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La pareja con la que estás es parte de un proceso contigo mismo

Tal vez en este momento de tu vida estés pasando por distintos procesos que tenías que enfrentar contigo mismo o con alguien más. Posiblemente la procrastinación (ese terrible acontecer que consiste en dejar de hacer o posponer diversas situaciones) te orillaron a enfrentarte a esto.

La vida está llena de momentos adversos que no podemos controlar y son necesarios. La vida es un acontecer diario y el no saber que va a pasar con nosotros mismos, con el trabajo, con las amistades, con la familia o con las relaciones nos causa incertidumbre y genera en nosotros ansiedad.

Las relaciones afectivas suelen ser  vertiginosas e incluso agobiantes.

Debemos recordar que la vida nos coloca en el lugar donde debemos estar y también nos pone en el camino a personas que debemos conocer, y que todo tiene una razón de ser; la pareja con la que estás es parte de un proceso contigo mismo.

¡Estás teniendo una relación con tu proceso!

Y eso es parte de tu crecimiento personal. Parte de este proceso significa conocer las carencias que tienes tú y que estás viendo reflejadas en tu pareja.

Las lecciones que nos brinda la vida son innumerables y debemos dar gracias porque todo implica un aprendizaje, probablemente piensas que toooodas aquellas relaciones fallidas que has tenido son pérdida de tiempo, de dinero, incluso de emociones, tal vez estés en lo correcto pero todos aquellos fracasos amorosos te han llevado a donde estás parado ahorita (con pareja o no) has aprendido de todos esos momentos maravillosos y también has aprendido de los momentos malos, y ahora sabes por lo que has atravesado y que tipo de relación  quieres en tu presente o en tu futuro.

El proceso afectivo-emocional es contigo mismo, y tendrás que analizar infinidad de veces tus carencias emocionales, sanar y perdonarte.

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Sabemos que la cuarentena puede desatar múltiples pensamientos negativos y mortificantes, pero aprovecha este tiempo para meditar, para cuidar de ti mismo, física, emocional y psicológicamente.

Reflexiona acerca de lo bueno que quieres para tu vida, en la salud, en lo laboral, en lo amoroso.

Recuerda que mereces que te amen tanto como el amor que brindas a los demás, mereces estar en completo bienestar y en armonía, y si la persona con la que estás no te hace sentir así, entonces es momento de reconsiderar tu relación.

¿Para qué esperar que alguien más te brinde el amor que tanto quieres? Si esa persona puedes ser tú.