El rebranding, entendido como el rediseño de la imagen gráfica de una marca, ha marcado una tendencia dentro del mundo del fútbol. Quizá un caso de actualidad en el futbol que creó una tendencia disruptiva en el deporte fue el ejecutado por el Juventus Football Club, simplificando un emblema de tipo heráldico por un conjunto de figuras geométricas que forman la letra J.
El rediseño de este escudo causó una tenencia de dejar de lado los escudos tradicionales a diseños simples aproximados más a un logo comercial.
Algunos han sido de agrado de la afición, como el caso el Manchester City, mientras una gran mayoría generan rechazo de los hinchas del club, e incluso han llevado a su desuso, como le sucedió al Leeds United en 2018, o al Columbus Crew en 2021.
Si bien muchos casos de rediseño tienen una recepción negativa, su anuncio causa expectativa entre el público, a la espera de ver el nuevo concepto de un club. Por ello, cuando la Federación Mexicana de Futbol anunció la renovación de la imagen para las selecciones nacionales, se esperaba algo innovador que superara el escudo que lucía en la casaca tricolor desde 1986, y que era del agrado de la afición.
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Pese a las filtraciones que mostraban una simplificación de las formas componentes del escudo, y que no resultaron del gusto general, se esperaba un cambio de concepto con un diseño diferente al mostrado. Sin embargo, el 30 de noviembre de 2021, al revelar la nueva insignia de los representativos nacionales de fútbol en un show en vivo desde el Estadio Azteca, se confirmó el uso de aquel logo filtrado desde meses antes. Ante tal diseño, la afición mostró su rechazo, señalando al escudo de ser simple, e incluso de tener una calidad amateur.
Reconociendo nuestra historia evolucionamos hacia el futuro.
Nuestra nueva imagen representa el espíritu inquebrantable de los mexicanos que nunca se dan por vencidos y que son la mayor motivación de nuestra institución 🇲🇽💚.#HechoDeLosMexicanos pic.twitter.com/E8sTCyx8tl— Selección Nacional (@miseleccionmx) December 1, 2021
Aunque las críticas son elaboradas desde la visión subjetiva del aficionado a través del enfoque del branding, ofrece pocas cosas que podrían generar identidad con el público objetivo, lo que podría explicar la aversión de los aficionados.
El elemento que destaca es el águila de perfil, un animal que, si bien está presente en el escudo nacional, nunca ha sido relacionado con el seleccionado mexicano. En los anteriores diseños, el ave tenía un plano secundario, otorgando protagonismo al balón y a la figura de la Piedra del sol, siendo que ahora el águila ocupa gran parte del espacio visual.
Acompañando al animal, y como parte del concepto de las culturas prehispánicas mexicanas, se pueden observar unas figuras simulando grecas. No solo el diseño no guarda parecido con la figura antes mostrada en el centro del escudo, sino que podría perder detalle al reducir el tamaño de la imagen.
Finalmente, aparece escrito el nombre del país, un detalle que, además de también poderse perder en la reducción, la inclusión de tipografía está más enfocada a funcionar como imagotipo, donde el texto pueda funcionar independiente a la imagen.
No obstante, el logo tiene la virtud de funcionar en formato monocromático mejor que en su versión a colores, ya que la paleta de colores luce apagada e incluye en forma mínima los colores de la bandera mexicana.
En comparación con escudos presentados por otras selecciones nacionales, el rebrand del equipo mexicano no ofrece ni un diseño innovador, ni elementos cercanos a la historia del equipo tricolor, lo que hace pensar que el objetivo final de este rediseño era ofrecer al seleccionado nacional como una marca antes que un concepto de imagen gráfica acorde a su contexto.