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‘Goodfellas’, el ascenso y caída de un mafioso

Goodfellas‘ (1990) de Martin Scorsese, nos revela cómo es que se va gestando un mafioso desde la juventud. Los primeros pasos de Ray Liotta (Henrry Hill) marcarían su destino para siempre. Ha decidido abandonar las reglas de su casa, para seguir las de la mafia. Para poder ser uno de ellos, de esa familia de gangsters, de debe seguir la siguiente premisa al pie de la letra: «nunca delates un amigo y mantén la boca cerrada como todo un hombre». Así es como se va estructurando las relaciones de poder entre esos sujetos vertidos en el  poder, dinero, cigarrillos, alcohol y sobornos a la ley.

Goodfellas (1990) Martin Scorsese - Portada

Con las actuaciones geniales de Ray Liotta (Henry Hill), Robert De Niro (Jimmy Conway) , Joe Pesci (Tommy DeVito), Paul Sorvino (Paul Cicero) y Lorraine Bracco (Karen Hill), la multipremiada película, ganó, entre otros reconocimientos, el Oscar a Mejor Actor Secundario por Joe Pesci, los siguientes premios BAFTA: por mejor película, guión adaptado, director, etc., También un León de Plata al mejor director, entre otros reconocimientos. Una de las mejores propuestas del cine de 1990.


‘Goodfellas’, el ascenso de Henrry Hill

Henrry  era hijo de un irlandés y una siciliana. Desde muy jóven, expuesto al traqueteo mafioso, tuvo ese acercamiento hipnótico que produce el poder crudo, y alimentó en él, el deseo de pertenencia. Mantenerse con ellos para hacerse notar. Fue el medio idóneo para desarrollar sus habilidades: el trato con la gente, carisma y astucia.

Goodfellas (1990) Martin Scorsese -Henrry Hill jóven

Las calles necesitan de la mano dura, ese departamento de protección proporcionado por Paul Sorvino (Paul Cicero) sería la escuela de entrenamiento para Henrry Hill. La premisa no se rompe, toda casa tiene sus reglas, todos los miembros deben seguirla, de lo contrario, estás muerto. Una juventud en manos de la muerte, que se va deteniendo cada vez que ese ingenio juvenil se las arregla para salirse con la suya.

La venta ilegal de cigarrillos, ese compañero fiel en los momentos de estrés, ese mismo que lo acompañaría a las reuniones, a los «trabajos» nocturnos, se quedaría con él hasta las últimas. La etapa temprana de su formación le impediría ver las consecuencias de sus actos. La venta ilegal de los cigarrillos sería la entrada y bautizo a la Familia.

Goodfellas (1990) Martin Scorsese - Vendiendo cigarrillos de contrabando con Robert

Lo detienen y cuestionan, no dice nada, ni una palabra. En cuanto queda libre, Jimmy Conway (Robert De Niro) lo felicita. Todos los gansters lo esperan a la salida, este es su rito de iniciación, ya es uno más de la familia. Ahora su responsabilidad será hacer valer esos códigos internos, mantenidos a fuerza de puñetazos y balas.

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Palabras, balas y drogas.

El jovén va amoldándose acorde a las figuras que admira, esas estatuas parlantes de la doctrina del poder callejero revestido de la fraternidad siciliana. El hogar de los ganster es la fábrica de hombres duros que están dispuestos a proteger sus códigos, son la otra ley, la de la calle que más que seguir las reglas, las hacen ellos mismos.

Goodfellas (1990) Martin Scorsese - Vendiendo cigarrillos de contrabando

Las figuras que son tan macisas como el concreto, también son mortales, un error, y se vienen abajo. Ese discurso impregnado de alcohol y contrabando es tan seductor porque ofrece la posibilidad de irrumpir a la legalidad jurídica de la sociedad. Lo atractivo del poder es su reversibilidad, es decir, la cuota del posible contragolpe ante lo establecido.

Negociar, hablar y tratar como primera alternativa siempre es necesario, pero cuando no hay más, las armas hacen su presencia como palabras de plomo que hieren al rival, devastando el rostro atrevido y dejándolo tumbado en el piso; un cuerpo más, un hombre menos, la trama sigue. ¿qué importa la vida de un simple hombre cuando el negocio está de por medio?

Goodfellas (1990) Martin Scorsese -Henrry Hill

Tommy DeVito, con su característico humor frío, se gana su lugar de manera sanguinaria, mata gente como si se tratara de contar números; algo fácil en apariencia, pero de fondo tiene un resorte muy específico: el respeto, el código del negocio se mantiene por la capacidad de darle muerte al otro.

Henrry Hill, quien ha empezado como un simple mandadero, ya está formado, echo a imagen y semejanza de esas figuras; un Tommy DeVito que no la piensa para matar, risas salpicadas de sangre cuando alguien lo molesta; un Jimmy Conway que si no le pagas lo que debes no dudará en jalar el gatillo; Paul Cicero, el que estaba a la cabeza de todos, era metódico, frío, de pocas palabras pero efectivo. Todos juntos, moldeandose respectivamente unos a otros. ¿La referencia fija? La capacidad de hacerse valer entre los suyos, ser astuto, no abrir la boca y dar muerte cuando se necesitara.

Goodfellas (1990) Martin Scorsese - El grupo reunido

Las drogas, que vendrían a arruinar la vida de Henrry, serían el narcótico seductor como escape a la situación concreta que vive. Las vende por un lado, está enganchado en ellas por el otro. Mercantilizar la adicción, esa capacidad irresoluble de autolaceración es un negocio redondo en este tipo de trama; la capacidad de dar muerte no solamente es al otro, de alguna manera solapada, huidiza, también es hacia uno mismo.


Sin amigos

La amalgama de las relaciones se va estropeando conforme avanza la trama, no podría ser para menos, estamos ante una secuencia auto-destructiva. La palabra dada, viene a ser en riesgo de vida. Lo que importa al final es salvarse. Cada desición que ha tomado Henrry lo va acorrlando a un callejón sin salida.

Goodfellas (1990) Martin Scorsese - Jimmy y Henrry

Jimmy quien al principio se había mostrado jovial y se podría pensar que eran buenos amigos, termina por anteponer sus intereses, no solamente él. El código de no ser un soplón se ha roto. Un golpe no ha salido bien, es cuestión de tiempo antes de que todo se venga abajo. Esas estatuas ahora sudan la presión de saberse perseguidos.

La familia se ha convertido en nido de traidores. ¿o siempre lo fue pero no se quizo admitir tal cual? Quien fuera una vez bien visto por todos, Henrry, ahora es señalado como un soplón. Quiere salvar su pellejo, nada más. El negocio de las drogas lo ha expuesto a la policía, nadie quiere contacto con él, pero sí quieren asegurarse no estar vinculados. La familia es muy fraterna, siempre y cuando no se vean perjudicados.

Goodfellas (1990) Martin Scorsese - Jimmy

Al final, Henrry termina sin lujos, sin poder, sin riquezas, pero sin ir a la cárcel. Uno más de la masa informe de la multitud social. Golpe duro para alguien que lo quería todo. Ahora tiene una vida modesta y sin la vanagloria de los lazos de la mafia.

Goodfellas (1990) Martin Scorsese - Henrry escena final