Leah Emery se dedicaba al desarrollo de videojuegos cuando recibió un correo spam con material pornográfico, a partir de ahí, se le vino una idea a la mente que cambiaría su vida por completo.
Jamás había tejido en su vida y no era fanática de la pornografía, pero no le incomodaba el tema. Lo que sí conocía era la tecnología, llevaba mucho tiempo desarrollando videojuegos, por lo que a diario pasaba horas frente a un monitor.
Ahora resulta que nadie ha visto pornografía
Cuando recibió esa imagen pornográfica pensó en cómo la gente se asombra y se avergüenza con una imagen así, siempre resulta incómoda, pues es un tabú aceptar que el sexo nos gusta. Es un tema cultural que lo neguemos, como si fuera malo o estuvieras ‘mal de la cabeza’.
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La tarea que se dio en ese momento fue jugar con el tema y exponerlo de manera diferente, ya que la pornografía siempre se ve en monitores (al menos de que la estés actuando o seas voyerista) buscó un canal poco habitual, de manera irónica eligió el tejido, pues recordaba como las mujeres mayores tejen en sus tiempos libres y son personas que tienen ese estigma sobre el sexo.
«Mi trabajo es mi manera de reeducar e invitar a los espectadores a participar más en las discusiones públicas sobre el sexo y la intimidad»
El pixel no digital
Los tejidos vistos de cerca tienen un patrón que forman los hilos al entrelazarse, se ve muy parecido al pixel de una imagen si la vemos de cerca. Ahora no solo pensó en tejer imágenes pornográficas, sino hacerlo como si estuviera ‘pixelada’. Pero primero lo primero, debía aprender a tejer y dominar el punto de cruz.
Emery se preocupa de que no somos capaces de explorar el sexo y la intimidad con franqueza. Toma escenas que normalmente se ven en privado y se juzgan mal para exponerlas en otro medio, es como si las estuviera desestigmatizado.
Viejito pero más bonito
Utiliza imágenes de escenas pornográficas vintage, pues dice en esa época no se abusaba del retoque fotográfico o la manipulación del video. Hoy en día las modelos las presentan como mujeres perfectas, con bronceados hechos digitalmente y ni una imperfección en el cuerpo. En sus bordados tiene detalles que muestran genitales sin depilar, ropas no glamorosas y cuerpos no perfectos.
«Abrazo y celebro los defectos y la autenticidad, y disfruto siendo un defensor de la diversidad estética».
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Fotos: leahemeryart
