De acuerdo con el censo realizado por el INEGI en el año 2020, se calcula que la cantidad de personas que habitan en la Ciudad de México es de 9, 209, 244 , dato que evidentemente la cataloga como una de las ciudades más pobladas del mundo; por esa razón no es de sorprenderse que cientos de historias transiten a diario en sus calles, en sus lugares más emblemáticos. Miles y miles de conversaciones tienen lugar inclusive durante los trayectos a sus destinos, las cuales, se suscitan dentro de los medios de transporte. Por lo antes expuesto, es de esperarse que las historias paranormales también sean parte de la cultura citadina, aunque muchos opinen lo contrario.
Algunas historias se integran por elementos meramente fantásticos, en cambio, existen otras que son capaces de poner a prueba a los más incrédulos. La razón es que ciertas «leyendas» ocurren dentro del lugares que son frecuentados a todas horas, en los que no podría creerse que las cosas sobrenaturales no son posibles.
En esta ocasión, la historia que abordaremos es una de las más olvidadas pero también una de las más escabrosas de la ciudad. Esta historia, tiene por protagonista a Rosarito, una pequeña que en los años 70 conmocionó a gran parte de los capitalinos.
¿Un extravío inocente o el inicio siniestro de una historia?
La historia se sitúa el 7 de septiembre de 1972, justo cuando el periódico capital, uno de los principales periódicos del país, comenzó a leerse sobre Rosarito Sánchez Sierra, una pequeña de aproximadamente 8 años que se había extraviado dentro de la estación Tacubaya, perteneciente a la línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo Metro. Los hechos indican que la niña había soltado sin querer la mano de su madre, luego de haber sido atrapada entre un tumulto de gente.
Pese al seguimiento que el periódico capital fue dándole al caso de la pequeña Rosarito, este fue perdiendo fuerza entre los habitantes, amenazando con quedar en el olvido como desafortunadamente ocurría en casos similares. No obstante el tiempo se encargaría de que este caso nuevamente se encontrase en el ojo público, aunque esta vez de una forma mucho más siniestra y repulsiva.
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Las personas comenzaron a reportar ciertos sucesos dentro de la estación Tacubaya, sucesos que comenzaron a perturbar a todos aquellos que no solo se mantenían pendientes al caso, sino también a todas esas personas que continuaban transportándose en esta estación; comenzaron a reportarse cuerpos mutilados, la policía no tardó en investigar sobre estas apariciones, sin sospechar que el culpable se refugiaba en ese caso que ya la mayoría de personas estaba olvidando. La desaparición de Rosarito.
Fueron tres los testigos que aseguraron ver a una niña asesinando a un indigente; de acuerdo con la reconstrucción de los hechos, esa niña era nada más y nada menos que la misma que tiempo atrás se había extraviado en la estación Tacubaya.
¿Qué fue lo que en verdad sucedió?
Al momento de ser capturada, el 22 de septiembre de ese mismo año, Rosarito, confesó a detalle lo que estaba pasando, pues ella más que nadie, se encontraba al tanto de los decesos de todos esos indigentes que eran encontrados. Luego de haberse perdido, la niña comenzó a vivir dentro de los túneles de la estación. Se adaptó a vivir en las instalaciones, entra la oscuridad y el silencio que dentro de esta se originaba luego de que el último vagón terminaba con su recorrido. Al cabo de unos días, Rosarito, comenzó a sentir los estragos del hambre y la sed, por lo que, como un mero instinto de supervivencia, asesinó a cada uno de esos indigentes para alimentarse de su carne.
Acorde con el seguimiento que el periódico capital le dio al caso, se aseguró que a este comportamiento caníbal, se sumo el hecho de que la pequeña tuvo la desgracia de presenciar un acontecimiento traumático. Al cabo de 2 semanas, luego de que fuese reportada como desaparecida, Rosarito, fue testigo de la muerte de un hombre; un vagabundo que cayó a las vías, hiriéndose de gravedad y falleciendo a causa de ello. Las ratas que habitaban el túnel, fueron atraídas por el olor de la sangre, esto causó que los roedores lo devorasen, y la niña torturada por el hambre decidió seguir su ejemplo.
Después de su captura Rosarito no pisó la cárcel, sin embargo, fue recluida dentro de un hospital psiquiátrico. Lo que sucedió con ella con el pasar de los años fue y continua siendo un misterio. De lo único que se tiene certeza es que falleció en el año 2020.
¿Y tú qué crees? ¿Crees que haya sido verdad? ¿O tan solo se trató de una leyenda?
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Foto portada: fuente / TvNovelas
