Paraty es un paraíso tropical que está entre Sao Paulo y Río de Janeiro, tiene a penas 35 mil habitantes y preserva intacta su arquitectura colonial que dejará a su paso Portugal hace poco menos de 500 años después de la conquista. Como si estuviéramos en uno de los tantos pueblos mágicos de México pero en la orilla de una hermosa playa.
El pueblo de Paraty es Patrimonio Mundial de la UNESCO, por lo que el gobierno brasileño se preocupa por la manutención del lugar, por ello, los dueños de casas y establecimientos no pueden pintar ni construir sus propiedades como les plazca, deben seguir normas establecidas por los documentos históricos: toda las construcciones son blancas con algunos vivos en colores.
Esta pequeña localidad está rodeada de montañas entre una zona boscosa que hace que la humedad te empape en minutos, es tanta, que puede llegar a llover muchos días continuos y ocultar el sol durante todo el día, a veces la neblina logra ocultar el horizonte a pocos metros de distancia.
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Paraty tiene cerca de 50 playas en su bahía, muchas de ellas solo accesibles entrando por el mar, por lo que permanecen casi vírgenes y son un paisaje único para los turistas. Desde temprano hay lugareños que te llevan a ellas. No existen negocios ni es posible consumir alimentos ni bebidas en ellas con el fin de mantenerlas intactas.
En la época de la conquista Paraty fue uno de los lugares donde más se cultivaba la caña de azúcar, y con ello, muchos alambiques o destilerías de cachaça (la bebida típica de Brasil) aún siguen activas, dando la oportunidad a las personas de ver como se prepara este ron brasileño. Además existen decenas de locales que venden está bebida en el pueblo.
Al estar situado entre dos de las ciudades más importantes del país (Sao Paulo y Río de Janeiro), Paraty ha funcionado como zona de veraneo para cariocas y paulistas, además de algunos viajeros extranjeros, tal como lo hicieran los portugueses después de la conquista.
La construcción de las calles tiene una arquitectura única, ya que las casas fueron construidas unos escalones por encima del suelo, pues en los días de luna llena la marea sube y llega a cubrir toda la localidad, limpiando las calles y dando la impresión de que todo el pueblo está flotando sobre el mar.
La Iglesia de Santa Rita era una iglesia destinada para lo mulatos libres, aquellos que ya no servían a un amo y por tanto tenían más privilegios a los que aún lo tenían. Fue construida en 1722 en tonos blancos y detalles sepia y ocre, el clásico estilo colonial.
En contraste, está la Iglesia Matriz de Nossa Senhora do Rosario, una iglesia de estilo manierista situada en la orilla del mar en el centro histórico. Esta Iglesia fue creada en 1757 para los esclavos de la época de la conquista. Todas las iglesias en Paraty están construidas con su fachada frente al mar.
Al norte del pueblo hay un monte que se puede subir después de algunos minutos de cruzar una zona boscosa, en lo más alto esta el Forte Defensor Perpetuo, un fuerte militar donde aún se ven cañones militares. La vista de la ciudad desde lo más alto deja ver los tejados naranja y café y las casa blancas.
