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Los perros no ladran igual en todos los países

Hemos vivido, probablemente, rodeados por perros, algunos más que otros. Al convivir con ellos escuchamos sus ladridos, y podemos asegurar que emiten un perfecto “guau, guau”. Tan obvio es, que hasta los bebés dicen “guau, guau” antes de llamarlos perros o lomitos. Pero ¿sabías que los perros no ladran igual en todo el mundo?

¿Cómo los entendemos?

Hay una pregunta legítima que seguro muchos de nosotros hemos hecho: ¿un perro de China habla chino? Técnicamente no. Ningún animal tiene un idioma estructurado en palabras como el de los humanos, lo cual hace que no hablen, pero sí emiten sonidos. Seguiremos el ejemplo de los perros.

El sonido de los perros es el mismo en todo el mundo. Sin embargo, no todas las personas los escuchan igual. En México decimos que un perro ladra así: “guau, guau”, mientras que en otros países se interpreta como “rau”, “bark”, “barf”, “au”, o “woa, woa”.

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Onomatopeyas

Las palabras que imitan sonidos o acciones son conocidas como onomatopeyas, las cuales son creaciones humanas y, como tales, no son fieles a una realidad universal, sino a una muy específica y adecuada para cada uno. Esta formación depende la cultura e idioma.

 
Este contexto tan peculiar es el que moldea nuestra forma de hablar y de escuchar. Reduce nuestro entendimiento a cierto número de fonemas y clasemas que nuestra lengua materna tiene y nos enseña. Por eso, a veces, es complicado aprender otros idiomas, pues no estamos adecuados, física y psicológicamente, para hablarlo y/o escucharlo.

 
Así es como aprendemos a hablar, a través de las onomatopeyas; o sea, de la imitación de los sonidos que escuchamos día con día. Por eso los gallos cantan un “kikirikí“, los perros ladran “guau, guau”, y los pájaros emiten un lindo “pío, pío”.

Una explicación ilustrada

Ante este curioso fenómeno lingüístico, auditivo y cultural, un ilustrador inglés llamado James Chapman decidió investigar las distintas maneras de expresar un sonido alrededor del mundo.

Este interés nació porque pensaba que todos los perros cuando ladraban decían “woof, woof”. Sin embargo, un amigo suyo, que estaba en Corea del Sur, le dijo que los perros de allá decían “meong, meong”. Así que puso manos a la obra y comenzó a ilustrar diversas onomatopeyas de sonidos de animales.

 
Así que cada semana, en su cuenta de Tumblr, decidió publicar sus ilustraciones donde se exponían onomatopeyas en diversos idiomas.

El proyecto creció

Su inquietud no quedó ahí. Chapman  creó en 2015 una campaña para financiar su libro titulado How to sneeze in japanese’, donde, según su descripción, “reunió todos los sonidos que hace el ser humano” a través de sus ilustraciones tan peculiares.

 
Varios años después, a inicios del 2020, lanzó su nuevo libro llamado Sounds all around’ que contiene más de 600 onomatopeyas de todo el mundo, prácticamente de cada acción que se vive cotidianamente.