En su libro Vida de Consumo, Zygmunt Bauman nos pone de frente a lo que es vivir en esta época moderna. Él marca que hoy en día los individuos están en una constante búsqueda de “valor” dentro de un mercado que es competitivo, impersonal e insaciable, que sólo hace que tanto el consumidor como el producto sigan un ciclo infinito de dependencia.

“Primero, el destino final de todos los productos en venta es el de ser consumidos por compradores. Segundo, los compradores desean comprar bienes de consumo si y sólo si ese consumo promete la gratificación de sus deseos. Tercero, el precio que el cliente potencial en busca de gratificación está dispuesto a pagar por lo productos en oferta dependerá de la credibilidad de esa promesa y de la intensidad de esos deseos”

Dentro de esta misma premisa, Bauman declara que en una sociedad de consumidores, nadie puede transformarse en sujeto sin haber adquirido un producto primero, lo que significa que lo hace ausente de su propia subjetividad.

¿Comprar para vivir mejor?

¿Cuántas veces te has atrapado comprando en línea algo que no necesitas pero no sabes porque realmente lo deseas?

Esto es algo que muchos hacemos inconscientemente y que se puede ver en las efusivas compras en línea que al  final del día tanto el marketing como la publicidad saben muy bien aprovechar.

Ellos saben como atraer a los diferentes tipos de consumidores, pero también saben de antemano que entre consumidor hay ciertas similitudes, lo que termina dando como resultado una excelente campaña publicitaria lo suficientemente atractiva para influenciar en las compras masivas de x producto.

El acceso a internet, la tecnología multiplataforma y la infoxicación, son sólo algunos ejemplos que influyen en la sobre-estimulación y que terminan por llevar a un consumo excesivo de bienes y servicios.

Este consumo excesivo ha ocasionado impactos graves en el ambiente, ya que entre más recursos existentes hay, más contaminación ambiental se genera.

Álvaro Cruz Méndez, magister en mercadeo menciona que se está llevando a cabo un consumo irresponsable, no hay un límite de las compras, el consumidor no diferencia entre que es lo que necesita y que es lo que desea, sólo se está midiendo la satisfacción que puede llegar a generar el producto, y por supuesto el consumidor no se para a pensar en el desecho que se está generando.

Afortunadamente hay ciertos estilos de vida que se están poniendo de moda y están despertando la conciencia de las personas y estas han comenzado a cuestionarse del exceso de consumo que llevan a cabo.

Algunas de estas iniciativas fomentan el consumo responsable, tales como la eliminación de las bolsas de plástico, la reutilización de algunos productos para crear otros nuevos, la compra consiente, entre otras.

Pero el minimalismo es el estilo de vida que viene para funcionar como herramienta catalizadora del exceso de productos que no sólo están destruyendo nuestro planeta sino que nuestro plano emocional con cada compra nos vuelve mas pesados.

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Menos es mas

Fields Millburn, Joshua y Nicodemus, Ryan son los nombres que ahora están resonando dentro del movimiento del minimalismo y es que ellos dos juntos, a través de sus experiencias cuentan que este estilo de vida les salvó la vida y que tras deshacerse de la mayor parte de sus bienes materiales, comenzaron a centrarse en lo que verdaderamente importa ya que cuando compraban cierto producto lo hacían más por la ilusión de obtener cierto status que la marca tanto les prometía.

Joshua y Ryan en sus podcasts y charlas oratorias en incontables ocasiones han definido al minimalismo como el ir más allá de las cosas superfluas y dar cabida a lo realmente importante de la vida.

Es así como ellos lo describen ya que a través de sus experiencias es que se pudieron dar cuenta que aunque estaban viviendo el tan anhelado sueño americano y se encontraban rodeados de bienes materiales, detrás de ellos había incontables horas de trabajo que sólo existían para costear dichos objetos.

Ellos mismos dicen que este estilo de vida que aunque bien parecía por fuera perfecto, los estaba acabando y llevando a un enorme hoyo sin fondo de depresión, no disfrutaban de sus pasiones y sólo terminaban anestesiandose con caprichos efímeros, que solo aportaban más deudas, estrés y descontento.

Es por esto que cuando iniciaron con el reto del minimalismo se percataron que eliminando toda esa carga material innecesaria se comenzaba a abrir paso para la salud, las relaciones personales, las pasiones, el crecimiento personal y la mejora de la sociedad.

Cuando vieron todo lo que el minimalismo les aportaba es que decidieron compartirlo con la gente a través de sus podcasts, charlas, libros como “Minimalismo para una vida con sentido” y los ahora dos documentales disponibles en Netflix, en cada una de estas oportunidades ellos aportan su experiencia y lo que este estilo de vida les ha dejado y por que todo el mundo debería de intentarlo con un reto de 30 días donde en cada día se debe donar, vender, o regalar un prenda.

 Y para que esto funcione la pregunta clave es que cuando abras tu armario o cualquier otro cajón lleno de objetos te pregunte ¿Esto aporta algo a mi vida que no sea sentimental?, en cuyo caso la respuesta sea no significa que dicho objeto material debe de retirarse.

Asimismo no hay que olvidar que los objetos no cargan emociones ni son portadores de recuerdos, estos los llevamos dentro de nosotros.

Así que esa caja llena de manteles o vasos de boda no que jamas has usado no son aquella persona que extrañas.