¿Te has imaginado que jugar videojuegos pueda hacerse de manera profesional y considerarse como un deporte?
Esto ya es una realidad; la industria de los videojuegos ha revolucionado, tanto ha sido su crecimiento, que jugar videojuegos ya no solo es una actividad de ocio o entretenimiento sino que ahora se ha convertido en un deporte.
Los e-Sports o deportes electrónicos, surgieron a finales de la década de los 90 durante el siglo XX, tiempo en el que se utilizó por primera vez el término e-Sports.
Desde ese entonces, los deportes electrónicos, han estado forjando una comunidad de jugadores, aficionados, medios y patrocinadores, originando que la industria de los juegos de video este convirtiéndose en una industria millonaria.
Para poder entender de qué estamos hablando, contaré algunos datos históricos relacionados con el nacimiento de este peculiar deporte.
El primer torneo de videojuegos que se conoce tuvo lugar en la Universidad de Stanford en 1972, en donde un grupo de cinco estudiantes compitió en el juego Spacewar para ganar una suscripción de la Revista Rolling Stone.
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Ocho años más tarde, en el año de 1980, la compañía de videojuegos organizó un torneo del videojuego Space Invaders, atrayendo a 10, 000 personas, convirtiendo dicho torneo en el primer evento masivo para este tipo de actividad.
A partir de la década de los 90´s del siglo pasado y de acuerdo con el investigador Michael G Wagner de la Universidad del Danubio Krems en Austria; los e-Sports se desarrollaron en dos rutas: occidente y oriente.
Wagner plantea que en Estados Unidos y Europa, los deportes electrónicos se consolidaron en torneos a partir de la publicación de juegos de disparo en primera persona como Doom (1993) y Quake (1996).
Por su parte en Asia y más específicamente en Corea del Sur, los e-Sports fueron uno de los contenidos que más impulso tomó a raíz de las políticas públicas que el país implementó para desregular a los operadores de telecomunicaciones lo que detonó el crecimiento de redes de banda ancha.
¿Qué son los e-Sports?
Es una actividad en la que dos o más jugadores interactúan compitiendo de manera amateur o profesional en un videojuego; es decir se trata de competiciones de videojuegos organizadas a nivel profesional. Dichas competencias en este deporte, puede llevarse a cabo de forma remota o presencial.
Era impensable que se pudiera competir para ver ¿Quién es el que tiene los mejores reflejos? ¿Quién desarrolla la mejor estrategia? ¿Quién es el más rápido mentalmente?
Gracias al e-Sports, esto es posible, siendo la tensión, la concentración extrema, las estrategias inimaginables y los reflejos inhumanos los ingredientes necesarios para que las competencias profesionales de videojuegos sean uno de los espectáculos más emocionantes en el mundo.
Sin embargo para que jugar videojuegos pueda considerarse e-Sport, existen una serie de reglas o condiciones que se deben seguir para que ésta actividad sea considerada profesional. Estas son algunas de las características más importantes:
- El juego debe permitir el enfrentamiento entre dos o más jugadores (se descartan así los juegos que no sean multijugador). Además deben competir en igualdad de condiciones. Es decir los jugadores no pueden pagar por conseguir más experiencia, únicamente entra en juego la habilidad de los competidores.
- Deben existir ligas y competiciones oficiales reglamentadas, organizadas por empresas o sponsors que den eco del evento en los medios y cuenten con equipos y jugadores profesionalizados. Por ejemplo la LVP (liga de videojuegos profesional), la Super Liga Orange, la ESL Master España o la LCS en Estados Unidos.
- Alcanzar una cifra significativa de aficionados que jueguen o sigan las competiciones para crear demanda informativa.
Actualmente ya existen varias plataformas que ofrecen seguir este tipo de competiciones; la más famosa es Twitch, propiedad de Amazon.
Así cada e-Sport tiene sus propias reglas y tienen acceso a diferentes dispositivos y plataformas de forma online u offline.
Siguiendo la idea de que los juegos utilizados en los enfrentamientos de los e-Sports deben permitir la interacción de varios jugadores, los siguientes videojuegos son los más usados en las competencias:
- Juegos multijugador de arena de batalla (MOBA, por su sigla en inglés)
- Juegos deportivos: fútbol soccer, fútbol americano, basquetbol.
