‘Drive my car’ (2021) cuenta la historia de Yusuke Kafuku (Hidetoshi Nishijima), un actor y director de teatro que vive con su esposa Oto Kafuku (Reika Kirishima). A pesar de que el matrimonio ha tenido pérdidas irreparables, su relación sigue siendo estable, sin embargo, Yusuke sufrirá de eventos traumáticos que lo cambiarán para siempre. Luego de un tiempo, Yusuke es invitado a dirigir la obra “Tío Vanya” de Antón Chéjov y es ahí donde conoce a Misaki Watari (Toko Miura), su conductora designada.
En la audición de la obra se encuentra con Koji Takatsuki (Masaki Okada), un conocido del director por parte de su esposa, que está haciendo casting para la representación, el joven actor siempre ha estado interesado en el método de dirección de Yusuke por lo que ve una oportunidad para aprenderlo; aunque hay algo en el chico que incomoda a Yusuke, trata de sobrellevarlo para no estropear el trabajo.
Mientras tanto su conductora Misaki, una chica de personalidad reservada, de a poco va conociendo el trabajo del director porque todos los días reproduce la grabación de los diálogos de la obra para que Yusuke los memorice, además es testigo indirecto de los encuentros que tiene con Koji donde descubre que la pena que lo acompaña tiene algo que ver con él. Se forma una especie de unión entre Yusuke y Misaki al darse cuenta que ambos comparten tragedias.
‘Drive my car’ es una película estilo road movie donde cada trayecto del vehículo es importante para conocer la vida de sus pasajeros, el hecho de que se otorguen más de diez minutos a secuencias dentro del auto son para conocer los aspectos que han llevado hasta donde están a los personajes y la manera en que dos soledades pueden congeniar para salir adelante.
El metraje de esta cinta es de casi tres horas, un estilo muy propio del cine japonés que presenta historias muy frenéticas o bastante reflexivas, como es el caso de esta cinta, aunque hay secuencias que merecen una duración prolongada para no perder detalle de la historia y darnos la sensación de vivir el tiempo a la par de los trayectos, hay otras que no afectan el argumento y pudieron haber sido reducidas con ayuda del montaje o eliminadas. Otra de las singularidades que tiene Drive my car es que el inicio aparece de manera abrupta, los eventos que presenta nos enganchan de inmediato para darnos cuenta que solo ha sido el prólogo y luego de 40 minutos aparecen los créditos iniciales.
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La historia puede abordar diferentes temas, uno de ellos son las fases del duelo en las que se ve envuelto Yusuke, las diferentes circunstancias lo hacen ir de extremo a extremo atravesando sentimientos de culpa, engaño, frustración y una dolorosa aceptación que hacen de este viaje una introspección para aceptar que dejar ir depende de su fortaleza moral. En ese sentido, también tiene matices sobre la masculinidad, pues al estar inserto en la cultura asiática, donde el hombre es bastante reservado en lo que respecta a su vida, un personaje como Yusuke rompe esa barrera y se muestra vulnerable para darse cuenta que no debe cargar la culpa por completo.
Algunas secuencias de diálogos al final de la cinta engloban este alud de emociones que ha vivido Yusuke y parte del aprendizaje que nos deja su historia es que estar vinculados de alguna forma al pasado, imaginando escenarios que ya no podrán suceder, está directamente ligado con el engaño porque es una de las condiciones más humanas que podemos vivir; sin importar el lugar, la cultura o el tiempo, la mentira puede ser un estilo de vida y cuando se impone la verdad es difícil aceptarla por lo que implica ser consciente de ello.
Drive my car es una película con la que puedes conectar por sus momentos más reflexivos, aunque para algunos puede resultar difícil de ver por la duración que tiene. Es como ese viaje que no querías o tenías planeado hacer, pero regresas satisfecho porque conociste nuevas facetas tuyas, perdiste miedo a cosas y en el camino tuviste buena compañía.
Título: Drive my car.
Año: 2021
Director: Ryusuke Hamaguchi
Duración: 179 min.
