Hemos escuchado hablar acerca de la demencia así como el Alzheimer, enfermedades mentales que afectan el procesamiento de recuerdos. ¿Qué me dirías si te cuento que hay una serie de canciones que te llevan hacia un viaje donde la mente se desdibuja y ya no somos nosotros mismos? A continuación descubre la serie musical ‘Everywhere at the End of Time’, del artista británico The Caretaker.
El origen de The Caretaker y el interés por la demencia
The Caretaker fue el seudónimo del músico británico James Leyland Kirby, nacido el 9 de mayo de 1974 en Stockport, Reino Unido. Se especializa en música ambient y hace arreglos de samples provenientes de música de los años 30, abarcando géneros como el swing, big band jazz y música de salón de baile de la época.
Los temas que aborda su carrera musical contemplan desde la melancolía, la nostalgia de un pasado que ya no existe en la actualidad y los efectos de la pérdida de memoria. Sus obras más significativas como The Caretaker fueron Selected Memories From The Haunted Bathroom (1999), Theoreically Pure Anterograde Amnesia (2005), An Empty Bliss Beyond This World (2011) y la serie de álbumes que nos atañe en esta ocasión: Everywhere at the End of Time (del 2016 al 2019).
Los estados del proyecto
Todo es un bello recuerdo (Stage 1)
Entramos con la primera faceta (Stages en inglés), la cual cuenta con diferentes canciones que evocan un sentimiento de nostalgia y añoranza del pasado. La primera canción de este estado se titula ‘It’s Just a Burning Memory’, que es nada menos que una versión distorsionada de la canción ‘Heartaches’ de Al Bowlly, y el nombre del sencillo de The Caretaker proviene de un fragmento de la canción de Bowlly.
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Conforme las canciones van avanzando, la nitidez es clara y aún se logran escuchar aquella música que se asemeja a nuestros mejores momentos de nuestra vida. Sin embargo, llega un punto en donde dichos recuerdos de la música se difuminan, pero siguen en nuestra memoria. Este Stage cuenta con doce sencillos. ¡Oh! Esto hace que mi corazón se detenga de alegría.
Algo está pasando (Stage 2)
En esta parte nos encontramos con canciones que siguen sonando con claridad y nitidez. Sin embargo, en algunas ocasiones los sonidos se distorsionan y se escucha un poco de estática. Es como si algo estuviera pasando en dichas memorias o recuerdos, como si se esfumaran o hiciéramos el intento por recordar nuestro pasado. Este álbum cuenta con 10 canciones, y al finalizar esta faceta, algo nos está diciendo nuestra cabeza.
Siento que se está deformando algo (Stage 3)
Ya entramos al Stage 3, lugar donde la música empieza a distorsionarse con mayor ímpetu a pesar de que suene con cierta claridad. Esta faceta se interpreta como la pérdida gradual de la mente y sus funciones básicas de captar recuerdos y procesos movimientos. La portada de esta faceta es la de una especie de árbol deformado con huecos, símbolo de la pérdida gradual de la memoria y la entrada a un posible estado de demencia.
Me empiezo a desconocer (Stage 4)
Esta es la faceta más peculiar: la música finalmente presenta síntomas de distorsión, ya no tiene sentido lo que se escucha. Uno podría decir que es simple ruido, pero en realidad es el esfuerzo de la mente por recordar algo sobre su vida. Lo interesante de esta parte del álbum es el número de canciones y sus nombres dado que una canción se «repite» en dos ocasiones. Se trata de Post Awareness Confusions, que se presenta en los sencillos H1 y J1, durando cada una 21:53 y 22:14.
Sé que hay alguien por ahí (Stage 5)
Ya casi termina este infierno. ¿Infierno de qué? Pues el infierno que la mente empieza a vivir al no recordar con claridad quién es esa persona que, en su momento tuvo recuerdos hermosos y también memorias desagradables. En esta faceta del proyecto, la música desaparece; solo hay estática y ruido blanco, sin nada nítido que escuchar más que la mente. El álbum cuenta con cuatro sencillos, de los cuales la mayoría no cuenta con música y cada uno dura 20 minutos aproximadamente. ¿Ahora qué nos deparará en el tramo final?
Ya no hay nada (Stage 6)
Respondiendo a la pregunta ¿qué nos depara en el tramo final?, pues déjenme responder: un vacío. La nada haciendo acto de presencia. En el último stage del proyecto, nos encontramos con el vacío y la desolación de una mente que ya se perdió, ya no sabe quién es. Lo único que se escucha en las cuatro pistas son fragmentos de 20 minutos de ruido blanco.
No obstante, los últimos seis minutos de la última canción titulada ‘Place in the World Fades Away’ (el lugar en el mundo se desvanece) ya cuentan con una canción nítida, un sonido similar al de los ángeles. Es el momento de lucidez terminal que una persona experimenta antes de fallecer. En esta ocasión, son los últimos momentos de la mente, son las memorias que se han podido recuperar a pesar de perder la lucha. Al final, en el último minuto, la música termina con un silencio total.
Así termina la vida, no solo de una persona con Alzheimer o demencia, sino que aquí termina la identidad conocida como The Caretaker. Con este trabajo, además de reflejar en 6 horas y media la pérdida de memoria, también refleja la despedida del seudónimo The Caretaker.