- Juegos de pelea.
- Juegos de estrategia en tiempo real.
- Juegos de disparo en primera persona.
- Juegos de rol multijugador masivos en línea (MMORPG)
Existe un debate entre si debe o no considerarse deporte a la actividad de jugar videojuegos; unos dicen que no, aunque países como Estados Unidos o Alemania ya reconocen como jugadores profesionales de videojuegos como atletas y el Comité Olímpico Coreano ha concedido el rango de deporte olímpico a los e-Sports.
Por lo que cada vez este universo deportivo está llegando a más lugares; su expansión ha provocado el aumento y abierto las puertas a nuevos modelos de negocios interesados en promover los deportes electrónicos, ya que es una esfera donde se mueven grandes cantidades de dinero.
Jugar videojuegos ya no es solo una manera de pasar el rato; se ha convertido una disciplina que llena estadios desde Seúl hasta Berlín, pasando por Nueva York o Madrid.
Además, las competiciones profesionales de juegos de video son seguidas a lo largo de todo el mundo, convirtiéndose incluso en “trending topic” en redes sociales.
Actualmente, más de 300 millones de personas siguen de forma habitual los e-Sports, con algunos eventos que reúnen a más gente delante de la pantalla que el deporte tradicional.
Los e-Sports cuentan con todos los elementos del deporte de élite: retransmisiones en directo; comentaristas que narran los enfrentamientos y que se conocen como casters; grandes sueldos y premios en metálico para los campeones y estadios llenos con público que quiere ver en directo a las estrellas de los videojuegos.
Cada vez surgen más estudios que demuestran que los atletas de los deportes electrónicos se ven sometidos a un desgaste similar al de los atletas tradicionales.
En partidas profesionales intensas, los jugadores de e-Sports generan niveles de estrés similares a los profesionales de las carreras de autos. Por lo que se concluye que «los e-Sports son tan exigentes como muchos otros tipos de deportes».
Los jugadores profesionales de videojuegos siguen duras rutinas de entrenamiento; tienen tras ellos una compleja infraestructura formada por entrenadores, analistas e incluso psicólogos deportivos.
Ya que no solo deben prepararse mentalmente, sino que además es necesario que mantengan el cuerpo en forma para alcanzar un rendimiento óptimo en las partidas, por ello muchos mantienen regímenes de alimentación saludables, van al gimnasio para hacer ejercicio.
Aunque parezca que su entrenamiento requiere de poco esfuerzo en comparación con el de un deportista tradicional de alto nivel, no hay que minimizar los problemas físicos que pueden sufrir los gamers en sus entrenamientos.
Los jugadores profesionales pueden entrenar entre 8 y 12 horas diarias frente a la pantalla sin descansar, convirtiendo un juego de entrenamiento en una rutina de trabajo.
El hecho de permanecer sentado tantas horas delante de una pantalla en una misma posición tiene sus riesgos; los jugadores pueden sufrir problemas de espalda y cervicales, ligados a otras enfermedades en las articulaciones como artritis.
Además de los problemas visuales, dolores de cabeza, problemas cardíacos u obesidad ocasionados por mirar el monitor tantas horas y no hacer ejercicio físico con regularidad.
A pesar de la aceptación que ha tenido esta actividad considerada como deporte, aún existen estereotipos relacionados con la idea de que los jugadores de videojuegos, tienen conductas antisociales.
Sin embargo un estudio realizado por Newzoo ha determinado que los fans de este tipo de competiciones tienen una formación profesional, tienen mejores trabajos y se casan más rápido que la media de la población. Los deportistas electrónicos son ídolos de masas en todo el mundo.
Los objetivos de los e-Sports no son solo ganar y jugar. Una de las metas más importantes es crear una nueva generación de profesionales que puedan mejorar sus conocimientos técnicos en diferentes videojuegos. Así como impulsar a jugadores, impulsar valores y hábitos saludables.
Podemos decir entonces que las competiciones de videojuegos con un carácter profesional ya no solo son un juego sino una profesión.
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