El escritor George Orwell nos regaló una gran obra que en su momento puso a pensar a las personas acerca de si algún día pudiera suceder todo lo que plasmaba ahí. ‘1984’ es una distopía que nos habla de los ideales del partido del Gran Hermano, aparentemente socialista, que se rige por tres principios: “La guerra es la paz”, “La libertad es la esclavitud” y “La ignorancia es la fuerza”. Claramente no es un mundo donde exista la paz, la libertad o la educación.
Todo comienza con la historia de un miembro del partido, Winston Smith, quien se compra un diario y comienza a plasmar sus ideas acerca del modo de vivir, con falsas realidades, estadísticas alteradas y bastante represión. Escribe con miedo, ya que cualquier muestra de libertad o de autonomía está prohibida. Todas las personas que pertenezcan al partido del Gran Hermano están vigiladas día y noche, en sus casas, en las calles y en su trabajo. Con micrófonos ocultos y telepantallas que los observan siempre.
Les dan indicaciones en su área laboral y cuidan que las cumplan al pie de la letra. Winston algunas veces se encarga de modificar datos del pasado, para que concuerden con los que se muestran en el presente y que la comunidad sepa que el partido nunca se equivoca. La historia se desarrolla en Inglaterra, pero en la ficción es Oceanía ya que son varios países los que están bajo este régimen. La población está dividida, los que trabajan para el Gran Hermano, que tienen beneficios, cierta autoridad y prestigio; por el lado contrario están los ‘prole’, los ignorantes que no representan un peligro, debido a su nula capacidad de razonamiento.
La trama se va desarrollando de un modo que al lector le da cierta esperanza de una posible rebelión por parte de los gobernados, lamentablemente esto no sucede, por el contrario, tenemos un final donde la represión, el poder y la maldad triunfan. A pesar de esto, la obra de Orwell no te deja un mal sabor de boca porque hace que analices todo lo que ahí describe y después compararlo con lo que vivimos en la actualidad.
Se hablaba de una posible predicción, ya que el libro fue publicado el 8 de junio de 1949, pero esto tiene una explicación: George Orwell quería nombrarlo “El último hombre en Europa”, pero como lo finalizó en el año 1948, lo único que hizo fue mover los dos últimos dígitos. Lo que sí fue una realidad es que se inspiró en las guerras y gobiernos totalitaristas de aquella época: La Segunda Guerra Mundial y La Guerra Civil Española; queriendo exponer su opinión y punto de vista, el mismo Orwell explicó que ‘1984’ no era una profecía, sino una exageración satírica de la historia reciente.
Pero, pantallas que te vigilan, micrófonos que escuchan lo que dices, alteración de los hechos usando los medios de comunicación… ¿te suena conocido? Exactamente es de lo que somos partícipes día con día gracias a las redes sociales, que tanto son una herramienta bastante útil, como también pueden desinformar, alterar la realidad, hacer que los demás sepan dónde estuviste, qué hiciste, incluso cómo piensas.
Algunos opinan que sí pudo predecir de cierta manera lo que pasaría, y es que en algunos países está prohibida dicha obra, mientras que en Estados Unidos fue una de las más vendidas durante el gobierno de Donald Trump. Otra similitud podría ser el mal manejo de los recursos por parte del gobierno, incluso siendo un partido de izquierda todo está mal administrado, y de empezar luchando por un mundo donde las clases sociales quedaran suprimidas, sucede todo lo contrario; dejando a los pobres con más carencias, pero sin que ellos se den cuenta de esto.
Otras de las realidades que casualmente tienen un cierto parecido con esta distopía son: las sociedades digitalizadas, todo lo hacemos a través de aparatos electrónicos; en “1984” nada es escrito manualmente porque incluso se eliminaban palabras del lenguaje, para evitar que las personas pensaran más, los micrófonos eran utilizados para esto, algo que hacemos en los últimos días con los asistentes digitales.
El uso de cámaras para vigilarlo todo, hubo una época en que las personas tapaban las cámaras de sus celulares y laptops por miedo a ser espiados. En este mundo ficticio sucede lo mismo, sólo que los personajes están inhabilitados para desactivarlas porque esto supone un acto de libertad y rebeldía.
Las guerras innecesarias, hay conflictos políticos que somos incapaces de comprender, ya que pareciera que siempre hay algo más detrás de lo que nos dejan saber. El movimiento de masas, existen bastantes teorías que nos hablan de este tema y de cómo es posible usar los medios de comunicación para poder moldear a la sociedad, su pensamiento, comportamiento y todo para que no se rebelen en contra de aquello que los daña, ya que ni siquiera logran comprenderlo.
George Orwell se caracterizó por escribir libros de política, pero de una manera en la que todos lográramos entender qué nos estaba tratando de explicar: el peligro de los gobiernos autoritarios y totalitaristas, el poder de los medios, las intenciones ocultas de los poderosos y lo fácil que resulta manipular a las masas, incluso podemos verlo en otro de sus libros: Rebelión en la granja (1945).
A esta distopía se le suman otras dos obras que tratan de temas un tanto parecidos: Un mundo feliz (1932) de Aldous Huxley y Fahrenheit 451 (1953) de Ray Bradbury. La interpretación se la otorga cada lector y al final es uno mismo quien decide si tiene algunas similitudes con la realidad actual o se queda en mera ficción.