«Mi madre me contó que yo lloré en su vientre.
A ella le dijeron: tendrá suerte.
Alguien me habló todos los días de mi vida
al oído, despacio, lentamente.
Me dijo: ¡vive, vive, vive!
Era la muerte».Del mito – Jaime Sabines
La reciente película de Pixar, ‘Soul’, tuvo su estreno el pasado 25 de diciembre a través de Disney+, después de varios meses de postergación a causa de la pandemia. Bajo la dirección de Pete Docter, guion escrito también por Kemp Powers y Mike Jones, nos ofrecen una animación pulida, un poco caricaturesca en personajes y realista en la ambientación de escenas, similar en estilo a su trabajo en ‘Inside out’, ya que en ambas toca temas abstractos que no podemos ver y ergo, puede dar completa libertad a la creatividad. En ‘Inside out’ se apela a las emociones y en ‘Soul’ la muerte y el alma. ‘Soul’ apuesta por una temática poco usual a un público infantil al que por lo general se le asocia. Sin embargo, es una película para sorprender, para generar emociones, para contar algo significativo.
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La trama trata sobre Joe Gardener, un músico de jazz que trabaja como profesor en una escuela, frustrado por obtener el éxito, tras un accidente, aparentemente fallece justo el día que tenía una presentación para un concierto importante, una vez que se ve a sí mismo en el «más allá», se rehúsa a aceptar la muerte, en la búsqueda de recuperar su vida conoce a 22, un alma que nunca ha nacido y no quiere nacer, opuesto a las creencias de Joe. La historia gira bajo la idea de descubrir la chispa de las personas en este mundo, lo deseable es que los humanos logren encontrar eso que los mueve a hacer cosas, qué se cuestionen que sucede con sus vidas. Joe Gardener está convencido de que ha nacido para la música desde que su padre lo llevó a un concierto de jazz y la llama en su interior prendió.
Engañando a los seres abstractos que vigilan la muerte, Joe tendrá que hacer todo lo posible para que la vida le sonría. Por otro lado, 22 que lleva mucho tiempo intentando encontrar su chispa, descubrirá un mundo que ha evitado. Las diferencias entre el optimismo y pesimismo en ambos personajes podrían sugerirnos que quizás ninguno tiene la razón sobre el modo de ver la vida y la muerte, porque tal vez escapa de nuestras capacidades. La película nos sugiere otros temas como el éxito, la felicidad, no todo sale como queremos. Por ejemplo, Dez, el barbero de Joe, de quien siempre tuvo una imagen errónea, parecía que era feliz con su empleo, ante los ojos de Joe esa era realmente su chispa, pero no lo era del todo, aspiraba a otra profesión y por circunstancias económicas tuvo que elegir otro oficio y fue a través del tiempo que aprendió a vivir con lo que pudo. El talento de un joven músico que toca en las calles no es suficiente para obtener el éxito que el mismo Joe anhela, la historia nos hace guiños ante lo cotidiano, la simpleza de las cosas que pueden hacernos felices como el caminar o correr. Un punto extraño o interesante y poco explorado es aquello que queda fuera del sentido común, de lo que se tacha de «loco» o «marginado», un hombre que vive alejado de la realidad ejerce un trabajo monótono en las calles de Nueva York y a través de su locura tiene la posibilidad de ver dimensiones que los demás no.
Aunque se ha tachado un poco a la película de caer en sentimentalismos o de seguir una fórmula para complacer audiencias, o que inclusive pretende enseñar algo, aunque el desenlace pareciera condescendiente, no podemos negar que es una historia bien contada que sigue un propósito narrativo. Definitivamente, sería una mejor experiencia si su estreno hubiese sido en salas, sin embargo, nos alerta también de las nuevas formas de adaptarnos a consumir cine a través del streaming. Comencé este texto citando a Jaime Sabines, no sólo por gusto propio, sino porque incluso en una entrevista Pete Docter habla de buscar entender qué es lo que estamos destinados a hacer con el tiempo limitado que tenemos, y es ese confín que nos hace pensar en conceptos de los que se sabe poco y que a su vez son profundos.