Con la digitalización el concepto de amor ha dado un giro, tal es el caso de Tinder y otras apps de citas virtuales. El sociólogo Zygmunt Bauman en su libro ‘El amor líquido’, habla sobre la volatilidad y constante cambio a la hora relacionarnos emocionalmente y es que en la actualidad nuestra formar de hablar y comunicarnos con los demás son efímeras. No obstante en una época más antigua, la tradición de escribir podía generar más lazos y conexiones que un mensaje instantáneo por cualquier aplicación.
El concepto de escribir cartas como medio de comunicación se usó durante mucho tiempo en el pasado, ya que algo tan banal como un pedazo de papel con un escrito se consideraba un objeto preciado y la única manera de saber de nuestros seres queridos. No obstante era un arma de doble filo, por un lado era algo tan personal por ser el mensaje y la dedicación del tiempo de la persona que la escribía, pero a la vez se volvía impersonal debido a que uno podía desconocer a ciencia cierta el remitente de tan bella carta, a pesar de tener un sello y nombre en la misma. Ese caso queda mejor remarcado en la historia de ‘Cyrano de Bergerac’.
El escrito teatral fue realizado por Edmond Rostand en el año 1897 y tomó como base la vida del mismo Cyrano (poeta del siglo XVII) para dar creación a esta simpática, romántica y dramática historia. Y es que no queda duda alguna que este clásico de la literatura, ha sido la base para muchas adaptaciones ficticias tanto en la literatura moderna, como en el cine. El caso más reciente es el del último filme de la cineasta Alice Wu, titulado “si supieras».
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Hablemos de Alice Wu directora y guionista estadounidense que ha logrado llevar dos increíble historias a la pantalla, ambos filmes cuentan ciertas similitudes como es el personaje principal; en ambos casos el protagonista será una mujer, asiática y homosexual. La primera cinta dirigida en el año 2005 lleva por título ‘Saving face’, donde veremos un mujer tratando de sobrellevar los estigmas de la comunidad asiática-estadounidense; tendrá que liderar con el súbito embarazo de su madre y su secreto de llevar una vida con una mujer como pareja sentimental.
Un Cyrano bastante moderno
Después de 15 años Alice nos vuelve a traer un producto audiovisual acompañado de la mano de la plataforma Netflix. ‘Si supieras’ cuenta una moderna adaptación sobre el clásico de la literatura ‘Cyrano de Bergerac’. La cinta cuenta con la narrativa original del escritor Edmond, sin embargo, en esta ocasión la directora le dará un toque existencialista, romántico y con ciertos tonos de humor. La película muestra varias citas como desde Platón y su idea del mito de los andróginos (libro el banquete), Oscar Wilde y Sartre, sin olvidar la constante mención que se hace del libro «Lo que queda del día» del escrito japonés Kazuo Ishiguro. Por otro lado están las icónicas escenas que se muestran de grandes películas que formar parte del acervo de la historia del cine como son: Casablanca (1942), Luces de la ciudad (1931) e Historias de Filadelfia (1940).
Como la historia original veremos un triángulo amoroso, no obstante, esta vez será entre tres adolescentes de preparatoria quienes formaran este mismo. En una de las aristas de este triángulo esta Ellie Chu (Leah Lewis), una estudiante destacada por sus grandes trabajo literarios que realiza para sus compañeros en una forma de sustento económico; en el otro extremo esta Paul Munsky (Daniel Diemer) un chico simpático y jugador de futbol americano que se encuentra completamente enamorado de Aster y solo busca poder acercase a élla y por último en la punta de nuestro polígono de tres lados esta Aster Flores(Alexxis Lemire) la chica más popular de la escuela, que a la vez es incomprendida por su grupo social y principalmente por su novio.
Todo comienza cuando Paul solicita los servicios de Ellie, conociendo su talento por las letras y la escritura. Él quiere que le escriba una carta de amor para Aster Flores de quien vive enamorado. Al principio Ellie rechazará su oferta al ser algo fuera de su campo, sin embargo, las deudas que tiene en su casa la obligan aceptar este trabajo su generis; es ahí donde nacerá ese ping pong de mensajes entre Ellie, Aster y Paul. Conforme se va desenvolviendo la historia Aster comienza a encontrar conexión y atracción entre ella y «Paul» ya que ella desconoce completamente que el remitente de los mensajes es la introvertida y solitaria Ellie.
Mientras se va desarrollando ese complejo plan, Ellie comienza a darse cuenta de lo fácil que es para élla hablar con Aster mientras se hace pasar por Paul, lo cual inicia a confundir sus emociones, por otro lado, Paul y Ellie que iniciaron como una mera relación de negocios, gradualmente todo comienza a cambiar conforme las cosas van tomando vuelo y su relación se hace más estrecha y amena, finalizando en una excelente amistad debido al tiempo que pasan juntos a la hora de estudiar su plan por conquistar a Aster.
Al final, como toda la verdad tiene que salir a relucir y esta vez no es la excepción. La película, esta repleta de referencias artísticas, desde cine, literatura, pintura y varios pensamientos existencialistas, por lo mismo hace de este filme algo completamente disfrutable y es que no es un historia de amor cualquiera donde el chico conoce a la chica etc. es más real, y con varias reflexiones sobre la vida misma, ¿quiénes somos? y ¿quiénes queremos ser? y es que durante una hora y cuarenta y cinco minutos, nos dan un recorrido por el arte y lo más importante, el amor.
