Cada día y en toda red social podemos encontrar «bonitas» y «guapos» influencers que nos dicen como podemos bajar de peso, vernos espectaculares, hacer comidas saludables y aumentar nuestro tono muscular; más aun en esta larga cuarentena donde algunas personas quieren estar en forma.
«La fruta engorda…»
«Toma estos licuados en ayunas…»
«Úntate esta pomada…»
«Haz dieta…»
Estas y más son las frases MENTIRA que podemos escuchar de aquellos influencers que sin lugar a duda tienen dinero, están en forma y tienen carisma frente a la cámara y por lo tanto, cientos de seguidores. Así comienzan a hacer videos monetizados, donde hacen propaganda a productos que quizá ni ellos dentro de su misma ignorancia usarían por que saben que no sirven para bajar de peso, al contrario, tienen exceso de calorías.
Bien es cierto que existen profesionales de la salud que pueden ayudarnos a cumplir nuestras metas en cuanto a salud e imagen se refiere, pero ¿qué pasa con los mexicanos que prefieren creerles a todos estos jóvenes que fácilmente hacen un video y obtienen miles de likes en cuestión de segundos? Un reporte de bajapress.com del 2018, menciona que el 66% de los mexicanos no acuden al nutriólogo regularmente. Siendo que México es un País Obeso, ocupando el primer lugar en obesidad infantil. Además de que el 90% de los casos de Diabetes en México se atribuyen a la obesidad.
México es un país obeso entre muchas cosas por el fácil acceso de alimentos chatarra que tenemos, ya sea por algún puesto callejero o por productos comerciales altos en calorías y con poco aporte nutricional. Aspecto que se espera se disminuya con la ley de nuevo etiquetado. Por otro lado, está la falta de conocimiento en cuanto a salud y alimentación se refiere. Y complementando esto, tenemos el hecho de que no nos gusta informarnos, pero mucho menos leer. Por último, pero no menos importante, la falta de recursos así como de tiempo aunado a la desesperación por llegar a un resultado.
Todos sabemos que podemos encontrar nutriólogos en algún centro de salud, pero no existe la opción directa de atenderse con él, esta solo existe si en la cita médica se le canaliza al paciente con el especialista. Además de lo difícil y tedioso que se vuelve generar citas en los centros de salud. Por lo que, existe otra opción: pagar un nutriólogo e ir al gimnasio y tener un entrenador personal, suena muy lógico y fácil, ahora pensemos en el gasto mensual que esto implica. Entonces esta última opción solo esta disponible para aquellos que tienen un ingreso suficiente para pagar servicios necesarios más algunos otros que pueden considerarse «lujos».
Una infografía de Nutrir México del 2018 informa que tan solo el 1.5% de la población total, en ese entonces se encontraba estudiando Nutrición. Lo que equivale a 1 estudiante de Nutrición por cada 1,000 habitantes que sufren de obesidad y sobrepeso. Evidentemente este servicio de salud se encuentra por debajo del requerido y más si consideramos que hay estados de la República que cuentan con menos Nutriólogos del promedio nacional. De esta forma, se puede concluir que el problema no es el costo que los nutriólogos ponen a sus consultas, siendo remuneraciones justas, si no, la poca accesibilidad a estos servicios que se tienen en todo México. Es decir, no basta con que el gobierno haga comerciales donde informen que estar obeso es malo.
Y así es como existen variedad de problemas que engloban a la salud en México, donde la gente cree que por ponerse una faja y una pomada, quemarán grasa. Además de ayunar y no comer. El fácil acceso a falsa información con las redes sociales se ha incrementado en los últimos años, donde buscar un tutorial en YouTube o Instagram es más fácil que consultar documentos de fuentes confiables. Desgraciadamente en estas redes sociales, son mas los influencers que existen, que no tienen sustento en la información que proporcionan. Porque parece fácil, pero incluso hay que saber explicar los ejercicios, ya que de lo contrario la persona que los hace, se puede lastimar. Lo más grave que están logrando es que las personas crean que necesitan cientos de suplementos alimenticios y menos frutas y verduras para estar saludables.
