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Helmut Newton: Glamour y erotismo como símbolos revolucionarios

Helmut Newton: Las tres lunas del elegante y perverso

Helmut Newton es uno de los fotógrafos más reconocidos e influyentes del siglo XX. Sus imágenes contienen erotismo y glamour; seduce al espectador con manifestaciones naturalistas fotográficas del deseo, del poder y de las pulsiones sexuales del ser con gran belleza y elegancia.

En este articulo abordaré su vida y obra centrándome en tres personajes que parecen haberle marcado fuertemente y sin los que, probablemente, el “malévolo y bello” fotógrafo, jamás hubiese llegado a crear ese estilo tan único.

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Aprendiz de fantasmas

Helmut se inició en la fotografía desde una edad temprana en Alemania, siendo ayudante de Else Ernestine Neuländer-Simon, mejor conocida como Yva, una de las fotógrafas más importantes de la moda alemana de la década de 1930.

Las obras de la artista judía son reconocibles y tienen un “aire de ensueño” gracias a sus conocimientos sobre cinematografía y sus experimentos técnicos sobre los negativos, llegando a realizar hasta 7 exposiciones en uno solo.

El joven de 16 años aprendería bastante de la experimentada y vanguardista fotógrafa formando gran parte de su gusto, entendimiento del mundo, sus libertades individuales, admiración por la figura femenina -tanto en el aspecto físico como social- y su liberación artística y sexual.

Lamentablemente, Yva fue perseguida y detenida por el partido nacional socialista, quienes eliminaron gran parte de su trabajo, convirtiendo a la artista en un fantasma que muy pocos recordarían hasta que décadas después pudieron recuperarse algunas piezas gracias a aquellos con quienes colaboró.

Helmut siempre respetó mucho la figura de Yva como artista, amiga y mentora. Gran parte de lo que se conoce de ella es gracias a sus memorias.

El inmigrante talentoso

Al verse obligado a huir de la Alemania nazi, emigra a Singapur donde fue contratado como fotógrafo en un diario local de reconocimiento con gran facilidad -demostrando su gran destreza con la cámara-. Al poco tiempo es despedido por el estilo que el fotógrafo ya comenzaba a mostrar desde entonces y que no gustaba en el periódico. Fue deportado a Australia donde finalmente terminaría siendo enlistado en el ejército.

Al concluir la guerra, Helmut seguía inagotablemente obsesionado con lo que era objeto de su deseo -particularmente las mujeres, las vestimentas extravagantes, la motricidad del cuerpo y los coches- así que continuó labrando su camino para desarrollarse como fotógrafo profesional, formando su propio estudio fotográfico en Melbourne.

Actriz, artista y modelo fetiche

Ahí mismo, Helmut conocería a la actriz y modelo June Browne -cuyo nombre artístico era entonces “June Brunell”, pero lo cambiaría después al abandonar las artes escénicas para después adoptar el seudónimo “Alice Springs”– con la que el fotógrafo sintió una fuerte química desde el primer instante, llevando su relación profesional hasta el matrimonio en poco menos de un año.

June fue un pilar fundamental para Newton, pues compartían la pasión por la belleza y el erotismo. Helmut enseñó gran parte de sus conocimientos técnicos a su esposa, la cual fue constante, siempre apoyándole y aconsejándole.

Tras Helmut caer en cama por enfermedad durante una campaña publicitaria que realizaba para Gitanes cigarettes, June tomaría la cámara y realizaría el trabajo, dando inicio a su trayectoria como fotógrafa.

 

La relación con Alice siempre fue sumamente fructífera tanto en su relación personal como artística. En una entrevista donde le preguntaron si alguna vez se sintió celosa por el trabajo de Helmut, la ya entonces galerista de la Fundación Helmut Newton, mencionó:

“Solo me preocupé una vez, cuando empezó a fotografiar flores; en concreto, flores muertas.” -Alice Springs

El provocador llega a Paris

Es aquí donde comienza la etapa más característica de Helmut Newton y donde adquiere gran reconocimiento y fama por sus transgresoras imágenes, generando rechazo en un extendido sector de la población (incluso hoy día) quienes le han tachado de ser «excesivo y pervertido», calificativos que incluso el artista llegó a admitir, sin embargo, entendiendo dichos conceptos como fundamentos esenciales de su manifiesto artístico, pues a un nivel personal, se consideraba a si mismo fácilmente escandalizable.

Los más conservadores no sabían apreciar la belleza particular que contenía Helmut en su obra, y aún menos en ese entonces, donde se consideraba de mal gusto, por su contenido explícito y subversivo en cuanto a su forma de mostrar a la figura femenina siendo vigorosa, provocativa, poderosa; En algunos casos, tomando roles y/o símbolos asociados con la masculinidad y relacionados al poder, algo considerado sumamente escandaloso en la época.

El rediseñador de la feminidad francesa

La sociedad sesentera estaba viviendo fuertes cambios, pues el movimiento feminista, las protestas estudiantiles y las manifestaciones artísticas apuntaban hacia una revolución social reconstructiva en muchos sentidos, sin embargo, se notaba una fuerte resistencia por parte de los grupos más privilegiados incluso desde los niveles más “suaves” de formas de poder; Algo como un pantalón femenino, era visto con malos ojos e incluso estaba prohibido utilizar ese tipo de prendas en muchos locales (un pantalón era “algo de hombres”).

En este contexto y paralelamente a Newton, otro artista de sensibilidades e intereses similares, reconocido por provocar al sector más conservador de la Paris de la década, estaba labrando su carrera ya desde hace un tiempo. Así, el talentoso y creativo diseñador de modas que se había convertido en uno de los más exitosos a nivel mundial desde sus veintes, aparece en la escena Parisina con el primer traje sastre con pantalón para mujeres en la historia y que lleva su nombre: Yves Saint Laurent.

El magnetismo entre ambos artistas era inherente a su esencia misma y sus colaboraciones comenzaron a verse de inmediato, dando grandes resultados e indudablemente, grabando en las retinas de muchas nuevas visiones de la trascendencia de la moda y el glamour como símbolos de revolución incluso hasta nuestros días.

Fotografiando el firmamento

El ascenso de Helmut fue astronómico a partir de entonces y al llegar a la década de los 70s se hizo imposible tapar sus imágenes al publico creciente y juvenil en búsqueda de cambios sociales, que los artistas de la escena se estaban formando.

Retrató con su estilo tan único a las grandes estrellas de cine francés y hollywoodense, a los prestigiados y excéntricos artistas, a los músicos experimentales ingleses, a los ricachones de la elite Parisina y a las modelos con nuevas perspectivas que buscaban romper las convenciones que les oprimían.

Helmut manifestó que siempre fueron las modelos, uno de sus sectores favoritos con el que trabajar, pues le parecía que las grandes estrellas solían mostrarse mucho más tímidas y reservadas con lo que podían mostrar y lo que no frente a la cámara, sin embargo, la nueva ola de modelos femeninas era más salvaje y provocativa, lo que cazaba perfectamente con su estilo.

100 años Helmut Newton

El legado del fotógrafo es indudable y espero que el articulo haya ayudado al lector a intrigarse por la obra de este revolucionario artista. Si se quiere saber más, puede consultarse la pagina de la HELMUT NEWTON FOUNDATION, cuya fundadora y curadora fue Alice Springs, quien tras la muerte de su esposo se encargó de salvaguardar sus fotografías.

Para chequear más de sus obras, una simple googleada bastaría para encontrar la mayoría de sus joyitas.

Si el articulo fue de tu agrado puedes checar algunos más nacidos de mi letra y admiración en la sección de abajo.