La música en el cine es una parte fundamental para la narración de las imágenes y los planos que se muestran en la pantalla. Nos ayuda a entrar en situación y a crear una atmósfera que acompaña la historia. Encontrar (o componer) la música perfecta que nos trasmita lo correcto no es cosa fácil, puede ser la parte fundamental de la película, lo que la haga destacar o, por el contrario, lo que la hunda.
La banda sonora en las películas puede pasar de ser un simple acompañamiento, que nos ayudará a crear tensión, drama, acción, etc., o puede ser el núcleo central de la historia, como los musicales o biopics que hemos disfrutado en estos últimos años, Rocketman, por ejemplo.
Pensemos esta vez en las escenas tan icónicas que nos han dejado el director estadounidense Quentin Tarantino, que han traspasado la pantalla grande hasta convertirse en un claro referente del cine moderno.
Los grandes clásicos de Tarantino han tenido algo en común, y es al compositor italiano Ennio Morricone. Nacido en Roma, Italia, es un compositor y director de orquesta que lleva años en la escena del cine y la televisión (desde 1961). Ha recibido un Oscar y otros numerosos premios como Globos de Oro y premios BAFTA.
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Sus composiciones destacan en películas Spaghetti western del director Sergio Leone: ‘Por un puñado de dólares’ (1964), ‘El bueno, el malo y el feo’ (1966), ‘Hasta que llegó su hora’ (1968), o el clásico ‘Cinema Paradiso’ (1988). Es considerado uno de los compositores más importantes y versátiles de la historia.
Si bien Quentin Tarantino ya había dirigido ‘Reservoir Dogs‘ (1992) que fue la primera película de cine independiente que estrenó y gracias a su buena aceptación del público y la crítica su carrera repuntó, después su popularidad siguió creciendo con ‘Pulp Fiction‘ (1994) y ‘Jackie Brown’ en 1997. Pero no fue hasta años más tardes que su colaboración con Morricone comenzó, con las películas: ‘Kill Bill Vol. 1′ y ‘Kill Bill Vol. 2′ (2003 y 2004).
En Kill Bill Vol. 1 escuchamos: Death Rides a Horse. Esta melodía no transmite la sensación de peligro, de que algo malo va a suceder y crean una atmósfera de tensión, pero con mucha energía.
En Inglourious Basterds (2009) escuchamos una grande participación del compositor italiano: The surrender, Un amico, Rabbia e Tarantella, Mystic and severe.
En esta película podemos notar que la banda sonora contiene piezas que agregan bastante intensidad a la escena; un ejemplo es ‘Un Amico’, que acompaña la escena en la Shosanna Dreyfus le dispara a Frederick Zoller, un heroe de guerra que esta enamorado de ella. Es una escena trágica, la música te hace sentir el amor y la traición, de manera romántica. Es bastante interesante.
Debemos destacar que Morricone incluía en sus composiciones no solo la música de los instrumentos clásicos, sino voces y en algunas ocasiones solo silbidos que llevaban el ritmo total de la pieza musical. Además, las películas de Quentin no sólo tienen música de Morricone, también cuenta con música de otros artistas, pero son las de este último las que han logrado que las escenas alcancen otro nivel.