A través del arte reflejamos nuestra propia circunstancia y existencia. La importancia y utilidad del arte en nuestras vidas, está en hacer un reflejo de lo que nosotros y la sociedad está pasando por esos momentos. El arte nos acerca a la verdad.
A veces, cuando soñamos y viajamos a través del abismo de nuestros pensamientos nos encontramos con que en ocasiones el sueño parece ser más real que la propia realidad. Luego despertamos y caemos en cuenta de que aquello que soñamos, por más feliz o más trágico fue una mera, simple y llana invención de nuestra mente. Una yuxtaposición de imágenes cuasialeatorias que el cerebro le encuentran sentido gracias corte, casi casi como el cine. Una ficción que logra engañarnos y hacernos sudar, tanto de miedo como de gozo.
La realidad es producto de procesos bioquímicos con los cuales la captamos a través de los sentidos y después la elaboramos, la estrujamos y la entendemos. En el caso de los sueños la captación de sensaciones es destituida por la memoria de aquellas que tenemos almacenadas.
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Los sueños son un ente curioso, a pesar de ser inmateriales causan un efecto fenomenal en nosotros. Funcionan como un gran procesador de emociones que emula a la realidad para entenderla. En cierto sentido los sueños, la realidad y la ficción son la misma cara de una moneda. Permean nuestras emociones de una forma tan poderosa porque son vivenciales aunque no nos movamos. La mente no puede distinguir la una de la otra, la realidad es lo que sucede dentro de nuestros cerebros y no lo que pasa frente a nuestros ojos.
En un mundo en donde la realidad y la ficción son casi casi que la misma cosa, diferenciar lo que es real de lo que sucede en nuestras mentes se vuelve complejo. Un trabajo propio de locos y de historiadores. Lo maravilloso del arte y de los sueños es que les importa poco el criterio de verdad, al menos aquel que está junto con pegado con la realidad.
El arte toma un papel muy importante en la vida de la humanidad porque no solo es un elemento recreacional y admiracional, también es un componente lúdico que impulsa el crecimiento intelectual. A través del arte reflejamos nuestra propia circunstancia y existencia. Tomamos razón de que somos y que vivimos en sociedad (aunque no nos guste). La importancia y utilidad del arte en nuestras vidas, está en hacer un reflejo de lo que nosotros y la sociedad está pasando por esos momentos. El arte nos acerca a la verdad.
Las palabras belleza, verdad y bien son palabras con una relación íntima. Para Platón estos tres conceptos eran una extensión del otro. Afirmaba que la belleza es el esplendor de la verdad y que la potencia del bien se ha refugiado en la naturaleza de lo bello.
Tal vez el arte no tenga la capacidad de salvar al mundo entero, a aquel mundo tangible plagado de guerras y virus. Ese mundo en donde la política es más importante que la gente y que desprecia a su humanidad por el color de su piel, su origen o sus creencias. Tal vez ese mundo esté más allá del poder del arte. Pero lo que sí puede hacer el arte es salvar nuestro muy particular mundo a través de la verdad. El arte es un ente que tiende puentes y abre ventanas a la vida de los otros. Nos permite entender que el otro es humano y que también siente, vive y llora. El cine es la gran maquinaria generadora de empatía, todos sus recursos se vuelcan a que nos identifiquemos con un personaje totalmente desconocido y que en menos de dos horas lo consideremos como de la familia. Es muy común que una pieza de arte narrativo nos cambie y es justamente porque nos muestra verdades a las que no habríamos tenido acceso de ninguna otra manera.
En este sentido saber de arte, de sus tecnicismos y de sus formas no solo es necesario, es fundamental. El arte le añade muchos tomos a nuestro diccionario de emociones, sensaciones y vivencias. Si no conocemos de arte nuestro diccionario será pobre. Somos los libros que hemos leído, las pláticas que hemos tenido, las películas que hemos visto.