El sismo de la noche del 7 de septiembre de 2017, uno de los más intensos registrados en los últimos 100 años en el país, fue una catástrofe que causó estragos en la sociedad, tanto de manera emocional como material, habiendo miles de familias se quedaron sin hogar.
‘Casa Melani’ es el resultado de una necesidad de reconstrucción de un espacio digno para una familia de Cintalapa, Chiapas, conformada por 4 integrantes: mamá, papá e hijas, quienes lamentablemente fueron afectados por el sismo, perdiendo su hogar y patrimonio. Esto los orilló a vivir por varios meses en una casa de campaña donde solamente tenían un par de camas, un poco de ropa y lo mínimamente indispensable para sobrevivir en condiciones poco óptimas, corriendo riesgos y afectaciones por las inclemencias climáticas que afectarían su salud.
Esta vivienda fue el resultado de la la fusión de diferentes una idea de reconstrucción y ayuda social por parte de BIOSARQS, Hábitat para la Humanidad México y ONG Cuidemos.org, quienes unieron fuerzas para crear este proyecto, el cual estuvo a cargo de los arquitectos Brenda Guillen, Yohali Moreno, Alexander Cigarroa y Rolando Guillen.
El proyecto ‘Casa Melani’ ésta diseñado con características bioclimáticas que integran sistemas ecotecnológicos procurando el confort de los habitantes. El programa arquitectónico se adecuó a la forma local de habitar y a las necesidades particulares de la familia con el objetivo de procurar su apropiación de los espacios. La identidad resultante de la vivienda se caracteriza por la apariencia de sus materiales en dos edificaciones que se unen por un pórtico al exterior que permite que los espacios estén ventilados e iluminados.
La circulación de los vientos se maximiza debido a la disposición de ambas edificaciones, así como la ubicación de los vanos en cada extremo generando ventilación cruzada, abatiendo el clima extremo de la región en la que se sitúa la vivienda. El diseño permite que los vanos permitían el flujo de aire constante, lo que logra una temperatura interior confortable, además de mantener la iluminación natural en el transcurso del día. La estética formal del proyecto radica en la funcionalidad y el manejo aparente de los materiales, lo que permite ver el desarrollo y el diseño de sus estructuras, su sistema constructivo es replicable, económico y de fácil mantenimiento.
La edificación es una respuesta a la necesidad de la familia para reconstruir su patrimonio a través de la calidad que está íntimamente ligada a los espacios, los materiales y el confort, en dignificar la vida de quien habita el espacio. Este proyecto fue posible gracias a la labor altruista de varias partes que conformaron la posibilidad de hacer tangente un techo digno para estas personas, pero sobre todo fue un factor fundamental la participación de la propia familia y comunidad en el desarrollo del mismo.
Primos, sobrinos, vecinos, y los mismos propietarios fueron participes del proceso dirigida por un equipo de profesionales, el cual, utiliza el método de autoconstrucción, en donde se impartió talleres técnico-practico de albañilería, fabricación de materiales de construcción y carpintería, buscando con ello, revindicar el tema de la producción social de la vivienda y persiguiendo el impacto en la comunidad para lograr la apropiación de este esfuerzo en conjunto, no en una vivienda, sino en un hogar.
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Fotos: Fabio Chacón, Rolando Guillén y Alexander Cigarroa