Antes de empezar el siguiente artículo, me gustaría dar a conocer la siguiente reflexión personal en base a los recientes y desafortunados hechos que han llevado al mundo entero a fijar la mirada sobre Ucrania y Rusia. Los conflictos entre humanos son normales, el pensar, el tener creencias y una perspectiva distinta de la vida misma es lo que nos hace iguales; por esa razón es que la guerra jamás será un tema justificable, puesto que sin importar quien alcancé la victoria al final, algo siempre será certero, la vida de miles de inocentes se perderá. La guerra, solo traerá más guerra. Y la muerte solo llamará a más muerte, por lo que la violencia nunca será el medio para solucionar conflictos. Dicho esto, comencemos con el tema que este artículo tiene por objeto y el cual consiste en exponer algunos de esos momentos de esperanza que han emergido en medio de este lamentable suceso que el girasol de Europa ha tenido que padecer.
Cuando la vida florece entre el caos
Es curioso como el girasol ha cobrado cierta relevancia alrededor del mundo debido a la situación actual que se vive en Ucrania. Tal parece que esta flor se transforma en un símbolo bastante relevante de este país. Como dato curioso, vale la pena dar a conocer que el girasol es la flor nacional de Ucrania, y ahora se le ha visto como un símbolo de resistencia a las fuerzas rusas, de solidaridad, fuerza y unión. Los girasoles, se han vuelto sinónimo de aliento y esperanza, su simple existencia, ha contribuido a que el aire se purifique de los constantes ataques nucleares que Ucrania ha sufrido, pues tienen la capacidad de absorber y retener radiaciones.
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Paradójicamente, los girasoles son considerados como representación que la vida persiste en Ucrania, negándose a morir ante el desastre. Un ejemplo de esto es la pequeña Mia, quien nació en el interior del metro de Kiev en plenos bombardeos rusos un día después de que los primeros ataques en Ucrania se suscitaran. La pequeña Mia y su madre resultaron ilesas pese a que en la superficie ya se desataba la guerra. Mia, no ha sido la única niña nacida bajo estas circunstancias. El pasado 27 de febrero, dos mellizos llegaron a este mundo mientras sonaba a lo lejos la sirena que alertaba a los ciudadanos de refugiarse ante posibles ataques. El nacimiento de estos bebés, sin duda ha sido un mensaje de la naturaleza para el pueblo ucraniano, un mensaje de esperanza y fortaleza.
Refugio para «peluditos»
Las mascotas se unen al grupo de las víctimas más vulnerables y atormentadas por la guerra, antes no tomados en cuenta y abandonados a su suerte. Afortunadamente, la educación que actualmente existe en torno a las mascotas ha conspirado a favor de todos aquellos seres que no tenían voz ni voto para denunciar maltratos. En nuestros días, las mascotas son vistas no solo como compañeras de juegos y simples animales, son vistas como integrantes de nuestra familia, como auténticos ángeles que cuidan y velan por nosotros; por esa razón es que noticias como el héroe de perros son las que deben regresarnos la fe en la humanidad.
Su nombre es Andrea Cisternino, uno de esos héroes sin capa de los que mucho suele hablarse, pese a aparecer en los momentos más inesperados y asombrosos, este joven de origen Italiano desde hace tiempo se encarga de atender un refugio para perros en Kiev, Ucrania. Él junto con su esposa Vlada se han desvivido por darle hogar a todos esos «peluditos» que no cuentan con un hogar. A pesar de la situación tan critica que se vive en esta nación europea, Andrea, ha decidido permanecer junto a ellos, manifestando con entereza que preferiría morir antes de abandonar a sus animales, pues además de darle asilo y protección a perros, también se encarga de brindarle bienestar a cabras, gatos, patos, gallinas; caballos e inclusive vacas.
Andrea Cisternino, no ha sido el único en mostrarse preocupado por nuestros amigos de cuatro patas; alrededor del mundo, muchas asociaciones animalistas se han pronunciado a favor para que se realicen labores de rescate para darle refugio a todos los animales desprotegidos que permanecen en Ucrania.
