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¿Dónde y a quién iba dirigido el grito discriminatorio en el futbol?

Los estadios mexicanos siempre se han caracterizado por sus barras de aficionados tan adentradas en los partidos. Cada una juega un papel importante para alentar a su respectivo equipo. Con cánticos y pancartas, cada semana están presentes en los estadios para apoyar de muchas maneras. Una de ellas es el ya conocido grito discriminatorio cuando un portero despeja de saque de meta. Pero ¿de dónde surgió ese grito?


El origen

El origen data de hace más de 30 años y no, no fue en un partido de futbol soccer. Fue en los años ochenta, durante los partidos de futbol americano, específicamente de la Asociación de Futbol Americano Infantil de Monterrey (AFAIM). Un equipo llamado Potros tenía en las tribunas a sus aficionados, quienes se caracterizaban por inventar sus propias porras. Uno de estos gritos de apoyo se realizaba cada «Kickoff»: los aficionados aplaudían y a gritaban “eeh… Pum” al momento en que el pateador tocaba el ovoide.

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Así se fue traspasando a distintas asociaciones de futbol americano en México, como a la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano (ONEFA). A pesar de que ya era una organización nacional, el grito estaba mayoritariamente en el norte, en Monterrey, Nuevo León, pues ahí surgió.


Los culpables

Su llegada al soccer fue varios años después. En 2001, los aficionados al balompié nacional adoptaron este típico grito. La barra de los Rayados del Monterrey fueron los primeros en gritarlo para intimidar a los porteros rivales que jugaran en su estadio. Así fue como el deporte más popular de México (58% de los mexicanos, según un estudio publicado por Consulta Mitofsky en febrero de 2018) comenzó a adoptar el grito que se haría el más popular de México.

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La metamorfosis del grito de apoyo a un grito insultante era casi obvia. Según un estudio realizado por Consulta Mitofsky en 2009, el 94.6% de la población mexicana dice groserías; de este porcentaje, 57.1% dice de 0 a 5, 18.5% de 6 a 7, y el 19% de 8 a 10 groserías. Tuvieron que pasar dos años para que el “ehh… pum” se transformara, y muchos aficionados al futbol tienen un señalado: el exportero Oswaldo Sánchez.

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El guardameta tapatío debutó en el Atlas de Guadalajara en el año de 1993. Tres años después, en 1996, llegó al Club América, donde participa en tres torneos. Para 1999 se hizo cancerbero del acérrimo rival de sus anteriores equipos: las Chivas de Guadalajara. Fue en 2003 cuando en un clásico tapatío, Chivas-Atlas, los aficionados a los zorros le gritaron “eehh… puto” por la traición, o doble traición, que había hecho Oswaldo Sánchez.

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A partir de ese momento nació uno de los gritos que más conflicto le ha traído a las aficiones mexicanas, a tal grado que se ha visto sancionado por la FIFA.


¿Sanciones correctas?

Durante la Copa Mundial FIFA 2018, la selección mexicana de futbol se vio sancionada por el famoso grito después de su encuentro frente a Alemania. Primero fue una sanción económica, luego se habló de pérdida de puntos por el accionar de la afición. Después de saber que se podía perjudicar a la selección, la gente no lo volvió a hacer durante la competencia, sin embargo, la práctica continúa.

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La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) es clara. Estas multas no las sacaron de la manga. En el Artículo 22: Discriminación y difamación, ubicado en la Subsección 2: Conflicto de intereses, beneficios económicos y protección de los derechos personales, dentro de la Sección 5: Normas de conducta del Código de ética FIFA 2018.

La sanción podría ser más grande para la Federación Mexicana de Futbol, y de seguir así, castigarse al futbol mexicano sin la participación a todas las competencias y duelos internacionales, incluido el Mundial de Futbol.