios.
Así, para más de una persona esta leyenda del rock profesaba la religión neopagana, Wicca. Por ello, cuando la éxitos bruja blanca del rock decidió emprender su carrera en solitario (en 1978), sin dejar de formar parte de Fleetwood Mac, tuvo que salir a desmentir los rumores de que era una bruja. Además, calificó como injusto que el público asumió que formaba parte de un aquelarre sólo por sus vestuarios y sus bellas letras, amén de que ahora poseía una gran cantidad de prendas negras que no podría utilizar sobre el escenario.
Los rumores de brujería que en un primer momento molestaban a esta cantante posteriormente fueron aceptados por ella y hasta incorporados a su persona. En este tenor, Nicks decidió aparecer en la tercera temporada de la serie antológica creada por Ryan Murphy, American Horror Story: Coven, como ella misma: la bruja blanca del rock. La joven bruja Misty Day es su más grande admiradora y ve su sueño cumplido al conocer a esta leyenda viva, quien interpreta “Rihannon” y “Has anyone written anything for you?”, durante el décimo episodio de la serie. Además, en el final de temporada es la bruja blanca quien inaugura la competencia para conocer a la próxima suprema al interpretar su clásico “Seven Wonders”.
La formación del aquelarre y el legado
Nicks en más de una ocasión ha señalado que no tuvo hijos propios para dedicarse a su carrera musical: «tal vez mi misión no era ser mamá o esposa, quizás mi misión particular era escribir canciones para hacer sentir mejor a las mamás y a las esposas». Sin embargo, más de una cantante ha declarado el trabajo de esta bruja como parte importante para su propio desarrollo musical.
Entre las artistas que han declarado haber sido influidas por el estilo de Stevie se encuentran: Beyoncé, Taylor Swift, Florence Welch, las integrantes de las Dixie Chicks y un largo etcétera. Si bien no tuvo hijos, la bruja blanca del rock ha dejado una gran huella a través de su trabajo en las mujeres que ahora son parte de su aquelarre.
A sus 71 años, Stevie Nicks es la reina del rock. Aprendiz y heredera de la bruja cósmica —Janis Joplin— utilizó su magia para hacer feliz a todo aquel que escuche su música, atrapándolo no sólo con una voz inigualable, sino con unas letras que transportan a quien presta atención a un cuento de hadas. Luchó contra los demonios de la adicción por una década y salió victoriosa y más allá de si en realidad es una bruja o no, desde aquí creemos que es poseedora de una magia extremadamente poderosa: la de llegar al corazón de las personas a través de su arte.