Ya sea que estés pensando en dar el paso definitivo y aventurarte en comprar una vivienda o que estés planificando tu vida para los próximos años, surgen las dudas acerca de si es mejor idea comprar o alquilar una casa o departamento, más aún si formas parte de aquellos que recién se han iniciado en la vida laboral y/o buscan independizarse, es decir, personas de la generación Z que tienen entre 23 y 27 años, principalmente.
Y sí, las condiciones económicas de los últimos años han mermado en algunos aspectos las intenciones de comprar una casa, sin embargo, adquirir un patrimonio continúa siendo uno de los principales objetivos de vida de muchas personas y una manera de sentirse autorrealizadas.
Ante estas interrogantes, vale la pena pensar un poco, analizar todas las opciones y tomar la decisión que mejor se adapte a nuestro estilo de vida: ¿compro o alquilo?
Al adquirir una vivienda…
“Hogar, dulce hogar”… una de las frases más reconfortantes que podemos enunciar y más aún, si sabemos que el techo en el que dormimos nos pertenece. La mayoría de las personas repudiamos la incertidumbre: ¿Qué pasará si…?, ¿Y si sucede esto?, ¿Cómo será el próximo año? y un sinfín de preguntas afloran constantemente en nuestra mente. Por esta razón, solemos buscar sentirnos siempre seguros y evitar a toda costa experimentar eventos no planeados o inoportunos.
Es por ello por lo que el adquirir una propiedad nos puede generar uno de los mayores niveles de seguridad, ya que, ante todo, se trata de contar con un espacio en el que tú eres la única persona que decide, desde el color de las paredes y la decoración, hasta las personas a las que invitas a convivir.
No tienes por que limitarte al número de personas que recibes si haces una fiesta, ni mucho menos restringirte para tener una mascota o hacer adecuaciones a la construcción según tus gustos, cosas que suelen ser muy complicadas cuando se arrienda una casa.
Por otro lado, cuentas con un activo que por lo regular siempre incrementa su valor en función de la cercanía con los centros económicos, el abastecimiento de servicios públicos, la oferta comercial y el agotamiento de viviendas disponibles en la zona de residencia. Además, si requieres liquidez por algún evento desafortunado, puedes adquirir una buena suma a crédito dejando tu casa a modo de garantía, eso sí, deberías estar bien seguro de poder hacer frente a tus obligaciones para evitar poner en riesgo tu patrimonio.
A su vez, tal vez pienses en conformar tu propia familia o quizás ya la tienes, por lo que el dejar un legado, un patrimonio para los que más amas, se convierte en una realidad al ser el propietario de una casa o un departamento.
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Al alquilar una vivienda…
Los bajos salarios en México y una economía en detrimento posicionan a la renta de una vivienda como una de las mejores alternativas, quizás la única, para conseguir tu independencia y hacerte de propio espacio. Y aunque muchos creen que rentar una casa o departamento es como tirar tu dinero a la basura, si lo comparamos con adquirir una vivienda, puede que la perspectiva cambie.
Al contratar deuda para adquirir un inmueble adquieres la obligación de liquidar el monto prestado con su respectiva tasa de interés a un plazo de 20 años en promedio. Inevitablemente tendrás que pagar por el favor que te brinda la institución prestamista (generalmente un banco) y costear la totalidad de los intereses, al menos durante los primeros cinco años (eso si es que le hechas ganas), es decir, estarás pagando únicamente por el favor de prestarte durante varios años y no por el dinero que obtuviste.
En cambio, si optas por rentar una vivienda e invertir de forma permanente una modesta suma en un fondo de ahorro o inversión, puede que antes de los 20 años te hayas hecho de una buena suma de dinero y adquirir una propiedad, sin la necesidad de pagar los altos intereses de un crédito.
Es cierto, al rentar una casa no gozas de ser el propietario del inmueble, pero posees todo el derecho de hacer uso del espacio, durante un periodo determinado, a cambio del pago respectivo. En muchos casos no podrás hacer modificaciones o elegir el color de los muros y tal vez tengas que lidiar con las reglas del propietario, pero seguro que puedes mudarte rápidamente a un inmueble que se adapte más a tus gustos y a tu bolsillo. Ni que decir de las ventajas al cambiar de empleo, ya que podrás mudarte más cerca del trabajo y de acuerdo con tus necesidades.
Si hablamos de los gastos de mantenimiento, pago del impuesto predial y los riegos a los que se somete el inmueble tales como afectaciones por sismos o incluso inundaciones —que, aunque bajos, suelen suceder— tendrás la tranquilidad de que son responsabilidad del propietario, quien debe cubrirlos.
Si además estás soltero, aviéntate y consíguete un roomie con quien alquilar un departamento y compartir los gastos de la renta; incluso podrás compartir el pago del mantenimiento y los servicios.
Sobre la seguridad de tener tu propio espacio, tal vez te preocupe la idea de que el propietario te solicite la desocupación del inmueble y tengas que emprender una búsqueda para mudarte. Sin embargo, si es que te lo requieren, normalmente lo solicitan con un plazo anticipado, lo que garantizará que tendrás un tiempo para buscar nuevas opciones. A lo mucho te demorarás una semana en promedio o incluso menos, ya que la oferta inmobiliaria predomina en gran variedad de sitios web y aplicaciones.
Tu dinero y tus necesidades
Cada persona es diferente y, por tanto, tenemos distintas necesidades y gustos. Elegir entre rentar o la posibilidad de comprar una vivienda depende de ti, tus ingresos y tus hábitos financieros.
Analiza a detalle lo que más te conviene y emprende tu libertad sea en donde sea. Al fin y al cabo, tú eres quien crea el espacio de la manera más adecuada para vivir a tu manera.