¿Conoces a la famosa escritora británica Agatha Christie? Probablemente te suene el nombre de Hércules Poirot, ya que fue su personaje principal en algunas de sus tantas novelas policiacas; el detective de origen belga, quien se encargaba de resolver los crímenes que parecían no tener respuesta alguna, pero apuesto que desconocías que la misma Agatha vivió un suceso digno de contar en sus mismos libros: su misteriosa desaparición que duró once días.
La historia comienza cuando la escritora descubre que su marido, Archibald Christie, ex piloto de combate de la Primera Guerra Mundial, ya no la ama y debido a que se enamoró perdidamente de una joven mujer con la que jugaba golf, decide pedirle el divorcio a Agatha. Por si fuera poco, nuestra novelista estaba de luto por la muerte de su madre. Con ambas situaciones padecía depresión, según su biógrafo Andrew Wilson.
Así que un 4 de diciembre del año 1926, desaparece Agatha Christie en Gran Bretaña, le había dejado una carta a su secretaria después de haber mantenido una discusión con su aún marido, en donde explicaba que iría de paseo. Encontraron su automóvil, en Newland’s Corner, con un golpe en la parte frontal de éste, indicador de algún posible choque. En el interior sólo estaban algunas de sus pertenencias y nada más, no había señales de lucha o violencia que pudieran interpretarse como un secuestro, aunque lo que alarmó a todos fue que había un poco de sangre.
Por once días trataron de localizarla, las autoridades británicas temían lo peor, tanto policías como civiles fueron acudieron a su búsqueda, se dice que incluso su amigo Arthur Conan Doyle (creador de otro famoso detective: Sherlock Holmes) intentó contactarla a través de una médium, usando un guante suyo.
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Conforme los días transcurrían y no tenían pista alguna de la escritora, comenzaron las sospechas alrededor de Archibald. Algunos creían que él era el responsable de su desaparición o que había decidido asesinarla para poder quedarse con su joven amante. También se hablaba de algún asesino en serie que se había vuelto loco por la fama de la novelista. Otros tenían la creencia de que se trataba solamente de alguna campaña para publicitar su siguiente novela, ya que el caso era bastante peculiar.
Por fin, después de estos días y de todas las conjeturas, Agatha Christie fue vista en un balneario en Yorkshire, en donde se había registrado con el nombre de Teresa Neele, (el apellido de la amante de su esposo). Lo que impresionó más a toda la comunidad, fue que aparentemente ella no recordaba nada, de hecho se le veía de lo más animada y contenta en aquel lugar, y por si aún no te parece tan extraño, te cuento otro dato: ella no pudo reconocer al mismo Archibald cuando llegó al lugar, lo cual derivó en que tuviera que tomar tratamiento psiquiátrico.
A pesar de que fue un hecho que conmocionó a todo el público, Agatha nunca quiso dar explicaciones de qué fue lo que verdaderamente sucedió, pero las opiniones al respecto no se hicieron esperar, hubo quien dijo que todo había sido planeado por ella misma como parte de una venganza hacia su marido; otros se compadecieron de ella y apoyaron la idea de una crisis nerviosa provocada por la decisión de divorciarse de Archibald, aunque él mismo apoyó la versión de Agatha.
La familia cercana sabía que estaba prohibido hablar del anterior escándalo y la escritora evitaba tocar el tema, en una ocasión, para una entrevista dijo: “Voy a ser honesta. Esa noche tenía pensamientos suicidas. Sufría de insomnio y depresión, sólo quería que mi vida terminara”. Además de eso, narró que cerca del acantilado donde hallaron el coche, soltó el volante, pero algo impidió que avanzara ya que había chocado y se golpeó la cabeza (por eso el rastro de sangre).
Pareciera que después de todo, la novelista tuvo una vida triste y su fama se esfumó, pero no fue así, el matrimonio con Archibald terminó por disolverse en 1928 y ella se volvió a casar con el arqueólogo Max Mallowan, a quien acompañaba en sus excavaciones y gracias a estos viajes tuvo la suficiente inspiración para escribir algunas otras novelas, tales como Asesinato en Mesopotamia (1937), Muerte en el Nilo (1937) y Cita con la muerte (1938).
La ficción algunas veces sobrepasa la realidad, como en esta historia llena de enigmas y misterio, ¿crees que todo fue parte de un plan salido de la mente de una simple, pero inteligente escritora, o prefieres quedarte con la idea de que sufría demasiado y se vio afectada mentalmente? Te invito a leer algunas de sus fascinantes obras y a intentar resolver este caso sin respuestas.
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Foto portada: fuente / elconfidencial.com
