Durante este periodo de reclusión al cual estamos sometidos debido al COVID-19, niños, adolescentes y adultos jóvenes han encontrado dentro de las redes sociales un lugar donde refugiarse de la abrumada realidad que ha traído la pandemia.
Esta emergencia sanitaria provocó que las redes sociales tuvieran un 42% más de actividad en el tiempo de navegación, reveló un informe de Nielsen IBOPE.
Según este estudio, aquellas plataformas más utilizadas, tanto en navegador como en aplicaciones, fueron Google, Instagram, Twitter, Facebook, Whatsapp y YouTube, siendo las tres últimas con mayor porcentaje de actividad.
En el caso de plataformas como Netflix está registraron un aumento del 48.3%, mientras que aquella páginas para hacer compras en línea como Mercado Libre o Amazon se posicionaron dentro del top de sitio mas frecuentados para adquirir productos sin la necesidad de salir de casa.
Pero así como las aplicaciones y redes sociales se han disparado en usuarios activos, también lo ha hecho aquellas páginas de modelos de webcam y páginas porno.
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¿Apariencia de libertad o auténticas redes de prostitución?
El incremento de usuarios durante todo el año pasado en el que enfrentamos el COVID-19 y parte de este, se ha registrado una tendencia relativamente alta en el aumento de visitas de sitios como las «Camgirls» y en otros en donde el contenido es explícitamente sexual y que goza de gran popularidad entre los menores como es el caso de OnlyFans.
A pesar de que sitios como este tienen una apariencia de emancipación, la línea es bastante delgada entre redes de prostitución y liberación.
Only Fans se volvió popular a inicios de a pandemia, gracias en su mayoría a los influencers, pero también porque se vendió como una plataforma como líder en su sector que garantiza nuevas formas de ingresos.
Esta plataforma web es británica y fue creada en 2016 por Tom Stokely conocido como “el Mark Zuckerbeg del porno”, quien la hizo con la finalidad de que funcionara como una una red social destinada a potenciar la creación de contenidos de todo tipo.
Dentro de ella se pueden encontrar monitores de fitness, artistas y modelos, pero su secreto radica en que dichos usuarios, o fans, pagan a dichos creadores por un contenido y una atención personalizada. De esas ganancias el 80% de los beneficios va para los creadores y el 20% para la empresa.
Sin embargo, a pesar de que dicho sitio aplica un filtro restrictivo para menores de edad, estos no han servido de mucho, ya que se ha dado el caso de que hackers han logrado burlar el sistema de seguridad y filtrar imágenes y vídeos generados por los usuarios de Only Fans.
Una falsa sensación de empoderamiento
La diferencia entre este sitio y el de uno pornográfico es que la customización del producto no es “accesible” para todos, ya que el engagement que ofrece OnlyFans a sus usuarios es tener una experiencia individual a cambio de 5 y 50 dólares por suscripción, algo bastante parecido a lo que hace páginas como Patreon.
Su falsa sensación de empoderamiento, tiene un trasfondo de explotación que es muy común en el mundo del porno, donde este contenido “exclusivo” es como si se tratase de una «novia digital» que exige atención absoluta al usuario y que para mantenerse vivo necesita por parte del creador de contenido mantener un flujo constante de post.
Esta cubierta de empoderamiento con la que se suele defender OnlyFans es maquillada con el ingrediente de que es una “alternativa autogestiva e independiente”, cuando es sólo la misma exitosa fórmula que hacen uso los gigantes pornográficos como PornHub.
Esto ocasiona que no se permita a veces ver que dentro de Onlyfans las perspectivas de la mercantilización de los cuerpos de las mujeres, la estadística de consumo que es esencialmente masculino y la facilidad para las redes de trata, siguen siendo las mismas consecuencias que la industria del porno.
Las reglas siguen siendo las mismas, sólo que ahora el neoliberalismo oculta la precarización laboral tras la feliz consigna de “ser tu propio jefe”, cuando en realidad el verdadero mensaje que se grita es el de “explotarte a ti misma”. “Instrumentá tu propio cuerpo”.
¿Es sinónimo de libertad instrumentar nuestros cuerpos en plataformas como OnlyFans para alimentar la industria millonaria de la hipersexualización misógina?
Es así como el Caballo de Troya de OnlyFans hace del empoderamiento su discurso central para llegar a usuarios cada vez más jóvenes que terminan formando parte de la misma perpetuación de los roles de género patriarcales: la mujer es el objeto de deseo y el hombre el sujeto a complacer, pero con la diferencia que usa términos mercantiles y económicos como la libertad.