La cultura en el mundo está presente en cada rincón, las tradiciones son tantas y tan diversas que cada día hay celebraciones en distintos lugares del planeta.
México se caracteriza por ser un país rico culturalmente, es por eso que este artículo está destinado a hablar de una de las tradiciones más importantes para nuestros pueblos indígenas principalmente para los purépechas.
En esta ocasión les hablaré un poco sobre la celebración del Fuego Nuevo o Nuevo Año Purépecha, celebrada todos los años durante los días 1 y 2 de febrero en el Estado de Michoacán.
La celebración tiene su origen en la época prehispánica donde como sabemos la religión era politeísta, por lo que nuestros antepasados veneraban a varias deidades realizando ceremonias y rituales en su honor. La primera celebración fue en Tzintzuntzan. Sin embargo, durante mucho tiempo dejo de llevarse a cabo esta festividad. Fue hasta el año de 1983, cuando un grupo de investigadores, cuyas raíces eran purépechas, decidieron que este evento tenía que resurgir con la intención de recuperar sus raíces, tradiciones y revalorar la lengua purépecha.
¿Por qué se celebra esos días?
La razón, es que el calendario purépecha consta de 18 meses y 20 días y precisamente en estas fechas las estrellas de la constelación de Orión se colocan en su punto más alto, y para nuestros antepasados era señal de que había llegado el momento de ofrendar a Kurhikuaeri (Dios del Sol y del Fuego).
¿Cuál es la razón de esta celebración?
Esta celebración significa el inicio de un ciclo nuevo que permite renovar los elementos de una cultura ancestral que a lo largo del tiempo ha conservado sus costumbres y tradiciones. Se hace además para agradecer a la Madre Tierra por los favores recibidos a lo largo del año.
Es una celebración dedicada al Dios del Fuego Kurhikuaeri, para pedirle abundancia en los cultivos del nuevo ciclo y permiso para que el fuego pueda cocinar los alimentos que les darán energía y vida.
¿Cómo se celebra?
Así como en la celebración convencional de Año Nuevo hay rituales para atraer la prosperidad, la abundancia y la armonía durante todo el año, así también los hay en esta celebración indígena: ‘La Caminata del fuego’, que es uno de los principales rituales que caracterizan está celebración, y es que la caminata con el ‘abuelo fuego’ entre los poblados indígenas, marca el inicio de un nuevo año que coincide con el ciclo agrícola; durante esta caminata se hacen otro tipo de rituales para honrar al fuego, este ritual comienza en la comunidad que despide el fuego, haciendo oración; este año comenzará en Cuanajo sede el año pasado de la celebración; todo empieza cuando hombres y mujeres de las distintas comunidades purépechas caminan llevando el fuego viejo, el 1º de febrero, al amanecer se realiza una ceremonia para agradecer al sol por la vida y la energía que brinda al pueblo purépecha, durante todo el día hay fiesta y danza mientras se espera la llegada de la noche para encender el Fuego Nuevo.
Las copaleras acompañan durante todo el camino, son las que purifican el camino, acompañando a los cargueros quienes transportan el fuego viejo.
También acompañan en la celebración los abuelos que son signo de sabiduría, esta caminata se caracteriza porque los participantes hacen paradas en diversas comunidades purépechas con el propósito de fortalecer los lazos de amistad y rescatar los valores de su cultura.
La manera en la que los pobladores reciben la llegada de la caminata es ondeando la bandera purépecha, la cual consiste en cuatro campos de cuatro colores con un escudo y la leyenda de Juchari Uinapekua (nuestra fuerza) por debajo del escudo.
Llegada la noche se enciende el Fuego Nuevo en donde los pobladores lo comparten con ocotes lo que simboliza la energía y la vitalidad necesaria para el nuevo ciclo de vida que comienza
El encendido del fuego se invoca cuando las estrellas de la Constelación de Orión se unen simbolizando el inicio del Nuevo Año Purépecha. Los participantes se calientan con el Fuego Nuevo para sobrellevar el frío de la noche, al tiempo que lo alimentan y le ofrecen oraciones: “Tierra mi cuerpo, agua mi sangre y fuego mi espíritu”.
Una vez que el Fuego Nuevo se sitúa al centro se da por terminada la celebración, lo que significa que un ciclo nuevo ha comenzado.
Durante esta bonita celebración debe de predominar en todo momento el sentido de reflexión, el rescate de la memoria colectiva y sobre todo el fortalecimiento de la lengua materna, es decir la lengua purépecha.
Otra cosa que debe resaltarse, es que a lo largo del evento se deja un micrófono abierto a través del cual los purépechas asistentes aportan conocimientos recibidos de sus familias, de tal forma que en la actualidad, han logrado recuperar información no solo sobre la ceremonia sino de otros aspectos como juegos, música y datos históricos, de la antigüedad prehispánica lo que permite aún más el fortalecimiento de la cultura purépecha.
En líneas anteriores se explicó de una manera breve como se lleva a cabo esta celebración, que antes de leer sobre esto no la conocía y no me había dado cuenta de lo impresionante que es.
Después de leer al respecto, para nuestros hermanos purépechas este día es importante ya que pueden dar gracias al Dios del Sol y del Fuego por todos los beneficios y las cosas buenas que les brindaron durante el año, además de pedir que el año venidero traiga abundancia y prosperidad a su gente.
Para ellos la energía y la vida es lo que rige sus vidas y ¿cómo pueden tener ambas?, solamente honrando y pidiendo a sus dioses, si hay energía hay vida y viceversa; debo admitir que estoy aprendiendo sobre las comunidades indígenas en Michoacán y me ha sorprendido lo maravillosas que son su tradiciones, en cada celebración, en cada festividad y en cada danza está presente la cultura que nos da identidad y sentido de pertenencia como michoacanos y como mexicanos.
Los elementos naturales también están presentes y gracias a eso es posible que las comunidades indígenas creen un vínculo con nuestra tierra lo que permite el respeto y el amor hacia ella, conectarse con lo más simple y volver a la raíz de todo.
Cada año es un pueblo distinto, este año la sede para esta celebración será Cápacuaro comunidad indígena del municipio de Uruapan.
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