La historia y origen del condón masculino se remonta al origen mismo de la humanidad y a la consolidación de los primeros modelos de sociedad, un ejemplo son muchas de las sociedades primitivas donde se creía que tener hijos era una desventaja para su vida nómada.
Mientras que por su parte el antiguo Egipto buscaba métodos para controlar la natalidad y protegerse contra las enfermedades de transmisión sexual; llegando a usar excremento de cocodrilo y miel, creyendo que untándoselo en el miembro disminuiría la probabilidad de embarazar, así mismo usaban fundas de tela sobre el pene para protegerse de las ETS, dando uno de los primeros antecedentes para la evolución del condón masculino.
Mientras que, por su parte, la antigua Grecia representada en esta ocasión por un médico nacido en el año 460 a.C. llamado Hipócrates, quien confirmó el uso de un tubo de plomo para insertar medicamentos en úteros humanos con el propósito de evitar la descendencia.
El condón fue evolucionando a lo largo de las décadas, sin embargo, este se les asociaba con la prevención de ETS, llegando a ser utilizados mayormente por hombres que frecuentaban casas de prostitución. Se cree que este tipo de condones fabricados con tripas de diferentes animales se sumergían en leche tibia para que estos se ablandaran y se pudieran utilizar en el acto sexual, además estos eran fabricados a mano y caros, sin embargo, se podían utilizar en diversas ocasiones, llegando a ser irónicamente perjudiciales logrando que de igual forma se contagiaran de una ETS.
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Llegado las primeras décadas de los años 1500, una epidemia de sífilis causo revuelo en toda Europa, necesitando a toda costa un tipo de protección, respondiendo a la necesidad de ese momento Gabriel Fallopius invento una funda de lino que fungiría como condón masculino, adicionalmente los usuarios descubrieron que además de prevenir la sífilis también evitaba el embarazo.
Más tarde, las fundas de lino se empapaban de un producto químico espermicida, posteriormente se secaban, aumentando la efectividad durante el control de la natalidad, creándose los primeros condones espermicidas. Este tipo de condón y los condones a base de piel de animales eran los que se siguieron usando en los siglos posteriores, sin embargo, estos últimos eran menos higiénicos y eran descritos como “una armadura contra el placer, una telaraña contra la infección”.
Por suerte en 1839 la tecnología llego al rescate, ya que, al descubrirse la vulcanización del caucho por Charles Goodyear, los productos a base de caucho se empezaron a producir a bajo costo, diseñando un modelo de condón conocido como “goma”.
Finalmente, Alemania décadas más tarde comenzó la fabricación de condones, dominando completamente esa industria hasta la llamada gran guerra, donde otros países, dentro de los cuales se encontraba EUA comenzó a industrializar el condón, acercándose al producto que hoy conocemos.
La evolución del condón vino de diferentes épocas y culturas, de ahí que no se le atribuya a alguien su invención y se tenga discrepancia acerca de su origen, creando teorías desde que algún trabajador medieval en el matadero se le ocurrió usar membranas de animales para protegerse hasta atribuirle la palabra “condón” al médico personal de Carlos II de Inglaterra quien prescribió este producto, escribiendo su apellido en los condones. Como se ha mencionado, existen diversas teorías al respecto, lo cierto que en 1930 con el desarrollo de látex apareció el preservativo que conocemos, escribiendo un capitulo más en el desarrollo de la educación sexual.
