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Verdad o mentira es pensar en la lengua, de la ética. En pocas palabras se puede decir la verdad mintiendo.

¿Qué es la verdad?

Palabra, lengua, banalidad, deseo de poder. Pensar la verdad o la mentira es pensar el campo de la lengua, de la ética. La verdad, entonces, la colocamos como la idea que gobierna por encima de las otras y, sin embargo, puede ser todo mentira. En pocas palabras se puede decir la verdad mintiendo.

Derrida en su estudio a Kant añade, que, al mentir se traiciona la finalidad misma del lenguaje. En tanto que se falta a la palabra.

Pero, ¿Somos capaces de mentir o elegimos mentir?

Mentira: Verdad; Verdad: Mentira ¡Palabra!
Mentira: Verdad; Verdad: Mentira ¡Palabra!

Si todo el tiempo estamos hablando, todo el tiempo estamos mintiendo, pero decimos la verdad. La palabra está más allá de la mentira, más allá de la verdad. En el origen la mentira es la intención de engañar al otro, pero con ello, intentamos tontamente engañarnos a nosotros mismos.

Para Kant “Cuando se está programado para decir la verdad no se es sincero” como cita (Derrida, J. ¡Palabra!, 1999.)


¿Hay mentiras accidentales?

Es sumamente interesante pensar lo anterior, pues cada vez que le fallo a lo que pienso estoy mintiendo accidentalmente, una especie de autoengaño. Por tal razón la mentir es siempre la intención de engañar y por la mayoría de las ocasiones se dirige a otro.

“Cuando miento, no digo necesariamente lo falso y puedo decir lo falso sin mentir” (Derrida, J. ¡Palabra!, 1999.)

Freud en su obra El chiste y su relación con lo inconsciente (1905) deja muy en claro como es que el engaño puede ser tan sutil y disfrazado que hasta un chiste puede contener una fatalidad oculta.

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Pero mentir, es vital para todo vinculo social. En tanto la palabra es un equivoco, la mentira esta aunada a nuestro ejercicio del habla. Hablar es, en esencia mentir, mentir es hablar. Decir la verdad es decir una mentira que ha sido bien maquillada.

No hay verdad sin mentira.

#Todosmentimos (The End of the Fucking World)

¿Por qué mentimos?

Rousseau defiende el ejercicio de mentir y argumenta que:

“No se miente desde el momento que no se perjudica al otro”

Sin embrago, como acabamos de decir, la mentira es parte de todo lazo social, sin ella, las relaciones humanas serían insostenibles.

Mentirnos a nosotros mismos es una defensa, una intención de ocultarnos bajo una imagen ficticia. Aun así y esto es paradójico, mentirnos a nosotros mismos es imposible, pues sabemos que mentimos, que no tenemos intención de revelarnos tal cual somos o pensamos, nos protege y nos vuelve “sanos”.

El psicoanálisis no acepta en concepto tradicional y moral de la mentira y por ende esta obligado a transformarlo, “todo es lenguaje”. El síntoma es la verdad inconsciente del sujeto.

El inconsciente, una verdad hecha engaño.

“Solo puede mentir alguien que promete la verdad” (Derrida, J. ¡Palabra!, 1999.)

No obstante, querido lector, sí su discurso no posee cierta solidez carecerá entonces de verdad, no puede ser tomado en serio. La mayoría de nuestra vida pasamos repitiendo discursos que nos son ajenos, los creemos, los moralizamos y hacemos de ellos una verdad, incluso hemos peleado por eso que es “nuestra verdad” y… ¿Si no hay verdad?

Todo intento de sobre explicar las cosas es una mentira en esencia y en ocasiones aquello menos creíble es la verdad.

Lingüística, sociología, antropología, psicoanálisis pueden darnos un mayor acercamiento a la búsqueda de la verdad, pero, el problema con el que nos encontraremos será siempre colocar el lenguaje en objetos tan ideales como Dios o las Matemáticas, que al final, son lo mismo.

En pocas palabras: Mentir es decir la verdad al otro que es en mi inconsciente una mentira hecha verdad.