La ciudad elegante
En los carteleras figuraban las divas más emblemáticas y representativas, los galanes más portentosos del cine de oro mexicano, los intelectuales reinaban las tertulias en los cafés del centro mientras charlaban sobre muralismo, comunismo y los temas destacados de la época; los maestros de las letras Rulfo, Arreola y Paz catapultaban la literatura nacional como una de las mejores a nivel Latinoamérica; la ciudad destilaba el olor a whisky del jockey club, y se revestía con la elegancia de la moda y el lenguaje formal.
En esta atmósfera social, intelectual y cultural, surge la poesía hecha canción, donde cada rincón de la ciudad estaba impregnada del romanticismo de las notas de su talentoso piano, cuando se canta a la mujer y a sus vicios, a la fémina deseada, pasional, abnegada.
Una cicatriz en la mejilla y la bohemia a cuestas inspiraron sus mejores piezas musicales, nacido de las entrañas de un burdel, el músico poeta se convirtió en uno de los mejores compositores e intérpretes referentes del siglo XX y de la historia.
Amor de mis amores, la poesía hecha canción, Agustín Lara
Han pasado 50 años del fallecimiento de Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús, conocido como Agustín Lara, pero la belleza de sus letras y su obra musical aún nos tientan el corazón y nos transportan a la época dorada de la ciudad elegante digna del fino compositor.
Hombre de postrimetrias de siglo, su origen siempre ha sido tema de conversación, ¿Tlacotalpan, Veracruz o Ciudad de México? en torno a él gira el sorprendente misterio de su lugar y fecha de nacimiento, sin embargo, es oriundo de la Ciudad de México y su domicilio fue puente del Cuervo número 16, colindante al Mercado Abelardo L. Rodriguez, en el maravilloso Centro Histórico.
1897, el año que lo vió nacer, según las investigaciones del periodista Jaime Almeida, cuya fe de bautizo fue la prueba de su verdadera fecha de cumpleaños, tendía a quitarse edad y mencionar que había nacido en 1900.
Comienzo de la prolifera carrera del músico poeta
Lara inició su exitoso camino a la fama tocando en burdeles, clubes nocturnos y cabarets a partir de la edad de 13 años, no obstante la dureza de su padre lo hizo someterse a la disciplina, por lo que lo interna en un colegio militar participando en el movimiento armado de la revolución en 1917.
Al regresar a la capital posterior a la vida militar, una mujer, no se sabe a ciencia cierta si una corista o alguno de sus amores, le provoca la icónica y determinante cicatriz que dotaron a Lara de un aire de Dandy malora, característica que atraía a su público femenino.
En los años 30, comienza su rumbo a la fama con su magistral obra; la población de la ciudad se engalanaba al escuchar la poesía musical en su emisión ‘La hora íntima de Agustín Lara’, posteriormente tuvo una prolifera participación en la ‘La hora azul’ en la mítica XEW, con algunos de sus interpretes más notables como Toña la Negra y Pedro Vargas.
El trabajo del «flaco de oro» fue tan laureado que a la vez que componía, actuaba para diversas películas donde hacia alarde de su inolvidable personalidad como ‘Pecadora’ (1947), ‘Señora tentación’ (1947), ‘Perdida’ (1950), ‘La virtud desnuda’, (1955) por mencionar algunas. Participando en más de 30 filmografías.
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Su música fue escuchada por toda Latinoamérica, en Argentina el tan afamado tema ‘Solamente una vez’ dedicada a José Mujica; para el país ibérico, Lara otorgó hermosas canciones como la entrañable ‘Granada’, ‘Madrid’, ‘Murcia’, mismas que le valieron una condecoración de las manos del dictador español Franciso Franco.
«Solamente una vez, ame en la vida, solamente una vez y nada mas, una vez nada más en mi huerto brilló la esperanza»
Boleros
La extensa lírica del fabuloso maestro de la cicatriz en la mejilla, se caracterizó por tangos, baladas y hermosos boleros melódicos de su autoría, género de raíz cubana hermano del danzón que hicieron de las letras de Lara su distinción, desde ‘Noche de Ronda’, ‘Amor de mis amores’, ‘Farolito’, ‘Cabellera Negra’ y ‘Tus pupilas’, hacen un recorrido por vida y las pasiones del gran compositor mismas que le dieron el reconocimiento internacional. Teniendo en su haber más de 700 obras y una opereta.
Un galán empedernido, todo un caballero
Cierto es que el atractivo del músico poeta, radicaba en su prosa lírica, su personalidad y la forma caballerosa de tratar a las damas, contrajo nupcias por primera ocasión con Carmen Zozaya a finales de la década de los 40, pero fue con la diva María Félix que formó una de las parejas más virtuosas y glamurosas de la época, este amor le dió la inspiración para escribir ‘Maria Bonita’, ‘Aquel amor’ y ‘Noche de ronda’. Otras relaciones que sostuvo fueron con Clarita Martínez, Yolanda Gazca, Vianey Lárraga, y Rocío Durán, con la que se casó en España en 1965, sin embargo, la hermosa actriz fue la única dueña de su romántico corazón.
Lara y la tauromaquia
Aunado a la pasión por componer y su gusto por la figura femenina, el «flaco de oro» fue un gran aficionado al deporte taurino, conociendo a los toreros más destacados de la época, Manuel Rodríguez «Manolete«, cuando se aperturó la Plaza de Toros, a Manuel Benitez «El Cordobes«, y a Silverio Pérez a quien le regaló su composición ‘Paso doble’.
Hay una barra nombrada Agustín Lara en la Plaza de Toros de la Ciudad de Mexico.
El adiós al maestro
En los años 70 el maestro ya era un hombre de la tercera edad, una fractura en la pelvis lo llevó en coma el 3 de Noviembre, lo que le provocó la muerte el 6 de noviembre del mismo año.
Muchos han sido los homenajes que se le han hecho al gran poeta, inclusive uno en vida en 1953 durante el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines, Joaquin Sabina, Ángeles Mastreta y el libro ‘Arrancame la vida’ (1985), título de la canción de Lara, la película homónima (2008) y el más reciente y maravilloso disco ‘Musas’ de Natalia Lafourcade en (2017).
Pero el más grande reconocimiento de nuestro músico poeta, es continuar su legado, escuchando sus hermosas composiciones, enamorándonos, llenándonos de melancolía o bohemia y sintiendo pasión o el desazón, porque en cada habitante de la ciudad habita un Agustín Lara, y en cada rincón de la ciudad el eco de su voz retumba recordándonos «que las rondas no son buenas, que hacen daño, que dan penas, que se acaba por llorar».
Recordemos al músico, poeta, loco, enamorado, pasional, portentoso, a nuestro Flaco de Oro.
«En estas noches de frió, de duro cierzo invernal llegan hasta el cuarto mío, las quejas del arrabal»