Nuestro hogar enfrenta una de las crisis climáticas más severas desde que se formó; la temperatura del planeta va en aumento produciendo que éste se caliente, alterando el equilibrio biológico existente entre todos los seres vivos, ocasionando que los fenómenos naturales sean más frecuentes y con mayor intensidad. La existencia de vida aquí pende de un hilo, pero todavía estamos a tiempo de revertir la situación.
¿Has oído hablar del efecto albedo? Tiene que ver con la manera en la que es regulada la temperatura del planeta y está relacionado con el cambio climático.
Viene de albus que significa luz blanca o color pálido, también tiene relación con la propiedad que ilumina el suelo y su atmósfera.
La radiación del Sol llega a la Tierra, la cual es reflejada y devuelta hacia la atmósfera; ésta radiación recibida es reflejada a través de tres actores: la atmósfera, las nubes y la superficie terrestre.
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Es por ello que definimos el albedo como la cantidad de radiación solar que es devuelta a la atmósfera tras chocar con la superficie terrestre.
Pero, para que todo funcione correctamente es necesario que haya un equilibrio entre el calor que se absorbe y el que se devuelve a la atmósfera, por lo que el efecto albedo es de suma importancia, ya que su presencia en niveles muy bajos o muy altos puede afectar el balance energético del sistema climático.
El desequilibrio en el albedo terrestre puede originar dos efectos principales: refrigerante (cuando la luz es reflejada al espacio) calentamiento (cuando la luz es absorbida por la tierra).
La variación del albedo, es decir, la distinta cantidad de luz que es reflejada o absorbida se debe al color de la superficie que recibe los rayos.
Los colores claros reflejan más la luz por tanto producen efecto de enfriamiento, mientras que los colores oscuros absorben más luz, por ende producen efecto de calentamiento.
Así podemos deducir que en las regiones polares donde predomina el color blanco, los niveles del albedo son altos, puesto que el color de la nieve y el hielo reflejan prácticamente toda la radiación solar, ocasionando el clima frío del lugar; por su parte en las regiones boscosas donde el color predominante es el verde, el albedo se presenta en niveles bajos ya que el color obscuro de los árboles absorbe mucha radiación y por tanto no reflejan casi la luz del sol, ocasionando que la temperatura sea más cálida.
Muchos tenemos la idea de que para evitar el calentamiento global es necesario implementar de manera urgente actividades de reforestación masiva, sin embargo, a razón de lo anterior y con base en un estudio realizado por un equipo de científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de California, el Instituto Carnegie de Washington y la Universidad de Montpellier II en Francia, señala que la plantación de árboles para crear bosques, puede tener el efecto contrario al pretendido, que es combatir el calentamiento global a través del carbono absorbido en la fotosíntesis.
Y es que plantar árboles en grandes cantidades, puede ocasionar que la temperatura aumente, porque las masas forestales absorben la luz y por tanto el calor. Todo depende de la latitud en la que se realice la plantación.
Como sabemos, los bosques pueden en gran medida disminuir la temperatura terrestre, a través del enfriamiento que produce la evapotranspiración o proceso que transfiere el agua desde la superficie a la atmósfera, dando lugar a la formación de nubes, otro de los actores que reflejan la radiación del sol.
Para que este proceso se presente es necesario que los árboles sean plantados en latitudes bajas, ya si se plantan latitudes medias o altas hará su trabajo el efecto albedo, contribuyendo a que el calentamiento de la tierra sea más acelerado.
¿Cuál es la relación del albedo terrestre con el calentamiento global?
Tantas veces hemos escuchado que los gases causantes del efecto invernadero como el CO2 y otros gases y emisiones de partículas impiden que la radiación solar que llega a la superficie terrestre salga reflejada hacia el espacio provocando que los niveles de calentamiento en la tierra aumenten.
Al aumentar la temperatura se puede alterar el albedo de la Tierra, provocando que el planeta se caliente más rápidamente.
El calentamiento global ocasiona que los glaciares y el hielo marino se derritan reduciendo su superficie, transformando superficies que antes eran blancas en superficies obscuras y más absorbentes, lo que hace que el albedo de la Tierra se reduzca (contribuyendo de paso al aumento del nivel del mar).
Al mismo tiempo la contaminación en forma de hollín negro y gris se deposita sobre el hielo y lo vuelve más obscuro, esto hace que el hielo absorba más calor del sol y que se derrita más rápidamente.
El albedo promedio de la Tierra es de entre 37 y 39 por ciento (entre 0, 37 y 0,39), es decir, de toda la radiación que llega a la Tierra desde el Sol más de una tercera parte se refleja hacia el espacio.
Al reducirse el albedo de la Tierra, el planeta absorbería un porcentaje mayor de radiación solar recibida, lo que unido al efecto invernadero aceleraría el aumento de las temperaturas, que es lo que está pasando en la actualidad.
En muchos lugares del mundo se están implementando medidas alternativas que permitan aumentar el albedo terrestre, ejemplo de ello son los pueblos andaluces, donde es muy típico pintar las casas de color blanco porque, de este modo, el albedo es alto, con lo que se consigue reflejar la luz y el calor recibido. Así se puede regular el calor y mantener los hogares a temperaturas inferiores al exterior, lo que trae consigo que se disminuya el uso del aire acondicionado y por ende se reduzca el uso de energía eléctrica.
Ahora ya sabemos que entre más rápido se derritan los casquetes polares más rápido se calentará el planeta por los niveles tan altos del albedo terrestre, donde el calor es absorbido y retenido en la superficie de la Tierra, pero no es el fin, si cambiamos nuestros hábitos de consumo, apostamos por la utilización de energías blancas y nos hacemos amigos de la sustentabilidad podemos ayudar a que el planeta se enfrié un poco.
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