‘Hellraiser’ (1987) es una película que nos muestra los límites del cuerpo como si fueran las puertas al infierno por medio de la aplicación del dolor y el placer. Dirigida por Clive Barker, y protagonizada por Andrew Robinson (Larry Cotton), Clare Higgins (Julia Cotton), Ashley Laurence (Kristy Cotton) y Sean Chapman (Frank Cotton).
Se gestaba pestilente la trama de un deseo incompatible entre la resolución matrimonial; cansino ritmo de una monotonía perenne, ante el cual, se preparaba la infidelidad como gestación purulenta desde la sangre del hermano, en ese reservorio rojizo estaría amalgamándose una elipsis trágica; entre la maldición por la búsqueda del gran placer más allá de lo humano y la traición ejemplificado a lo Caín y Abel. Se ve esbozada en la fachada del hermano bribón, desprovisto de revestimiento corpóreo debido a que el gran placer lo ha descuartizado, lo ha hecho inhóspito para todo enlace social, sin cuerpo, no hay comunidad porque no hay humanos.
De camino al infierno, pasando por el goce.
La apertura es ya un aviso en torno a lo medular; la búsqueda del placer, la cual está muy presente en las acciones principales de la protagonista; una mujer capaz de todo y sin miramientos con tal de seguir adelante en su deseo irrefrenable por el hombre que tanto desea; y la conducta de ese hermano bribón, con el cual se consuma la infidelidad. Entre la protagonista Clara Higgins (Julia Cotton) y el hombre de poca monta, Sean Chapman (Larry Cotton), hay un elemento pasivo, pero clave en la trama; el marido, Andrew Robinson (Larry Cotton). Éste último es un tipo afable quien ha de ser al final sacrificado para la venida de su hermano, quien yace en el limbo; ni de aquí ni de allá. Esa zona en donde se han mezclado placer y dolor.
El dolor y el placer se mezclan, no hay una línea definitoria. Se ha iniciado la película con Frank Cotton sosteniendo una caja negra, que al abrirla lo lleva a una zona resguardada por seres extraños, ¿ángeles o demonios? No se sabe en verdad qué son, pero sí lo que hacen: administrar el placer. El cuerpo de Frank termina despedazado, se ha desmembrado al tipo que buscaba el último placer. Algo más allá de los alcances humanos se resguarda por seres extraños. El cuerpo puede soportar por muy poco tiempo esas regiones tan expuestas.
El matrimonio como alojamiento del conflicto
Al tiempo, la pareja de Larry y Clare Cotton adquieren una casa, esa zona en donde Frank había gestado sus aventuras. Clare ha encontrado una foto de él, la guarda. Aquí yace otro indicio, ¿por qué ha de guardar tan fidedignamente la foto del hermano de su marido? Después descubrimos que, en el pasado, ellos tuvieron una aventura, cosa de la cual Larry nunca se enteró. La postura de este último siempre se mantendrá en la pasividad, viviendo en la obviedad, es el ciego que posibilita desde el -no saber-, que la trama continúe negligentemente. Es como si fuera la señal de esa cara inerte pero aparentemente viva de la sociedad.
Hay ruidos, algo extraño sucede en la casa de los Cotton, Clare se ha encontrado con Frank, ese hombre que la sedujo con su seguridad, arrogancia, y despreocupación moral. Solamente bastó que ambos se entregaran a sus deseos para sellar trágicamente la trama que ahora está por magnificarse en su núcleo patente; el exceso de goce termina por desarticularlo todo (hasta al cuerpo mismo).
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La desarticulación del cuerpo como desintegración de la familia, es una representación llevada a cabo con el desmembramiento de Frank Cotton, no hay que encasillarlo a la actitud retadora que se atrevió a ir más allá de los límites, sino que representa la postura del verdadero esclavo; sometido a sus deseos. Al final veremos el porqué.
La figura desprovista de consistencia por ella misma, viene a exponer lo inviable e inconsistente de la figura de Frank Cotton; un ser que sin miramiento se ha acostado con la pareja de su hermano, para después dar paso a una declaración abierta de sus intenciones sexuales sobre su propia sobrina. La figura esquelética, entre asquerosa y cruda, aunado con la situación precaria en valores, nos trae a escena la miseria existencial en la que están envuelta todas las acciones.
La aparente libertad
La inmovilidad se sustenta desproporcionalmente entre la relación de Clarice y Frank; éste último dependiendo de más sacrificios que lo han de traer carnalmente a este plano; mientras que ella depende emocionalmente de él. ¿Quiénes son las victimas de sacrificio? Hombres extraños seducidos por ella para ser asesinados y que sirvan de nutrimento a este ser que ha dejado de ser hombre para convertirse en monstruo.
Existe una administración del placer y, a su vez, una administración de lo corpóreo. El primer momento está cuando Frank está con esos seres extraños quienes se encargan de administrar el goce (dolor o placer). Está inmóvil, su cuerpo está literalmente amarrado y sometido a lo que ellos decidan. En el segundo momento, él está anclado a la casa que han adquirido Clarice y Larry, Frank no puede salir de ahí, necesita sacrificios para recuperar el cuerpo que fue destruido en el exceso.
El que parecía un gallardo indomable, sin restricciones hacia su propia familia, en verdad ha estado sometido desde un inicio a su propia apetencia; ha estado inmóvil porque su destino ya estaba sellado en dos niveles: 1) la caja extraña que lo llevó a los seres que administran el goce y 2) la infidelidad.
¿quién funge el rol más pasivo? ¿el hombre afable que al final fue asesinado, Larry, o el hombre que sin restricciones haciendo lo que quería ha terminado condenándose a su propio fin, Frank? Ese bribón ha permanecido inmóvil todo el tiempo, anclado a sus deseos, que a su vez, han fungido como fuerza centrípeta arrastrando a cada individuo al caos, a las puertas del infierno.
Puntualizando la trama
Algunos puntos a considerar para toda la trama:
a) De ha adquirido un final trágico desde el acto original: infidelidad. Pero también hay otro elemento importante: la búsqueda del placer, que a su vez, va enlazado con el primero.
b) Existe un elemento azaroso, la sangre de Larry cae al piso, y con ello Frank empieza a regresar a este mundo. Nuevamente, la sangre tiene doble connotación de sellar el destino por un lado, y magnificar lo atroz de la situación.
c) Existe una regulación natural del placer y del dolor en el propio cuerpo, estos agentes (seres extraños) se encargan de ir más allá de esos límites. Más allá de esa zona acontece el desmembramiento, la desarticulación.