Los rótulos no sólo anuncian la oferta de miles de puestos callejeros, también visten de identidad e ingenio las calles de México. Esta expresión del arte popular es patrimonio cultural y por ello su defensa se hace presente.
A finales de mayo pasado, la alcaldesa de Cuauhtémoc, una de las alcaldías más conocidas de la Ciudad de México, impulsó un nuevo reglamento que ordenó quitar todos los rótulos y en su lugar, pintar los puestos de blanco y gris; aplicando el logo y eslogan de la actual administración.
La indignación por parte de la ciudadanía no se hizo esperar y se manifestó con el hashtag #ConlosRótulosNo. La polémica iniciativa también tuvo eco a nivel internacional al atentar contra la memoria gráfica y cultural.
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Frente a esta situación, la agencia Grey México junto con TimeOut, la guía para descubrir la ciudad, decidieron salir en apoyo a los puesteros y traer de vuelta su identidad con ‘Rótulos que pegan’, los cuales retan este nuevo reglamento que indica que los rótulos ya no se pueden pintar, pero que no especifica que no se pueden pegar.
Creatividad al rescate de rótulos chilangos
La idea consistió en trabajar de la mano de maestros rotulistas, que también resultaron afectados económicamente por esta decisión de la alcaldía.
Junto a rotulistas se recrearon gráficos icónicos de puestos que habían sido eliminados pero esta vez sobre imanes de gran tamaño.
Los ‘Rótulos que pegan’ se pueden poner y quitar cada día sobre las fachadas de los puestos ambulantes y entregarlos gratuitamente a puesteros de jugos, tortas, tacos o periódicos.
De esta manera los rótulos regresan a las calles para dar visibilidad y con ello apoyar la economía de los puestos. Asimismo se informa que se estarán produciendo más ‘Rótulos que pegan’ sobre la marcha gracias a la buena respuesta de puesteros y de la ciudadanía.
Historia, tradición, vibrantes colores e identidad chilanga se fusionaron con creatividad para defender la valiosa y original memoria gráfica de los barrios, del arte que forma parte del paisaje urbano y de la idiosincrasia del país.